Moto360 smartwatch Review

[ACTUALIZACIÓN] Actualmente estoy utilizando un Amazfit Bip (ES), el punto medio perfecto entre prestaciones de un smartwatch con la autonomía de una pulsera cuantificadora. Además de que es mucho más barato que este Motorola.


Como bien sabe, a finales del año pasado estuve tanteando el mercado del smartwatch con el fin de encontrar razones suficientes para decantarme por uno u otro modelo (y por convencerme si merecía ya la pena desembolsar el precio de estos dispositivos). Esperé hasta el término del IFA 14 para decidirme, y acabó por materializarse en el Moto 360 que cayó estas Navidades.

Había prometido un vídeo al mes de la prueba, pero lamentablemente el tiempo se me ha echado encima, y ha acabado saliendo hoy en formato long post.

Así pues, por aquí la review del Moto 360 después de casi 4 meses de uso.

Aspectos a considerar

Decir que quien escribe es una persona acostumbrada a llevar el reloj como objeto de adorno y no como herramienta de uso. Hasta que el Moto 360 llegó a mis manos, por la mañana me ponía el reloj y por la noche me lo quitaba, pero cuando necesitaba saber la hora tendía a sacar el móvil del bolsillo (por absurdo que parezca).

Y creo que esto es algo trascendente para comprender las motivaciones de un servidor ya que de por sí ha vuelto a dar sentido a aquello de llevar un reloj en la pulsera.

¿Qué me empujó a decantarme por el Moto 360 frente a la competencia? Sinceramente, su diseño. Las prestaciones de todos los smartwatches Android Wear que había (y hay) en el mercado son semejantes. En algo que voy a llevar visible casi siempre (como buen norteño, soy de llevar manga corta nieve o haga sol) quería un dispositivo que no llamara la atención. Un dispositivo invisible, nada de una pantalla cuadrada o curva. Un círculo metálico con una pantalla en negro y el clásico botón lateral.

Y ahí en su momento el Moto 360 destacaba. hoy en día, el resto de fabricantes han sacado terminales parecidos, con mejor o peor apariencia, por lo que en la práctica hay más dónde elegir.


¿Y qué buscaba en el smartwatch? El reducir drásticamente el número de veces que tenía que sacar el smartphone del bolsillo. Acción que lleva ineludiblemente asociada el tener que meter la contraseña alfanumérica para desbloquearlo.

Experiencia con la tecnología del smartwatch

Bajo este apartado quería tratar algunos de los elementos tecnológicos que creo que han sido un acierto, así como aquellos otros que no están todavía pulidos o que recomendaría incluir en iteraciones futuras.

El hecho es que el Moto360 es poco más que una pantalla extra del smartphone. Un intermediario entre la experiencia móvil que ya nos daba este dispositivo. Y esto no tiene por qué ser precisamente malo. Es más, lo prefiero a tener que contratar otra tarjeta SIM, como ocurría con el terminal Tizen de Samsung.

¿Qué me ha gustado especialmente? La inmediatez de su uso. En el momento en el que te das cuenta de que el reloj es tan solo un intermediario, te quitas un problema de encima. No se trata de instalarle juegos y estar continuamente mirando la diminuta pantalla. Se trata de que el reloj te avise cuando algo verdaderamente trascendente está ocurriendo. Simplemente eso.

Los smartwatch, hasta el momento en el que la figura del smartphone ya no tenga sentido como tal, deberían ser justamente eso. Aquel dispositivo que usas habitualmente para realizar acciones muy sencillas y rápidas. Para estar informado. Si necesitas más profundidad, saca el móvil ya que el reloj inteligente no te va a servir.

De ahí que no le haya visto utilidad alguna la mayoría de aplicaciones para smartwatch, descontando su integración con Google Maps y Google Now.


Porque ahí es donde se ve el potencial de un dispositivo de este tipo.

Sale de casa con destino a un restaurante. Si usted es como un servidor, se pondrá los casos para ir escuchando música, o quizás suba a su coche y active el manos libres. Le pregunta al reloj dónde queda, y este se encarga de mostrárselo por la pantalla, y (ojo) ir dirigiéndole también por voz (en manos libres o mediante los cascos) cuándo debe girar en una calle o tomar X salida.

Moto360 Smartwatch Maps

¿Que está a punto de subir a un avión/tren? Google Now se encarga de mostrarle la tarjeta de embarque que seguramente ya tenía en GMail, y que le va a servir (si la azafata consigue salir de su estupor) para subirse al transporte.

La interfaz, basada en las ya habituales tarjetas de Google, cumple su función, aunque aquí me espero a ver cómo solucionan el problema de pantalla pequeña Apple en su reloj (que por cierto sale dentro de unas horas a la venta), que históricamente tiene recorrido en estos derroteros.

Moto360 Smartwatch latitude

El Moto 360 luce con la pantalla apagada hasta que sus sensores reconocen que lo vamos a mirar, mediante el giro de muñeca. Para esas veces en el que el giro no se presta (son las menos, pero quizás esté ya con el brazo en alto por alguna razón), con un leve toque a la pantalla o al botón, el reloj se activa, y ves tanto la hora como la última de las notificaciones que tienes pendiente de gestionar.

Y aquí aparecen algunos de los problemas, ya que muchas de ellas únicamente podrás eliminarlas (se eliminan también del smartphone) o abrirlas en éste.

Esto no es un problema propio de Android Wear, sino de la falta de compromiso de los desarrolladores. Aún así, WhatsApp o Twitter son ejemplos de apps que han sabido aprovechar las prestaciones del smarwatch, pudiendo contestar rápidamente vía voz.


