8 años pabloyglesias

Mañana se cumplen 8 añitos desde que empezase a escribir por aquí.


Un proyecto (el del blog, que la página realmente existía desde antes) que empezaba un 19 de mayo hace ya ocho añazos, y que hemos celebrado por estos lares no una, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco, ni seis, sino siete veces.

El proyecto de una vida (la mía), al que dedico más horas de las que me gustaría reconocer.

Vamos a hacer una retrospectiva de lo que ha dado de sí estos últimos 365 días, de mi evolución personal y profesional, y de los cambios que se vienen, que no son pocos.

¡Al lío!

PabloYglesias como proyecto digital

Ha llovido ya bastante desde aquellos inicios en los que, iluso de mi, quería competir con medios de comunicación.

Empecé publicando entre tres y cinco artículos AL DÍA. ¡Al día! Por supuesto, eran artículos muy cortos, de unas 200-400 palabras, puramente informativos, sobre lo que estaba ocurriendo en el momento.

Estuve así unos meses hasta que me di cuenta de que lo que hacía era absurdo. A mi me había servido para labrarme esa metodología de consumo y reflexión informativa diaria, pero era una tontería intentar competir con un medio que cuenta con varios trabajadores a jornada completa generando contenido. Y lo más importante: no tenía sentido para mis objetivos profesionales.


Desde entonces he ido dando bandazos en una u otra dirección, publicando piezas más o menos largas, de más o menos actualidad, y en líneas generales, manteniendo la esencia de lo que creo hoy en día sigue siendo PabloYglesias:

  • Un blog personal…: Y es que aunque ya no es la primera vez que me piden que abra el proyecto a terceros, sigo siendo reacio a hacerlo. Un año más PabloYglesias es ese diario de a bordo de un profesional del sector. Un proyecto personal, en el que tiene cabida todo lo que se me pase por la cabeza a mi, aunque esto conlleve, como cabría esperar, que me estoy cerrando a seguir un camino que de seguro sería más lucrativo económicamente hablando.
  • … que mantenga la independencia analítica de su escritor: Lo que va relacionado directamente con el anterior punto. PabloYglesias obtiene ingresos principalmente por los clientes que me salen de mi trabajo como consultor. Y queda bien reflejado en ese artículo reciente en el que explicaba que gano 25 euros por escribir un artículo. Eso no es lo que me da por tanto de comer cada día, sino la consultoría. Además, está el sistema de micromecenazgo, que el año pasado abría a empresas, y que sin lugar a duda, mirando la vista hacia atrás, fue un gran acierto, aunque últimamente esté bastante parado.
  • De la individualidad al colectivo: De hecho decía en el informe del año pasado que estaba feliz al ver cómo el proyecto PabloYglesias estaba cada vez más alineado con mi trabajo como consultor. Y si algo tengo que señalar de este año es que creo que he encontrado el equilibrio perfecto entre esa necesidad personal de mantener informada a la audiencia sobre los temas del momento, y también las ganas que tengo de contaros qué estoy montando a nivel profesional con un equipo totalmente distribuido a lo largo y ancho del mundo. Pero no quiero adelantarme.

Y por último, están todos esos proyectos paralelos que nacían el año pasado con la idea de generar ingresos pasivos.

Entre ellos, el Curso de Fundamentos de la Seguridad y Privacidad en Internet, que ahí sigue de vez en cuando atrayendo gente interesada en aprender y prepararse para los riesgos del tercer entorno.

También está mi libro «25+1 Relatos Distópicos», que a diferencia del curso, tuvo desde el principio un éxito arrollador. Lo que me ha motivado a seguir escribiendo relatos (veo que ya llevo otros diez escritos) y también a estar cerca de terminar esa trilogía de ciencia ficción/fantasía épica que llevo años arrastrando. No con la idea de hacerme rico escribiendo (por mucho éxito que tuviera el libro de Relatos Distópicos, como expliqué por aquí, no da ni tan siquiera para una paga extra), sino porque escribir es algo que me apasiona, y el ver que hay gente interesada en ello hace aún más ilusión.

A nivel de timing de publicaciones sigo más o menos cumpliendo el objetivo que me planteé el último año, cambiando un poco la estructura, y añadiendo el domingo, que últimamente no fallo, y que ha pasado a ser el día comodín:

  • Lunes: Artículo (público) en el blog y newsletter (pública) para todos los miembros de la Comunidad.
  • Martes: Artículo (exclusivo de mecenas) en el blog y en la intranet (ergo, les llega por correo a los mecenas).
  • Miércoles: Artículo (público) en el blog y newsletter (exclusiva de mecenas) sobre seguridad enfocada a PYMES y Profesionales.
  • Jueves: Artículo (exclusivo de mecenas) en el blog y en la intranet (ergo, les llega al correo a los mecenas). Newsletter (exclusiva de mecenas) tanto en el blog como en la intranet sobre seguridad enfocada a PYMES y Profesionales
  • Viernes: Artículo (público) en el blog.
  • Sábado: El día comodín Artículo (público), normalmente o bien sobre videojuegos, o bien sobre cine y series, o bien sobre viajes (cuando se podía G.G) o bien sobre literatura.
  • Domingo: El día comodín. Si hay algo que quiera publicar publico, y si no no pasa nada.

