Con la centralización de datos de redes sociales como Facebook, o Twitter, el inmenso potencial del Big Data, y el interés de empresas de la talla de Google por conocer quién está detrás del teclado, se está obviando parte del sentido que dio vida a internet, la libertad de expresión en su máximo esplendor: el anonimato.


sombra

Esta misma semana, Facebook ganaba la disputa que durante meses mantenía con el gobierno aleman, por la obligación de usar nombres reales en su red. El triunfo sirve de modelo aleccionador de hacia donde va el futuro de la red, y la interacción con sus usuarios.

Afortunadamente, no está todo perdido. La red Tor es un claro ejemplo de lucha contra el control de personalidad. Y siempre quedarán canales de comunicación anónimos, como los antiguos chats, IRC, y foros de la talla de 4chan y el recién llegado Social Number.

Hay varias razones para favorecer estos centros de expresión anónima

Que han sido cuna de nacimientos revolucionarios tales como Anonymous (bajo estas palabras tenéis el documental subtitulado de We Are Legion, que viene como anillo al dedo para entender la importancia del anonimato en la red):

  • Opinar libremente: El anonimato va más allá de trollear y molestar al resto de usuarios. El anonimato real permite expresarse a aquellas personas en riesgo de exclusión social, ya sea por raza, sexo o discapacidad. Sin el anonimato, no habría libertad de expresión en aquellos países en los que ésta es perseguida y juzgada.
  • Diversión: Por supuesto, hay un «algo» divertido en saber que nadie puede conocer tu identidad.
  • Adios a los estereotipos: Vivimos en el siglo XXI, y la mayoría de los que visitamos este blog en países que podrían considerarse desarrollados (si estáis leyendo esto, se entiende que el acceso a Internet, situado cerca de la cumbre de la pirámide de Maslow está cubierto). El anonimato permite entonces la libertad de expresarse ajena a los estereotipos de cada país, y que son inculcados con mayor o menor acierto de generación en generación (a una mujer le cuesta menos hablar sobre la intimidad públicamente cuando se desconoce su género, un hombre que se considera heterosexual puede afirmar el atractivo de otro hombre con más facilidad en estos casos,…).

Son aspectos básicos de la llamada Sociedad de la Transparencia, que aunque se haya avanzado, sigue siendo una utopía aún inalcanzable. No hay más que echar un vistazo a la decisión del congreso de inhibir el acceso a internet de sus trabajadores para evitar que se difundiera lo acontecido a puerta cerrada del Sr. Dragui.

Edit a día 12 de Junio del 2013: Actualizo el vídeo, que el otro fue eliminado.


Edit a día 3 de Abril del 2015: Acabo de darme cuenta de que el vídeo ha sido borrado.