Leía este fin de semana un estudio publicado por Kaspersky llamado «Digital Amnesia at Work» (EN/PDF), en el que llegan a la acertada conclusión de que un entorno rico en externalización del conocimiento favorece aptitudes tan críticas para el devenir de una organización como es la creatividad y la reflexión colaborativa.
Precisamente esos mismos elementos que hacen a una compañía posicionarse por encima de su competencia, y que aplicado al entorno profesional, permite al individuo sobresalir frente al resto del equipo, sentirse realizado con sus aportaciones, y sumar, en colectivo, a los objetivos marcados.
El informe se centra por tanto en esta faceta de la sociedad, y obvia (supongo que por puro pragmatismo) el resto. Ya que esa amnesia digital de la que hablan afecta en el mismo grado a una organización y a una persona, a nivel profesional y personal, posicionándola como un referente (tanto a nivel emocional, como cultural y/o profesional) frente al resto de sus allegados.
Desconozco si existe algún estudio al respecto, pero estoy seguro de que uno de los factores que afectan a lo que hoy en día entendemos como éxito bebe, y mucho, de que esa persona haya encontrado la manera de optimizar los recursos biológicos que interfieren en la elaboración y materialización del conocimiento para obtener un estado que muchos otros ansían, y quizás sean incapaces de alcanzar.
Optimización que en algunos casos viene dada por habilidades y/o características puramente intrínsecas en el individuo (una capacidad de atención superior a la media, una inteligencia emocional muy desarrollada, una suerte de genes que hacen a la persona ser considerada atractiva para los cánones actuales,…), y que en otros, como compete al artículo que tiene ante usted, vienen «ofertados» por herramientas externas.
Que en este caso son tecnológicas, por el enorme peso que han supuesto las nuevas tecnologías en el desarrollo social de nuestra era, pero que en su día segmentó a la sociedad según aquellos que sabían leer y escribir de aquellos que no, según aquellos con acceso al reducido círculo de una imprenta de los que no, según aquellos con recursos suficientes para invertir en una educación de aquellos que no disponían de suficientes recursos,…
Sobre la amnesia digital
Bajo este término se recogen una serie de constataciones que hemos ido aprendiendo en el escaso ciclo de vida del mundo digital, apoyado, principalmente, por el auge de la nube.
La cuestión es que conforme más delegamos conocimientos en las herramientas tecnológicas, más dependientes somos de ellas, y más libres somos de dedicar recursos biológicos a tareas a priori más interesantes, como la creatividad, que para colmo son más eficientes en nosotros que en las máquinas.
Al menos, por ahora :).
De ahí que en su día alertara de lo que suponía la llegada de Google Fotos a nuestras vidas. Un servicio que democratiza la categorización de nuestro historial gráfico (en la mayoría de la sociedad, no cubierto), bajo un sistema tecnológico accesible a cualquiera.
Pasamos así de un entorno no controlado (la mayoría de usuarios sacan fotos y luego las dejan olvidadas en la carpeta de imágenes por defecto del smartphone, cuando no distribuidas por distintos CDs y ordenadores), a otro en el que de pronto, la máquina es capaz de categorizar la imagen, generar un sistema muy eficiente de búsqueda para consultas posteriores (no solo de fecha, sino incluso de las personas, lugares u objetos que aparecen en ellas) y atreverse a mejorar el contenido, uniendo imágenes en collage y ofreciendo al usuario resúmenes de grupos de fotografías que el sistema entiende pertenecen a un mismo viaje o evento.
Cuando un individuo se habitúa, por simple pragmatismo, a utilizar un servicio como éste (que he puesto de ejemplo Google Fotos, pero podría poner el uso del correo electrónico, de las búsquedas en internet o de las aplicaciones de mensajería instantánea), delega la responsabilidad del recuerdo en la máquina, y eso conlleva algunos cambios que en suma, acaban siendo críticos. A saber:
- Pasamos a depender de esa externalización: Si el día de mañana, por el motivo que sea, pierdo el acceso a esta página web, un servidor se quedará sin parte de sus conocimientos. Soy, de facto, el mayor consumido del contenido de esta página, que uso en primera instancia, como he repetido hasta la saciedad, como un repositorio personal de todo aquello que me ha llamado en algún momento la atención. La metodología de trabajo de quien escribe estas líneas es ya dependiente de este modelo de compartición, para bien y para mal. En el caso de Google Fotos, significa depender de una compañía con ánimo de lucro, que quizás, en un futuro, esté tentada a modificar sutilmente ese contenido gráfico, modificando de paso el recuerdo que teníamos de ese momento.