Una estrategia que ya comencé el año pasado y que he ido puliendo en este era el hecho de intentar aprovechar los artículos exclusivos de mecenas de cada semana para tratar la actualidad del momento, y dejar el resto de artículos públicos para temas con mayor ciclo de vida.

Esto no significa que ahora solo publique tutoriales y reviews de productos en público, sino más bien que aunque la base de la pieza sea una noticia de actualidad, intento pensar más allá, en las implicaciones que tendrá esto ya no solo cuando la noticia deje de ser noticiable, sino para el futuro de la sociedad o tecnología de nuestra era.


estudio trabajo pabloyglesias
Como ves, nos hemos vuelto a mudar, y eso ha supuesto que aunque la casa es sensiblemente mejor, la habitación que tengo para trabajar ya no es tan enorme como antes (ocupaba toda una planta).

PabloYglesias como consultoría de presencia y reputación online

Ha sido un año realmente apasionante en cuanto a la parte profesional.

Tuve mucho crecimiento después del verano, lo que me llevó a concienciarme de que si quería seguir creciendo tendría que hacerlo con una mentalidad más de agencia y no de «hombre orquesta», como hasta ahora.

Y esto, para alguien tan perfecionista como un servidor, te puedo asegurar que no ha sido fácil. Hoy por hoy todavía me cuesta delegar en terceros, pero soy consciente de que no queda otra, y por ello ya en la mayor parte de proyectos meto tanto a Èlia (la encargada de humanización de marcas (ES)), como a nuestra diseñadora, nuestra abogada para temas reputacionales y/o de cumplimiento de la RGPD, y varios colaboradores ocasionales que me ayudan con el desarrollo, el SEO y el SEM.

Que mi papel debe ser el de crear la estrategia y gestionar los acuerdos con los clientes. Y que aunque me siga encargando de más de un desarrollo, de más de una cuenta y de más de un informe, intento en la medida de lo posible externalizar en otros profesionales parte del trabajo.

Porque esa es otra. Después de hablarlo mucho en casa Èlia y un servidor hemos llegado a la conclusión de que el paradigma de empresa S.L. con gente contratada no encaja para nada con la forma que tenemos de trabajar en nuestra agencia.

  • Primero porque no nos planteamos a corto o medio plazo tener una oficina como tal. Ambos somos amantes del teletrabajo, y además muy obsesionados con la optimización de recursos. Y una oficina es de todo menos óptima. La gente que trabaja con nosotros debe por tanto estar acostumbrados a este trabajo en remoto, lo que de paso, nos permite no solo depender de profesionales de España. La diseñadora es colombiana, un chico que tenemos para SEO está viviendo en Tailandia, otro que nos ayuda con la creación de contenido es venezolano…
  • Y segundo porque a mi, como empresario, me da exactamente igual que mi «trabajador» esté 8 horas o una trabajando en mi proyecto, o que compagine lo que yo le pido con cualquier otro proyecto propio o de terceros. A mi lo que me interesa es que si le pido algo para X día, ese día lo tenga hecho. Punto. Descontando que además tengo demostrado que, generalizando (ya sé que en no todos los casos se cumple, pero ya me entiendes) los freelancers, por eso de tener que estar más activos buscando clientes, suelen ser personas bastante más motivadas a realizar su trabajo que lamentablemente ese tipo de perfiles de trabajador por cuenta ajena que buscan solo cumplir y cobrar.

No digo que esto último esté mal. Simplemente que para dos workalcoholics como Èlia y un servidor, nos gusta estar rodeados por gente igual de motivada. Que entiendan su profesión como una parte crítica de su vida, esforzándose en seguir aprendiendo y no únicamente buscando el hacer lo justo y necesario para recibir la nómina a final de mes.

Y volviendo al negocio, es innegable que la crisis del Coronavirus nos ha afectado.


Justo antes de que empezase esta pesadilla estábamos a punto de cerrar un acuerdo con una multinacional que nos hubiera dado presumiblemente un proyecto a varios años vista que además de muy interesante (trabajo reputacional y de inteligencia del que ya sabéis que me gusta) hubiera asegurado ya no solo mis ingresos, sino los del resto del equipo.

