¡Ay Dios Pablo! Tú, que instas a todo el mundo a instalarse Chrome y hasta pagar GSuite, ¿me quieres decir que no utilizas Google como buscador principal?
Pues tal y como lo oyes. Y es más, como te explicaré, tampoco utilizo Chrome en el móvil.
Algo que empezó como una prueba por ver si era capaz de vivir sin la dependencia absoluta de Google, y que oye, han ido pasando los meses sin apenas enterarme hasta hoy, que me ha dado por publicar este artículo.
Te explico por aquí las razones y el cómo lo he hecho para que no suponga un gran problema en mi trabajo (el principal escollo, que a nivel puramente personal podría haberlo hecho mucho antes). Porque el corolario es ese: se puede vivir, y perfectamente, sin ello.
Vamos por partes.
Las razones
Como decía, la razón principal era comprobar si era capaz de ser igual de óptimo en mi día a día sin depender en exceso de los servicios de Google.
Unos servicios que, por otro lado, me parecen de los mejores del mercado sin lugar a dudas.
Empecé esta prueba a finales de 2019, con un pequeño pero sutil cambio:
Pasé a utilizar Brave como navegador principal en el móvil, junto a ese otro experimento que ya conté por aquí, y que sigo utilizando en mi día a día: navegar sin cargar javascript por defecto.
¿La razón? Pues que en escritorio tenía extensiones como la arriba enlazada que me permiten bloquear automáticamente todo ejecutable de la página, pero en móviles la cosa se complica. Ahí es donde entra Brave (EN), que viene con un bloqueador de scripts incluido, que además es muy sencillo de activar y desactivar. Justo lo que buscaba para:
- Poder navegar más rápido: Sobre todo en medios de comunicación que abusan absurdamente de los banners publicitarios. La diferencia es considerable.
- Poder desactivarlo con un solo click en aquellas páginas que lo merezcan: No quería un bloqueador de publicidad absoluto, sino uno que pueda desactivar y activar a mi antojo, de forma que lo mantengo desactivo en las páginas que hacen un uso sensato de la publicidad, y lo activo en las de esos periódicos que todos sabemos donde cada página ocupa varios megas y lo único que quieres es leer su contenido.
- Además, por supuesto, tener un sistema anti-tracking, sobre todo porque también visito páginas que sé que son fraudulentas para hacer mi trabajo, y así evitar scripts de seguimiento o malware (para escribirte artículos como los de los análisis de campañas de phishing tengo que navegar por webs que buscan explotar mis vulnerabilidades).
Y a nivel de búsquedas, quería una solución que:
- De nuevo me hiciera depender menos de Google: Por tema de privacidad, y por probar si realmente podía no depender tanto de una sola suite.
- Rompiera la burbuja de filtros creada alrededor de mi histórico: Este punto es crítico, y entra dentro de mis acciones para minimizar el impacto informativo de mi historial digital. Por un lado la burbuja de filtros que han creado plataformas como Google o Facebook nos permite consumir contenido que potencialmente más nos interesa, pero por otro, esto significa, aplicado a las búsquedas, que Google no me va a mostrar resultados que potencialmente no me interesarían, perdiéndome parte de la realidad con ello. Es decir, que gracias a las burbujas de filtro Google acierta más en los resultados que nos ofrece, pero reduce nuestra capacidad para, por ejemplo, estar mejor informados, al obviar resultados que entiende que potencialmente nos van a gustar menos (contenidos políticos, sociales, religioso o culturales opuestos a nuestra forma de pensar).
Cómo ha sido el cambio
La cosa es que algo que a priori me parecía bastante jodido de implementar (sobre todo en viajes dependo del móvil y la tablet para trabajar, y un servidor tiene todo sincronizado con Chrome) se ha vuelto la mar de cómodo.
Me he dado cuenta de que realmente en el móvil no utilizaba apenas la sincronización de Chrome más que para el tema de las contraseñas, que por supuesto he ido poco a poco sincronizándolas con mi cuenta de Brave.
El segundo paso, por tanto, era probar si podía vivir sin Google buscador.
Venía de hace unos años (2017 creo recordar) de haberlo intentado con Bing. Estuve cerca de dos meses, pero lo cierto es que la calidad de los resultados, al menos por aquel entonces, era claramente menor que la que me ofrecía Google.
Y ojo, que en parte también se debe a que como era normal Bing me conocía menos que lo que me conoce Google, algo que sobre todo lo notaba cuando hacía búsquedas técnicas (desarrollo, programación, hacking), que en Google solía dar en el clavo y en Bing me dirigía a páginas más generalistas, intentando seguramente no pecar de especialización.
Habían pasado ya unos años, así que decidí probar suerte, esta vez con DuckDuckGo, y en primera instancia, de nuevo, solo en el móvil.