- El doble rasero de la obsolescencia digital: Esto daría ya de por sí para otro artículo, pero por sintetizar, el entorno digital tiene una capacidad única de sacar a relucir el más mínimo detalle del pasado (que se lo digan a la huella digital de algunos políticos…), y a la vez, conlleva una obsolescencia muy superior a la que hemos vivido históricamente con el resto de herramientas de conocimiento. Un libro puede durar tranquilamente varios siglos. Una página web o un documento rara vez van a durar más de unas décadas. Un contenido dentro de un servicio durará lo que dure ese servicio, o la empresa que está detrás.
- Libera de recursos el cerebro: Por último, con la externalización del conocimiento liberamos los recursos reducidos de nuestro cerebro en algo que sinceramente somos muy malos (en el recuerdo exacto), y podemos centrarnos en facetas más creativas, donde curiosamente solemos ser bastante mejores.
La amnesia digital beneficiosa
Es ahí donde se centra el informe. En los beneficios de la Amnesia Digital, para generar rutinas de trabajo que sean más creativas, más de suma a los objetivos de la empresa.
Y es ahí donde encontramos uno de los elementos que hace destacar a una persona de entre el resto. En el saber delegar en terceros (herramientas tecnológicas, en este caso) aquello en lo que no somos tan buenos, y centrarnos en lo que sí podemos hacer bien.
Algo que buena parte de mis lectores agradecen de esta página. Porque el conocimiento, a fin de cuentas, ya lo tenemos en la red. Simplemente falta alguien (o algo :P) que sea capaz de agregarlo, de darle una forma adecuada para su consumo, y de exponerlo de manera clara para que el resto lo disfrute.
Que sea ahora por primera vez en la historia que un completo desconocido como un servidor pueda mantener un contacto directo y en tiempo real con miles de personas con nuestras mismas inquietudes, y que de paso, podamos colaborar gracias a la tecnología en mejorar nuestro conocimiento, compartiendo información, dando nuestros distintos puntos de vista, es un efecto beneficioso de la Amnesia Digital.
Un efecto beneficioso que ha afectado en cuestión de un par de décadas de forma masiva a toda la sociedad conectada, dibujando un panorama en el que los robots nos quitan los trabajos «sistematizados», y además, advirtiéndonos de un nuevo cambio estructural.
Porque como ya expusimos en su día, el ser capaz de entender y utilizar las nuevas tecnologías está cada vez más creando una nueva brecha social entre aquellos que se han subido al carro (y pueden por tanto centrar esfuerzos en tareas en la que nuestra capacidad intelectual sobresale frente a la máquina) y aquellos que se están quedando atrás.
El que el reparto de poder/económico esté en unos u otros es irrelevante. En cuestión de años (décadas, a lo sumo) parte de esa nueva clase media acabará liderando a la sociedad.
Por haber sido capaces de optimizar los recursos de los que disponían. Por saber adaptarse a un entorno de profundo y continuo cambio.
Interesante tema, aunque no acabo de pillar por donde va lo de la amnesia….
Todo el artículo es extrapolable no solo a herramientas online, sino también offline o de cortes más clásicos, como aplicaciones instaladas en Windows. Cada vez que delegas tus datos en un sistema quedan expuestos a los requisitos e inconvenientes del mismo.
Ciertamente, cuando usamos servicios online, hay que tener en cuenta algunos aspectos adicionales, como pueden ser los modos offlines de los mismos, las sincronizaciones si proceden y un análisis del correspondiente plan de contingencia, especialmente con la no disponibilidad del mismo o el discontinuado del servicio. Más difícil de tener en cuenta, pero no por ello menos importantes, los cambios en las características y las funcionalidades de los mismos, o, incluso, saber a más bajo nivel como funciona. Muchos de estos aspectos no han sido contemplados por los proveedores de servicios, posiblemente por que no entienden la necesidad.