Porque hablar de la interfaz de Android Wear es hablar de la interfaz de voz de Google, que en este caso (el del reconocimiento de voz) funciona genial. Suelo contestar habitualmente al WhatsApp vía Moto 360, y creo que nadie se me ha quejado aún. Nada más terminas de hablar, aparece una pantalla con el resultado y una cuenta atrás para enviar el comentario, para que te asegures de haber dicho lo que querías decir. Pasaría lo mismo con Twitter o incluso con GMail, aunque a mí personalmente me gusta más responder a correos en la tranquilidad de la pantalla del ordenador.

Como aspecto negativo, decir que su interación gestual, sobre todo en la pantalla inicial (la propia del reloj), se me antoja poco pulida. No es la primera vez que intentando abrir el menú (deslizamiento hacia la izquierda) se activa Google Now (pulsación en pantalla). Y es algo muy molesto, ya que para cerrarlo tienes que esperar un par de segundos, que te parecen una eternidad cuando estás utilizando un dispositivo como este.

Respecto a la batería, si me ha sorprendido gratamente. En todas las reviews que había leído o visto sobre el Moto 360, ponían a la batería como el principal problema. Y en efecto era (y creo que sigue siendo) el smartwatch de Android Wear con la batería más pequeña. Pero desde que lo compré, y quizás gracias a la actualización que salió el día anterior a la compra (es la única razón que le encuentro), con el uso esperable me dura día y medio holgado, a veces hasta dos.

La carga, como bien sabe, se hace por inducción con un soporte propio, y esto de por sí es bueno y malo. Bueno porque apenas tarda media hora en cargarse al 100%, dejando mientras un reloj de mesa (la interfaz cambia para adaptarse a la posición de carga) que puedes tener de despertador o en el escritorio, y malo porque te obliga a recordar que tienes que llevar otro cargador allí donde vayas o estés.

Experiencia a nivel social

Llegamos así al apartado social, y es que pese a ser un dispositivo invisible, si he sufrido situaciones incómodas o curiosas que me parece oportuno señalar.

La más clásica, es que la gente, al ver que estás tocando la pantalla del reloj, te pregunta. Y para un servidor esto no es un problema, pero puede serlo para alguien más introvertido o vergonzoso.

La segunda es que socialmente, mirar el reloj, da a entender a los acompañantes que estás aburrido o que tienes ganas de irte. Y esto si representa un problema, ya que la mayoría de las veces que miras el smartwatch lo haces para ver notificaciones, no para saber qué hora es. Por eso he acabado por tener que explicar de antemano el porqué en aquellas conversaciones con personas no tan cercanas al mundo tecnológico, y evitar así malentendidos.

También ayuda el hecho de que hace relativamente poco pusiera en orden la prioridad de notificaciones, buscando optimización del tiempo (y felicidad).

Y la pregunta del millón ¿Ha reducido drásticamente el número de veces que un servidor consultaba el teléfono?

Lamentablemente, tengo que decir que no. Lo ha reducido, eso está claro, pero no al nivel que esperaba.

Lo que si ha hecho es trasladar parte de esas interacciones a un soporte que se presenta más inmediato, pero la falta de adaptación de algunas aplicaciones al entorno smartwatch hacen que el smartphone siga siendo el pilar comunicativo móvil de nuestros días.

Lo que sí ha influenciado ligeramente es en el gusanillo por la monitorización propia. Por picarme a ver si hoy supero mi marca de pasos del día anterior, o ver qué frecuencia cardíaca tengo después de salir del gimnasio.

No mucho, sinceramente. Todavía controlo ese tipo de condicionamientos tecnológicos, pero puede ser un añadido para personas más activas deportivamente hablando, y sobre todo, influenciar en hábitos saludables que no nos vienen mal a ninguno de nosotros.

Conclusiones. ¿Merece la pena?

En mi caso, tengo claro que sí. El simple hecho de trasladar parte de las interacciones tecnológicas a este dispositivo ya de por sí lo merece. Su integración con Google Maps es sencillamente maravillosa, y esto para un servidor, que acostumbra a viajar bastante, es un añadido muy a considerar.

Pero no lo recomendaría a nadie que no tenga claro dónde se está metiendo. Los smartwatches actuales son muy caros para lo que ofrecen. Es un añadido. Un lujo para aquellos a los que nos encanta esto de probar los últimos dispositivos. Y será previsiblemente el futuro de la electrónica de consumo, pero aún le falta camino.

[ACTUALIZACIÓN] Actualmente estoy utilizando un Amazfit Bip (ES), el punto medio perfecto entre prestaciones de un smartwatch con la autonomía de una pulsera cuantificadora. Además de que es mucho más barato que este Motorola.

Así pues, hasta aquí he llegado con esta review. 4 meses probando el Moto 360 creo que son bastantes para decir que para un servidor, no hay vuelta atrás. Ya no le veo sentido a llevar un reloj que no ofrezca notificaciones, y con la paulatina evolución tecnológica, en unos años no veremos sentido a llevar un reloj que no nos permita realizar compras en supermercados, en tiendas y establecimientos.

Será entonces cuando se rompan esas barreras sociales que existen actualmente. Como pasó en el mundo del móvil, el reloj pasará a servir casi para todo. Y de paso, dará la hora.

Así que si se está pensando en comprar uno de estos dispositivos, que tenga en cuenta dónde se mete, y si le merece la pena el desembolso que va a realizar.

¿Alguna duda?

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