Ayer se celebraba el Día Mundial del Respaldo (Backup), una excusa tan efectiva como cualquier otra para recordarnos por tercer año consecutivo la importancia de tener un plan B en caso de que por el motivo que sea, haya pérdida de información.


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Está extensamente masificada la creencia de que las copias de seguridad están diseñadas únicamente para el ámbito laboral, y rara es la persona que tiene en el ordenador de casa una aplicación de backups convenientemente automatizada, descontando aquellos que por desconocimiento, quizás hayan dejado Time Machine activado por defecto en un espacio de disco sin usar (Mac), o su correspondiente en Windows, Copias de seguridad y Restauración.

Vivimos en la era de la multiplataforma, algo que como ya vimos en la entrada titulada El peligro de depender de una única plataforma para nuestros servicios, solo conlleva ventajas. Nuestros ordenadores de casa (quien aún los tiene), suelen correr con Windows o Mac OS, dejando Linux para dispositivos móviles. Por si fuera poco, los problemas derivados del uso de diferentes plataformas han ido paulatinamente menguando en peso, gracias sobre todo a las carpetas alojadas en la nube, y la democratización de sistemas operativos compatibles (en cuanto a aplicaciones multiplataforma).

Todo este avance ha generado una interacción bastante efectiva entre diferentes dispositivos, que por lo general funciona a las mil maravillas. Pero no nos olvidemos que hablamos de informática, y esta demoníaca disciplina científica, rara es la vez que todo sale como debería salir.

De ahí que aproveche la celebración del día de la copia de seguridad para traeros 5 buenas razones para tener en cuenta un plan B con vuestros archivos, ya sea en la oficina o en casa.

1.- Los ordenadores los carga el diablo

Hablar de informática, y no conocer la Ley de Murphy, es jugar con fuego. Hay que ponerse siempre en el peor de los casos, porque si hay una ligera posibilidad de que algo malo ocurra, ten claro que acabará ocurriendo.

Bill Gates estará en su batcueva riéndose sádicamente por todos y cada uno de los pantallazos azules que han terminado con nuestros nervios durante años, y la guerra de patentes, así como los desarrollos rígidos de servicios y herramientas que en principio deberían ser compatibles hacen el resto.


El Gato de Schrödinger es otro de los teoremas cuánticos que hay que tener en cuenta cuando se habla de informática. Hasta que no abres un archivo, ese fichero es tanto válido como no válido, con una probabilidad cercana al 16,5% de que sea lo segundo.

Bromas aparte, lo cierto es que los ordenadores son fiables hasta cierto punto. Con el paso del tiempo, se ha ido mejorando, hasta el punto que aparentemente nos dotan de una relativa seguridad frente a contratiempos. Pero cualquier día te levantas y tus datos ya no están, o se jode el disco duro, o te entra un virus de esos que dan miedo, y adios a las fotos de los últimos 10 años.

2.- Archivos alojados en la nube

Hace unos años, reconozco que era de los que se enviaba emails con archivos para poder abrirlos en los diferentes ordenadores con los que trataba en mi día a día. La solución no era para nada óptima, ya que al final acababa con varias versiones distintas de cada archivo, por lo que acabé por comprarme un disco duro externo.

Aunque mejoró la cosa, el principal inconveniente de este tipo de almacenaje es que requiere primero de todo formatear a un formato que el resto de dispositvos entiendan, y como toda la información está contenida en la misma carpeta, acabas con una ingente cantidad de archivos de configuración de diferentes sistemas operativos, que en el suyo propio son invisibles, pero en el resto no.

Afortunadamente, y después de mil y una estrategias para minimizar este daño, se fueron imponiendo los servicios de almacenaje en la nube, una suerte que hoy en día es casi necesaria si quieres poder contar con tus archivos en todos los dispositivos inteligentes con los que contamos.

Por si fuera poco, dichos servicios cuentan de forma abstracta para el cliente con sistemas de copias de seguridad, de tal manera que es relativamente sencillo recuperar el estado de uno o más archivos a una versión anterior, con lo que matamos dos pájaros de un tiro.

Ahora bien, los servicios en la nube funcionan genial, y los recomiendo encarecidamente. Pero no hay que olvidar que esos archivos, en el momento en que los subes a los servidores de una empresa, dejan de ser estrictamente tuyos. De hecho no hay más que leer la política de privacidad de servicios de como Google Drive o SkyDrive, para darte cuenta que la compañía se reserva el derecho de borrar o modificar cualquier archivo susceptible de ser considerado nocivo o ilegal. Seguramente nunca llegue a pasar, además de que aunque solo fuera por ética, si un servicio va a cerrar, suele avisar con meses de antelación para que descarguemos nuestros datos, pero pasamos de depender únicamente de uno mismo a depender de terceros.


Es aquí donde comienza a tener sentido el control propio de copias de seguridad ¿Qué la empresa que hay detrás del servicio que uso de almacenaje tiene su propio sistema? Mejor, pero al menos que yo sepa que si todo se va al traste, tendré bajo mi haber un plan B.

3.- El peligro de errores de compatibilidad entre diferentes herramientas y sistemas operativos

Viene de la mano del primer punto. Cada día usamos más dispositivos distintos, con diferentes herramientas y servicios, que se nutren de los mismos archivos.

Esto suele conllevar problemas de compatibilidad (quien no haya sufrido en sus carnes ese proyecto escrito en word que no conserva el estilo correctamente al pasarlo a Mac no se merece vivir), que pueden mandar al traste varias horas o días de trabajo, teniendo que rehacer parte sino todo lo anterior.

De nuevo, tener un sistema de copias de seguridad se vuelve interesante.

4.- Nos sobra el espacio en disco duro

Si tenéis un portatil con disco SSD, puede que esto no se cumpla, pero quien más o quien menos, tiene por casa un ordenador de sobremesa o un disco duro externo de estos que tiraban aún con USB 1.0 y que a una mala pueden servir como arma arrojadiza o escudo ante proyectiles.

Las copias de seguridad ocupan espacio, pero es que hoy en día nos sobra. Con medio tera, tenemos por lo general espacio más que suficiente para nuestros datos, juegos y programas, y únicamente en el caso en que nos dediquemos a guardar archivos multimedia como unos posesos (recordad que dentro de nada estará prohibido gracias a la Ley Lasalle), necesitaremos algo más de espacio.

Ya que nos sobra ¿Por qué no destinar parte de ese espacio que nunca usaremos en una medida de seguridad que nos hará respirar tranquilos si pasa lo peor? No hacerlo es desperdiciar lo que tenemos,… y vivir al límite.


5.- Malware, roturas, y dispositivos robados

Usamos muchos dispositivos diferentes, algunos de ellos móviles, y nadie está exento de que cualquiera de estos se rompa o nos los roben.

El peligro de infectarse con malware está siempre presente, y es indiferente al sistema operativo que usemos (recordarlo, chicos de Mac OS).

Puede ocurrir en cualquier momento, y quizás podamos entonces acceder al contenido y salvarlo o directamente no. Cuando ocurren casos como éste, es cuando desearías haber hecho caso al blog de PabloYglesias, y haber tenido un sistema de recuperación efectivo, o una copia de seguridad en un disco duro externo en un cajón de la habitación.

No cuesta nada hacerlo (algo de tiempo si nos ponemos quisquillosos), y nos ahorraremos disgustos futuros.