Algunos servicios, como los contactos del móvil o el correo electrónico , son ejemplos de servicios que sincronizan muy bien con aquellos dispositivos, tienen unos excelentes modos offlines y permiten la exportación o verificación de que los datos han sido correctamente exportados. En el caso concreto de google, permite exportar los contactos a varios formatos de forma manual, para irnos a métodos automáticos deberíamos depender de otras herramientas, como gestores de correos que permitan sincronizar las agendas.
Otros servicios, como el que bien comentas de google fotos o similares, están muy orientados a la comunicación en un sentido, y, a lo sumo, la restauración tras una pérdida de datos, pero no a que dichos datos sean replicados y sincronizados en otros sistemas para que puedan facilitar la migración o discontinuado de servicios o que nos aseguren que se han sincronizado correctamente.
Adicionalmente, como ya he comentado alguna vez, muchos de los servicios tienden a no abrirse para que aquel que así lo desee se monte un servicio en un servidor propio con un desarrollo abierto.
El que vayamos migrando el uso a lo que comúnmente conocemos como «nube» facilita el uso de múltiples dispositivos, incluso, se ve forzado por el hecho que cada día nos movemos más, tenemos más juguetes tecnológicos cuya vida, además, es cada vez más corta. El que cada vez requiera menor intervención del usuario hace que este no sepa muy bien que pasa con sus datos (de ahí supongo lo de la amnesia) Para muchos usuarios ha sido un gran avance, puesto que han pasado de «mi móvil ha muerto y he perdido todas las fotos y los contactos» a «que grande es google o Apple (o quien sea) que, a pesar de que mi dispositivo ha muerto, sigo teniendo todas mis fotos y contactos. Y pocos piensan en los otros aspectos que he comentado.
Hecho de menos en estos servicios, por poner un ejemplo, tener la posibilidad de obtener un XML con los nombres, ubicaciones, tamaños, fechas de creación, ultima edición, y hash, al menos crc32 o incluso algún sha1 que permitiese a usuarios con conocimientos cruzar datos y a terceros implementar herramientas para ir más allá.
En general, y para terminar, hay que procurar estar preparado para cuando un servicio sea discontinuado y, si el proveedor nos avisa de que va a discontinuarlo, tener la precaución de borrar el contenido antes de que eso ocurra
La amnesia digital, al menos en este informe, se refiere a la delegación en servicios de labores que hasta ahora hacíamos con nuestro cerebro.
El ejemplo más claro es el de recordar números de teléfono. Con las agendas actuales, seguramente ya hace tiempo que no te aprendes ningún número de teléfono, cosa que antes, a falta de esa centralización de contactos, sí hacías (y seguramente aún recuerdas).
Así, pasamos a un entorno en el que si tenemos una duda, consultamos en internet. O si queremos revivir la experiencia vivida, vamos a Facebook o revisamos nuestra nube de fotos. Es, como comentaba, algo en principio bueno, ya que permite centrar los limitados recursos de nuestra cabeza en labores más avanzadas.
A, ok, ahora me cuadra más lo que decías.
Y no solo eso.. También dejamos a modo de cementerios todas aquellas cuentas con datos que hemos dejado olvidadas….
Perfectamente de acuerdo con lo que dices.
La única manera que veo de que esa amnesia sea recuerdo permanente es generarse una plataforma de consulta de datos que englobe esas funcionalidades (como por ejemplo las que describes de google fotos).
Claro está que esto requiere del tiempo y los conocimientos técnicos necesarios para crearse una plataforma propia.
Cosa que me lleva a pensar que me debería crear mi propia wiki y mi propia nube para almacenar mis datos personales, y todos aquellos artículos o descripciones de tecnologías que normalmente consulto.
No dejaría de ser la creación de una memoria externa a mi cerebro, pero que siempre podría llevar encima independientemente de proveedores o empresas con ánimo de lucro.
Un saludo!
Es, de facto, una de las razones que me llevó en su día a crear esta página. A fin de cuentas, es el recopilatorio de las cosas que voy aprendiendo sobre los temas que me interesan.
Una Wiki personal, si lo quieres ver así, que expongo públicamente por si a alguien también le sirve.
Muchas gracias Oscar, ¡y ánimo con la iniciativa!