En la madrugada del día de ayer saltaba la noticia (EN): Google pasaba a ser matriz de Alphabet (EN), una empresa de nueva creación que acogerá bajo su seno, en una estructura de holding, a Google y a varias patas de la antigua corporación.
Escribo esto a unas horas de que los chicos de ABC me llamaran para preguntar mis impresiones al respecto, que han trasladado al periódico en un artículo que han titulado “Cuando Google se despertó como la empresa que nunca quiso ser” (ES).
Básicamente, la postura que defiendo en el mismo, y que quería dejar clara por aquí, es que estamos ante un movimiento defensivo muy atrevido y seguramente muy pero que muy premeditado.
Con el cambio, Alphabet pasa a ser Google (por cierto, curioso que hayan elegido de nombre Alphabet, estando el dominio y la cuenta de Twitter homónima pillada), y la nueva Google pasa a ser un mero tentáculo de Alphabet, que seguirá enfocado a ofrecer servicios relacionados con la gestión de la información. Con el cambio, Google X (los labs de innovación), Calico (el proyecto por alargar la vida de las personas), Google Ventures (la plataforma de inversión), Google Capital (el fondo de capital), Fiver (la cablera de fibra), Nest (la compañía de domótica que compraron hace escasos meses) y lo que acabe por salir de alguna de estas (bien sea de los laboratorios, bien sea de las compras), pasan a estar al mismo nivel que Google. Con el cambio, Sundar Pichai pasa a ser CEO de Google (todo un acierto, sí señor, habida cuenta de la apoteósica carrera (EN) que ha tenido el indio) y los fundadores pasan a dirigir la matriz.
Pero sobre todo, con el cambio, y aquí quería llegar, lo que obtiene Google Alphabet es foco, precisamente de lo que carecía en los últimos años.
Esa startup de miles de trabajadores
En la entrevista les ponía el ejemplo de Telefónica, una compañía con más de 5000 productos en catálogo.
Repito, más de 5000 productos. Ahora dígame ¿cómo demonios se gestiona aunque sea un catálogo diez veces inferior?
La mochila histórica le pesa a Telefónica, que tiene casi 100 años, le pesa a IBM, que es incluso algo más vieja, le pesa a Microsoft, con 50 añitos, y le pesa a Google con 17.
Es imposible seguir el ritmo de una startup siendo un mastodonte bursátil y fuertemente burocratizado. Es sencillamente imposible.
El fracaso que supuso Google Glass sigue resonando. Un producto innovador, que ha abierto un mercado aún por explotar, pero que en implementación era un despropósito.
Google como empresa es (era) un lastre para toda la masa gris que tiene dentro. Es un gigante, y como le pasa a todos los gigantes, se mueve lento.
¿Que hace que siga tan alto? Dos cosas principalmente.
- La mochila histórica: Que pesa para bien y para mal. A nivel financiero Google es un caso de éxito, un máquina de producir billetes.
- El gatillo fácil: Tan pronto un proyecto despunta, Google pone en la mesa varios millones. Y la mayoría de las veces le funciona. Y ojo, que no es la única. De esta manera, es capaz de mantener su statu quo, “innovando” a base de talonario, a base de comprar las ideas de terceros y enchufarlas a la máquina de producir billetes que es y sigue siendo AdWords.
Una estrategia que le ha funcionado a Apple, con la salvedad de que el negocio de Apple ha sido históricamente (no seré yo quien diga que sigue siéndolo) más estable. El trío hardware/sistema operativo/plataforma de servicios ha sido la Búsqueda del Dorado de la mayoría de las grandes tecnológicas, pero es terriblemente complicado de mantener.
Apple basa su potencial, y de paso, su mayor debilidad, en los ciclos de reinvención del mercado. El coger algo que ya está, darle la vuelta de una manera magistral, y sacarlo para que sea un éxito sin precedentes, reinando durante periodos de tiempo cada vez menores hasta que llega un nuevo producto revelación.
La focalización y la especialización son necesarios hoy en día para seguir plantando cara
Google no controla el hardware (y mire que lo intenta), su sistema operativo para móviles es un éxito, pero no tanto así el de escritorio (prácticamente sin presencia en el mercado), y donde destaca es en la plataforma de servicios. ¿El resultado? Un negocio que crece más por el propio crecimiento del mundo tecnológico que por su aportación al mercado.