Por supuesto, con la situación en la que estamos, y aunque en sí a la multinacional ni le va ni le viene, todo se ha parado.

Ya conté no hace tanto cómo tengo actualmente repartido la tarta de ingresos (actualización: en estos dos meses ha mejorado ligeramente), explicando que habré perdido en torno al 25% de la facturación, lo que me ha supuesto tener que asumir más trabajo que antes pendía de nuestros colaboradores, y dependiendo por tanto más de una cuenta en particular.

Afortunadamente esta forma de trabajar descentralizada y tan atomizada hace que tanto Èlia como un servidor nos retroalimentemos, y haya proyectos en los que trabajamos juntos y otros que cada uno trabaja con su propio equipo.

Así que en líneas generales no puedo más que agradecer la suerte que tenemos. Viendo como están algunos compañeros de profesión, somos unos afortunados, y aunque las perspectivas de crecimiento que teníamos antes del COVID19 eran otras, seguimos al pie del cañón y por ahora en una posición que ya quisieran la mayoría.

Mi lugar de trabajo
Estreno mesa (bastante más grande) y algunos dispositivos que me hacen la vida más fácil en el día a día

Mi lugar de trabajo

Otro año más, y otra mudanza.

Que parece que nos gusta esto de cambiar de casa, madre mía.

En todo caso es probable que esta escalada de cambios se estabilice ya que tanto Èlia como un servidor nos hemos comprado cada uno una casa. Diría que algo más de dos tercios del año los pasamos en Madrid (la casa de Èlia), y lo que queda en mi casa de Gijón (Asturias), por eso de poder aprovechar la playa y escapar del calor sofocante del verano madrileño.

Y cómo no, al cambiar de casa se ha acabado eso de tener un estudio que tenía alrededor de 35 metros cuadrados (él ático de la última casa de alquiler en la que estuvimos). Ahora he vuelto a trabajar en una habitación normal, y como puedes ver en la imagen superior, hay pocos cambios respecto a mi setup de trabajo:

  • Tengo una nueva mesa de trabajo (realmente la anterior, que era de estas baratas de Do it Yourself de IKEA, me la he llevado para el estudio de Asturias), que es bastante más amplia (ancho y largo) que la anterior, y sigo encantado con mi silla gamer (ES).
  • Sigo utilizando el Lenovo Yoga (ES/mi modelo está descatalogado, así que este sería la opción actual) como ordenador principal enchufado a la misma pantalla ultrapanorámica de LG (ES/mi modelo ya está descatalogado, así que enlazo a este).
  • Sigo utilizando el mismo un teclado mecánico, pero el razer naga lo he cambiado por un ratón vertical de Logitech que recomiendo a cualquiera que trabaje mucho tiempo delante del ordenador.
  • Por fin, y aprovechando la salida del nuevo iPad con iPadOS, he decidido cambiar mi antiguo iPad Mini de primera generación por este. Y de hecho esto hace que ahora saque cada vez menos el portátil de casa, utilizando para viajes de trabajo directamente el iPad como ordenador.
  • Los cascos bluetooth (ES) que ya tenía, el micrófono profesional que ya tenía, y como nuevo añadido una cámara web enfocada al streaming (ES/la anterior la he llevado a Asturias).
  • Para terminar, algo que podría pasar desapercibido pero que recomiendo encarecidamente: un hub USB (ES) que me permite tener colocados todos los USBs detrás del monitor y encenderlos y apagarlos según lo necesite, webcam y micrófono incluido.

Tengo, no obstante, toda la lista de productos que conforman mi setup de trabajo en Amazon (ES), por si la quieres revisar.

¿Qué le deparará el futuro a este proyecto?

Pues principalmente ver cómo evoluciona esto del COVID.

Si de algo nos ha servido este golpe de realidad, es para darnos cuenta de que la mayoría de quebraderos de cabeza que teníamos eran absurdos.

Y que lo de verdad importante solemos obviarlo.

A título personal me gustaría acabar ya la trilogía que estoy escribiendo. Me faltan unas 50 páginas, que teniendo en cuenta que llevo ya unas 700 escritas, no parece mucho si obviamos que es el final y por tanto es lo que más trabajo cuesta.

Pero sobre todo me gustaría que el año que viene, cuando vuelva a enfrentarme a este escrito, pueda decir que todo sigue más o menos como hasta ahora. Que sigo pudiendo dedicar el tiempo que dedico a publicar a diario por aquí. Y que si no puedo, sea por un motivo mayor y positivo.

Que ya soy feliz con lo que hago. Y eso es decir mucho en los tiempos que corren.

¡Muchísimas, muchísimas gracias por seguir ahí!

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¿Quieres conocer cuáles son mis dispositivos de trabajo y juego preferidos?

Revisa mi setup de trabajo, viaje y juego (ES).

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