Durante estos días vuelve a salir a la palestra un tema tan controvertido e importante como el de la reventa de bienes digitales.
La UE (EN)ha hecho público las decisiones de las diferentes empresas y gobiernos sobre la importancia de permitir un mercado como este o su negativa al mismo. La situación actual es la siguiente:
Cuando tú compras un bien digital, este por lo general queda asociado a una ID del usuario de tal manera que no suele ser exportable a otro. Lo vemos en la industria del videojuego (Steam), lo vemos en la de la música (iTunes) y también en la del contenido audiovisual (Netflix).
El principal problema es que en verdad con la compra lo que obtenemos es una licencia de uso, en algunos casos vitalicia, pero en todo caso distinta al modelo tradicional de compra (bien que pasa a ser tuyo y puedes prestar o revender a quien quieras). Un bien digital suele ser nuestro mientras seamos nosotros quien lo usa, a diferencia de un bien físico, que podemos prestarlo fácilmente, e incluso heredarlo de otro usuario que haya fallecido.
En el otro extremo, está el peligro constante de la duplicación. Cuando obtienes el archivo en bruto, si este no tiene protección alguna, las dificultades para realizar una copia se difuminan, por lo que según las empresas (mayormente lobby de la industria y gobiernos) que están en contra de la reventa de bienes digitales, apoyar este hecho implicaría pérdidas multimillonarias a los mismos.
La postura de un servidor es clara. Existen métodos tan eficaces para gestionar una reventa como el uso de plataformas que en verdad ofrezcan un valor diferencial, y no un lastre para el consumo del bien en sí mismo. El mejor ejemplo que se me ocurre es Steam, una plataforma de videojuegos que apostó en su día por la copia digital frente a la física, que gestiona eficazmente las compras de sus usuarios forzando al uso de la plataforma si se quiere disfrutar del mismo, y a cambio aumenta el valor del juego dotándolo de elementos que de por sí nunca hubiera contado, como la comunidad que se genera alrededor, los logros sincronizados con tu cuenta, la comunicación VoIP entre usuarios,…
Está claro que si tú compras contenido digital como puede ser un archivo MP3, y este sea el propio archivo en bruto, no hay nada que ofrezca garantías reales de que el mismo ha sido eliminado del usuario anterior para realizar la reventa. Sin embargo, apoyándose en el activo diferenciador de una plataforma que represente una mejora significativa de la experiencia de consumo resulta terriblemente sencillo eliminar el acceso a dicho contenido del usuario vendedor y permitir el acceso al nuevo comprador.
En estos casos cuando sigo sin comprender porqué la industria se niega a aceptar un mercado que sin duda le ofrecería grandes beneficios. Centralizando estas transacciones, daría fin a la reventa de cuentas por medios alternativos. Porque quieran o no, la situación actual no es sustentable a largo plazo. Está claro que un servidor, como consumidor aférrimo de contenido digital, deseará el día de mañana ceder mis bienes a quien proceda. Usaré entonces los medios con los que cuente la plataforma. Y sino cuenta con ninguno, ya me las ingeniaré para que así sea.
Da gusto leerte Pablo. Haces que me sienta bien informada, gracias.
Gracias a tí Ana, por este pedazo de comentario. Por personas como tú merece la pena levantarse cada día y escribir. Muchas gracias.