Donde está la chica (véase, el dinero) es precisamente en esos proyectos como Calico, que atacan a algo que a nosotros como seres vivos nos importa bastante más que ver vídeos de gatitos (tener más tiempo para seguir viéndolos, :D).
Donde está el negocio es en la robótica, que será ineludiblemente el futuro de toda industria, de todas las ciudades, de todas las casas. Donde está el negocio es en la ubicuidad de la información. Una información que nos tiene que llegar en el momento adecuado (contextualidad) y hacerlo además de manera innata (tecnología invisible).
Y es precisamente estos proyectos los que hoy en día Google era incapaz de sacar adelante.
Transformándose en un grupo de empresas con entidad propia (independientes), Alphabet adquiere esa flexibilidad que la antigua Google ya no tenía. O al menos está de camino a obtenerla. Y al menos podrá focalizarse en lo que debe focalizarse.
Es un gran inicio, sin lugar a duda. Un To be continued? en toda regla.
Esperemos que lo sepan aprovechar, y que de aquí a unos años volvamos a recuperar ese entusiasmo que teníamos por una de las empresas más innovadoras de las últimas dos décadas.
Puede que el dinero esté en la robótica, la biotecnología, etcétera… pero en mi opinión Google está sacando los pies del tiesto al querer adentrarse en sectores que están fuera de su área de competencia. Ya hay centenares de empresas asentadas en esos sectores, con más experiencia y años incubando proyectos e invirtiendo millones. Dudo mucho que sea una mera cuestión de “echarle billetes” y vaya a llegar Google la última para comerse el mundo.
Pero es que además al centrar sus recursos en ese tipo de proyectos (muchas veces sin plan de rentabilización) Google está descuidando la posibilidad de fortalecer su ecosistema y mantener su hegemonía en un sector de por sí con alta competencia y donde todavía hay mucho por innovar. Y si no cuida su máquina de generar billetes entonces en el futuro ni róbotica ni biotecnología ni buscador ni nada.
Habrá que esperar para ver como lo gestionan pero en mi opinión Alphabet es el juguete de dos ególatras multimillonarios que se han aburrido de la responsabilidad de dirigir Google y ahora quieren ser Tony Stark.
Jajaj, es posible Tomás, en todo caso, ¿no lo harías tú si pudieras?
De aquí a unos años internet como tal no será un elemento separado de nuestro mundo. Será un todo, y previsiblemente perderá fuerza de por sí. Lo que necesita Google es enfrentarse a los mercados que dictarán el futuro de la tecnología. Esa tecnología que será más contextual e invisible al usuario final.
Y de hecho, precisamente el haberse separado en un enjambre de compañías permite a Google crecer en lo que de verdad tiene que hacerlo, de tomar foco. Eso mismo que criticas tú en el comentario y un servidor en el artículo.
¿Que lo consigan? Es otro cantar. La cuestión es que quede en manos de Sundai Pichai la dirección de Google me parece un acierto, viendo que además sus fundadores anda más interesados en otros menesteres, como bien señalas.
Tesla o Edison? Si conduces tu coche y tienes un accidente donde atropellas y matas una persona involuntariamente igual eres sujeto y objeto de la pena legal, ahora si tu coche es un “coche google” que se conduce por sí solo pues estas salvado y Google en problemas… mejor si Google se divide y reparte las responsabilidades, tambien le será más facil contratar seguros y financiamiento para esos “menesteres tecnologicos” que intenta desarrollar… lejos estan del capricho a lo Tony Stark la complejidad legal, patentes y regulaciones del mundo moderno son la razón.
Les dejo esta frase para entender bien el tema “Si tengo una manzana y tu tienes otra y las intercambiamos no hay diferencia pero si tengo una idea y tu otra y las intercambiamos ambos terminamos con dos ideas” hasta aquí todo bien… pero llega un abogado y les dice: “bien amigos solo uno de ustedes dos podrá patentar el ese par de ideas y ganar dinero con ellas”.
Precisamente sobre el ejemplo que mencionas de los coches “inteligentes”, escribí no hace mucho algunos artículos: Sobre algoritmos e irracionalidad, y el mens rea de la culpabilidad aplicado a la IA.
Seguro que te gustan Aníbal :).