Dicho y hecho: Brave trae por defecto DuckDuckGo como buscador, así que lo volví a habilitar, y me acostumbré tanto a su uso que pasado un mes hice lo propio (ojo al dato) en mi propio ordenador: el del trabajo.
Cómo compagino estos cambios con mi setup de trabajo
Desde entonces (enero del 2020) utilizo:
- Duckduckgo como buscador por defecto en el móvil, iPad y ordenador.
- Brave como navegador por defecto en el móvil.
- Chrome como navegador por defecto en el ordenador y el iPad.
Y me parece importante señalar esto porque:
- En la agencia gestionamos cada cliente mediante una cuenta de GMail asociada a un perfil de Chrome. Es decir, a día de hoy no hay navegador (Chromium a lo sumo) que me ofrezca la versatilidad que me ofrece Chrome para poder gestionar en sandbox separados cada cliente, y que además todos sus datos (credenciales de acceso, favoritos, pestañas fijadas…) se sincronicen en cualquier otro dispositivo donde hagamos logging… sin cruzarse con el resto de perfiles. Lo intenté de hecho hace unos años con Firefox, y la cosa acabó siendo tan molesta que desistí y volví a Chrome.
- Mi gestor de correo principal sigue siendo GMail. De nuevo, y mira que he probado varios, no he encontrado ninguno que se acerque al nivel de usabilidad y productividad que me permite tener GMail, tanto en su versión app como en la del navegador.
- En mi día a día necesito utilizar por trabajo el resto de servicios de Google: Ya no solo por comodidad, sino que por ejemplo en SEO, y en líneas generales, en marketing y reputación, es imposible no depender de servicios de Google. Analytics, Search Console, el propio buscador… Hoy en día son los amos y señores del posicionamiento online, ergo los que nos dedicamos a ello tenemos, como mínimo, que poder acceder a sus servicios de forma cómoda.
Y bajo estas particularidades, hay una función de DuckDuckGo que me ha encantado: sus bangs.
¿Que qué quiere decir esto? Pues hablamos simplemente de una serie de comandos, como los de hacking de Google, que nos permite realizar búsquedas específicas en otras páginas.
Es decir, que desde el propio DuckDuckGo puedo escribir “!g PabloYglesias”, y me mostrará los resultados que Google muestra a la búsqueda “PabloYglesias”. Lo mismo para la Wikipedia, Twitter, Reddit o eBay, por poner algunos ejemplos.
De pronto gracias a los bang tengo un buscador que me muestra otro mundo más allá de los tentáculos de Google, sin ese impacto tan crítico en las burbujas de filtros alrededor de mi cuenta, sin perder el beneficio que por razones obvias tiene esa editorialización personalizada de los resultados de búsqueda.
¿Que hago una búsqueda y por lo que sea los resultados no me aportan tanto valor en DuckDuckGo?
Pues le pongo delante ese bang “!g” y la repito, esta vez en Google, para comparar.
Ya no hablamos únicamente de mayor privacidad y control de mis datos, que sobra decir que la da (a fin de cuentas, DuckDuckGo no guarda ni comparte información del usuario con terceros), sino que a nivel de acierto anda muy semejo a la propuesta de Google, y además es bastante friendly el cambiar de uno a otro, simplemente con ese comando.
Por eso te digo, ahora sí, que realmente con proyectos como DuckDuckGo, Firefox, Brave y ese potencial futuro buscador de Apple, parece más cerca eso de encontrarle alternativa a Google.
Una Google que amasaba, al menos el año pasado, la nada despreciable cifra de un 75% de cuota de mercado MUNDIAL. Y eso teniendo en cuenta que Google buscador no opera ni en Rusia ni en China (de hecho Baidu, con un 9,45%, es el tercer buscador, solo superado por un Bing que tiene el 10,1% y Google pese a que únicamente lo utilizan en China).
En aquel informe (EN) calculaban que DuckDuckGo tenía alrededor del 0,42% de cuota de mercado. Poquísimo, y a la vez una barbaridad, teniendo en cuenta que no hablamos de gigantes como Google, Microsoft… o el Gobierno Chino.
Al menos a mi, y por ahora, la propuesta me ha convencido. Tanto que llevo meses con este cambio tan interiorizado que me había olvidado contarlo por aquí.
Si eso no es prueba suficiente…
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¿Quieres conocer cuáles son mis dispositivos de trabajo y juego preferidos?
Revisa mi setup de trabajo, viaje y juego (ES).
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hombre… brave esta basado el chromium que pertenece a google.. un poco de trampa has hecho jajajaj
Jajaja, va, pero no tiene Google Services, que es lo que nos da más miedo jajaja