Leía estos días en algunos medios anglosajones críticas muy negativas por la decisión de una Blackberry (antiguamente RIM) de volver al mercado corporativo, dejando de lado el generalista.


BlackBerry CEO Chen holds up the unreleased Blackberry Passport and Blackberry Classic devices during the company's annual general meeting for shareholders in Toronto

Hubo hostias para todos los lados. Desde aquellos que aseguraban que Passport, el nuevo smartphone de la compañía, es el último aleteo de una Canadiense que ha perdido el norte, hasta otros más conservadores que apelaban a la falta de capacidad del nuevo CEO para afrontar un mercado monopolista como poco a poco se está convirtiendo el de la electrónica de consumo.

Y lo cierto es que al menos personalmente la decisión me parece muy pero que muy acertada. Quería compartir con usted algunos tips para comprender el porqué Blackberry podría haber encontrado su sitio volviendo a su esencia.

El primero está claro: Blackberry tiene un ecosistema de aplicaciones y servicios enfocados a la productividad que ya quisiera la competencia. El MDM de la compañía está a años luz de los de iOS, Android e incluso del Knox de Samsung, lo que las transforma de facto en una herramienta terriblemente potente para empresas.

Seguridad es la segunda palabra que se me viene a la cabeza cuando pienso en BlackberryBalance, ese particionado en dos que divide la zona de trabajo de la zona personal, siendo la primera gestionada por la empresa e incluso pudiendo borrarla remotamente sin interferir en la segunda. Sandbox para aplicaciones creado ex profeso para las necesidades internas de una organización, además del propio sandbox de Blackberry, que evita como bien ha copiado Apple en iOS, la mayoría de escalada de privilegios y explotación de datos de otras aplicaciones. Y sin olvidarnos de las alianzas materializadas en cifrado de datos por defecto, comunicaciones seguras y privadas, tanto de mensajería como de videollamada y una documentación y libertad de desarrollo en distintos lenguajes que anima a lanzar proyectos en su plataforma.

El tercero viene de la mano de su nuevo terminal, Passport, un claro salto estratégico que apuesta por lo disruptivo. Lo ves de primeras, y el pensamiento fácil es el mismo que se deja ver en algunos de los medios: WTF! Un terminal cuadrado (sí, cuadrado) con teclado físico QWERTY.

Ahora te paras a informarte, y empiezas a encontrarle sentido. Pantalla de 4,5″, que no parece mucho, pero en un terminal cuadrado las cosas cambian sobremanera, más teniendo en cuenta que la mayoría de interacción del usuario recae en el teclado inferior, y no en la propia pantalla. Tienes sitio de sobra para trabajar a gusto. Todo lo a gusto que se puede trabajar en un dispositivo de este tamaño, claro está.


Teclado físico QWERTY, pero vitaminado. La experiencia del teclado físico (que nos guste o no es mejor que el táctil en cuanto a productividad) pero además con funciones táctiles, gracias a los sensores que tiene entre las teclas, y que nos permite seleccionar fácilmente texto desplazándonos hacia los laterales o utilizar de una manera magistral el predictor de palabras (que por cierto, le vuelve a dar mil vueltas al de la competencia, distinguiendo entre varios idiomas distintos en tiempo real).

A tu disposición el market de Blackberry y, OJO, Amazon Appstore, por lo que en teoría (habrá que ver las posibles incompatibilidades) tienes acceso también a las apps de Android.

Y Assistant, que supongo no será para tirar voladores, pero que adentra a la compañía en el sector dominado por SIRI, Google Now, (y si eso Cortana), que será uno de los campos que más valor aporten a los dispositivos de los próximos años.

 

Todo esto (productividad, seguridad e innovación) me hacen pensar que quizás haya sitio para una empresa que hizo en su día las cosas bien, y que perdió demasiado intentando ser lo que no era (y cuidado, que me alegro que lo intentara). En RedKampus (empresa de la que soy technical project manager) se decidió en su momento implantar z10 como terminales corporativos. Quizás la mayor pega que se les podía sacar era su escasa autonomía (primer dispositivo con nuevo sistema operativo no suele ser buena combinación), pero en referencia al sistema operativo (basado en gestos y enfocado claramente a mejorar la productividad) y a sus aplicaciones ofimáticas (que a fin de cuentas es lo que necesita el comercial o directivo de turno para rendir en la compañía), chapó.

Así que por mi parte me alegro, y les deseo toda la suerte del mundo. Enfocarse en un nicho más acotado les va a permitir centrarse en las necesidades y diferenciarse de la competencia. Y cuando hablamos de una compañía que basa su potencial en productos seguros y fiables, es de agradecer.