nube digital


Le voy a contar un secreto a voces: Desconfío generalmente de todo lo que venga unido a la dichosa nube digital.

Y eso es un problema, porque básicamente toda la tecnología de nuestro día a día bebe, sea directa o indirectamente, de este paradigma computacional.

Utilizo, como seguramente usted también, nubes “privadas” como la que nos ofrece Google Drive y Dropbox para tener acceso a los archivos del día a día. Esos que necesito para trabajar, pero que tampoco son tan críticos como para negarme a subirlos a la nube.

También soy un usuario asiduo a las redes sociales, que a fin de cuentas son nubes públicas que han conseguido que volquemos allí casi todo lo que hacemos.

Incluso me he atrevido recientemente, en modo prueba, a permitir que Google crawlee las fotos que hago con mi terminal e intente sorprenderme con alguna composición original de mis viajes en Google Fotos.

Algo que hace tan solo unos meses me parecía impensable (estoy permitiendo que sistemáticamente una empresa tenga acceso a todas las fotos que saco desde mi terminal. No a una selección que un servidor, voluntariamente, subo a la aplicación de turno, sino a todo lo que acabe en la carpeta DCIM de Android).

Además de esto, y aunque tomemos las precauciones oportunas, la nube nos rodea en todos los paraísos digitales a donde vayamos. Si usted tiene un Android, un iOS, un WP, un Windows, un OS X y hasta algunos Linux (¡Hola, Ubuntu!), por defecto está compartiendo datos críticos en su cuenta de usuario.


Es más. Los sistemas operativos de escritorio han aprendido de los móviles a que el mejor logging posible es estar sincronizado con su cuenta de correo. Que esa contraseña que metes al encender el Windows o el OS X es en esencia un logging a Skydrive o iCloud, donde se almacenan contraseñas, configuraciones de diseño y usabilidad, y hasta documentos y copias de seguridad.

La nube nos rodea, y el problema no es ese, sino las garantías que podemos depositar en las compañías que están detrás.

Porque esto para el día a día me sirve, ¿pero qué pasa en esas situaciones en las que por la razón que sea, necesito ubicuidad sin perder la privacidad y seguridad extrema que requieren ficheros confidenciales?

Precisamente lo que me va a pasar estas navidades. Me toca viaje a Asturias, y pese a que en mi portátil tengo todo lo necesario para el día día (bien sea en local, bien sea en las nubes antes mencionadas), estaré lo suficiente como para requerir acceso a algunos documentos (facturación, por ejemplo) que no me encuentro confiado en subir a estos servicios, y que tampoco me gustaría tener que duplicar físicamente en un ordenador portátil, susceptible a robo, por mucho cifrado y borrado al que les pueda someter.

Para estos casos es cuando me parece oportuno contratar las herramientas de una compañía cuyo modelo de negocio no sea traficar con datos, sino venderte sus servicios. Y que venga del mundo de las copias de seguridad, como es el caso de Acronis, ayuda a respaldar esa confianza.

Acronis True Image

Probando Acronis True Image Cloud, a medio camino entre herramienta de copias de seguridad y nube privada

Es al menos la impresión que te da cuando te pones a cacharrear con el servicio.


Acronis no ofrece versión gratuita de esta herramienta, lo cual, para el uso que le quiero dar, me alegra. Ya bastantes malas experiencias hemos tenido recientemente con herramientas de seguridad gratuitas, como para plantearnos apostar por ellas nuevamente.

El modelo de negocio de Acronis es la suscripción a sus servicios, una suite disponible tanto para Windows, como para OS X, Android e iOS.

Instalo el cliente en mi iMac, que es el ordenador que uso para mantener a buen recaudo los ficheros locales críticos, y comparto con su nube privada la carpeta oportuna.

El proceso es sencillo pero lento. Acronis True Image Cloud está pensado (al menos a priori) como una herramienta de copias de seguridad, aunque al ser tan parametrizable, sirve para los menesteres que andaba buscando.

Sobra decir que todo lo que se sube a su nube va cifrado (AES256 con clave privada elegida por uno mismo), y que cuenta con sistema de actualización automática o manual (básico en el entorno de copias de seguridad).

Pero además, también permite navegar por las copias desde cualquier navegador como si de directorio de documentos se tratase, y descargarse los archivos oportunos para su tratamiento posterior.

Acronis True Image Movil


La versión de móviles ofrece prácticamente lo mismo, enfocado eso sí a las necesidades habituales de estos dispositivos (copias de seguridad de contactos, fotos y documentos), pero lo que sí he notado es que desde cada dispositivo únicamente tienes acceso a las copias de seguridad del mismo, teniendo que recurrir a la versión web para obtener acceso a ficheros específicos de copias de seguridad de otros.

No es algo que de hecho importe para el uso que la mayoría de clientes le van a dar (o bien usas la herramienta como un servicio de copias de seguridad al uso, o bien la usas para almacenar y consultar algunos documentos específicos en otros dispositivos que seguramente no tengan instalada la herramienta), pero sí me parecía oportuno señalarlo.

Y es que al final la idea me parece muy adecuada. A fin de cuentas, hablamos de una evolución lógica de un servicio de copias de seguridad con funcionalidades de nube privada.

Del paso de un mercado muy específico, a otro de un ámbito más generalista. Un acercamiento al tratamiento de datos en la nube por una empresa que viene del sector de la seguridad, y no de la explotación de datos.

En fin, que por aquí lo dejo caer.

Acronis True Image Cloud (ES) tiene un público objetivo muy específico. Quizás no sea la herramienta del día a día que andamos buscando (a no ser que necesites un sistema eficaz y seguro de copias de seguridad), pero soluciona una problemática específica por la que no me importa pagar.

Hablamos por tanto de confianza. De que apueste por un servicio que me va a ofrecer ubicuidad en el acceso a algunos documentos, sin que por ello se vea afectada la esperable privacidad de los mismos. Justo de lo que adolece la nube, sea pública o privada.

Y es por ello que me alegra ver que haya alternativas que compaginen estos dos mundos.

Falta hacía, la verdad.