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En febrero de este mismo año dedicaba una pieza a la decisión de Apple de poner patas arriba el negocio de Facebook, y en menor medida, el de Google.
Con App Tracking Transparency (EN), los servicios que quisieran explotar datos de los usuarios en iOS tendrían que, proactivamente, pedirlos. Y además, no podrían compartir datos entre apps.
De esta manera, ecosistemas basados en datos como los de Facebook (WhatsApp, Facebook, Messenger, Instagram), Amazon (Amazon tienda, Alexa, Kindle…) o Google (Google Maps, Google Search, GMail, Dúo…) perdían una buena pieza del pastel de los datos. Justo la de todos aquellos que usasen un iPhone como dispositivo principal.
La medida, a grosso modo, me pareció perfecta.
Mayor privacidad para el usuario, forzando a la industria a reinvertarse (como está haciendo Google) o a quejarse (como solo sabe hacer Facebook).
Pero esto no quita que ya señalase por aquel entonces que Apple ni mucho menos es una hermanita de la caridad, y como ya ha ocurrido en otros derroteros, se ha puesto la medallita de protector de la privacidad de los usuarios… porque le interesa económicamente.
Lo vimos, de hecho, hace relativamente poco con ese Mail Privacy de Apple del que escribí también un artículo en exclusiva para vosotros, que sobre el papel suena genial (por defecto los emails leídos desde la app de Correo de iOS no cargarán ningún pixel de tracking), pero que tiene como efecto secundario el que afecta, sobre todo, a aquellas newsletters creadas por usuarios como puede ser la de un servidor, pero con la diferencia de que quieren vivir de esto.
Y lo hemos vuelto a ver estos días tras conocer que, gracias a la llegada de ATT a iOS, Apple ha triplicado sus ingresos en publicidad (EN).
¿Cómo es esto posible?
Pues muy sencillo.
Puesto que ahora, para mercados dominados por dispositivos Apple como puede ser EEUU o Reino Unido, la segmentación de campañas publicitarias como Facebook es mucho menos interesante para las marcas, toca buscar alternativas.
¿Y a que no adivinas qué plataforma publicitaria, casualmente, no tiene trabas a la hora de explotar datos de uso de sus usuarios?
Pues no, no es Google, que está casi en la misma situación de Facebook. Es la propia Apple con su Search Ads.
Patrick McGee, el autor del artículo del Financial Times, publicaba estos días en Twitter (EN) cómo Search Ads se está “comiendo” el mercado publicitario para dispositivos iOS: su cuota para los anuncios de pago es del 58% según datos de la consultora Branch.
Chart of the Day:@Apple’s advertising business has more than tripled its market share in the six months after it introduced privacy changes to iPhones that obstructed rivals, including @Facebook and @Google, from targeting ads at consumers.
— Patrick McGee (@PatrickMcGee_) October 17, 2021
*A Thread* pic.twitter.com/vhFFXOzHGa
Fíjate, justo lo mismo que está pasando últimamente con esa pugna que existe entre Apple y los desarrolladores de la App Store con decisiones, supuestamente argumentando la protección de sus usuarios, de negar a las apps a ofrecer alternativas para pagar el servicio que no sean pasando por la propia App Store, y por tanto cediendo un 30% a Apple.
En estos derroteros Apple ya ha tenido que ceder, bajando al 15% para desarrolladores “pequeños”, y en unos meses, permitiendo que las apps informen a sus usuarios de que existen otras maneras (seguramente más baratas) de pagar por el servicio fuera de sus dominios.
Quizás en algún momento las regulaciones occidentales deberían meterse también con el tema de la publicidad. En todos los sentidos, vaya, no solo en el de iOS-Apple. Con una Facebook sedienta de captar datos al coste que sea, y una Google varios pasos por delante en cuanto a análisis de segmentos de audiencia sin exponer, a priori, la identidad de los grupos de usuarios a los que pertenecen dichos datos.
Que resulta extraño que Apple se defienda de supuesta posición dominante del mercado argumentando que el usuario tiene alternativas como Android o Windows… mientras salen noticias como esta, ¿no crees?
Y, por cierto, meto esta última cuña aquí, a colación de Apple, que la semana pasada no pude tratarlo en un artículo en el blog.
Tras la presentación de los nuevos dispositivos de la compañía (increíbles todos, por supuesto), me ha llamado poderosamente la atención el lanzamiento de Apple Voice, una suscripción a todo el catálogo de Apple Music… pero que solo podremos usar con nuestra voz, y a mitad de precio.
Dos apuntes rápidos al respecto:
- La interacción vía voz conlleva menos uso del servidor: Aquí Apple habrá hecho sus cálculos, y habrá llegado a la conclusión de que puesto que el usuario de Apple Voice solo podrá cambiar de canción/lista de reproducción vía SIRI, por eso de que la voz es una interfaz de uso más molesta que teclear en una pantalla, ahorrarán peticiones a sus servidores, y por tanto el servicio es más “económico”.
- Para Apple, entrenar a siri vale alrededor de 5 euros al mes: Otra lectura que me gusta bastante más, y que no he visto reflejada por los medios especialistas, es que con este lanzamiento, Apple saca un rédito económico directo a su asistente virtual. Probablemente el menos avanzado del mercado si lo comparamos con el Ok Google, Alexa y Cortana de la competencia. Todos los usuarios de Apple Voice tendrán, obligatoriamente, que hablarle a siri, y eso supone que, de pronto, entren millones de usuarios para entrenar el sistema de aprendizaje del asistente, con la esperanza de que mejore un poco y se iguale al reconocimiento de voz de Google, Amazon y Microsoft.
Brillante en todos los sentidos.
Otra cosa es que tenga mucho recurrido, claro. Un servidor, por ejemplo, no se acercaría a ese servicio ni con un palo. Prefiero pagar 5 euros más al mes (si es que quisiera un servicio de estos, que no soy yo mucho de escuchar música en streaming con los gigas de música ochentera que tengo bajados desde hace décadas) y no tener que hablar para cambiar la música.
Pero alguien como mi madre…
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