Como ya la mayoría de miembros de la Comunidad sabrán, hace ya unos meses que nos mudamos a una nueva casa en la zona sureste de Madrid.
En su momento expliqué cómo el año pasado, al irme a vivir con mi pareja, dejé los beneficios de la ciudad en pos de abrazar los que ofrece el campo. Que en líneas generales, y sobre todo para alguien que trabaja desde casa, son mayores.
Pero claro, también entraña problemas, y entre ellos el más acuciante es que pasé así de tener acceso a una fibra de 100mbs simétricos a un ADSL de máximo 12mbs de bajada y 1 de subida, que por supuesto en la realidad era sensiblemente peor (alrededor de 7mbs de bajada y medio mega de subida).
Todo eso a compartir con otra persona que para colmo también trabaja en la red… y en una casa de tres pisos.
¿Era posible currar en este escenario? Pues lo cierto es que sí. Y todo gracias a la “magia” del Google WiFi, que además de ofrecer las funcionalidades típicas de una red mesh (la evolución lógica de los amplificadores de señal) y por tanto darme cobertura en mi estudio en el tercer piso, nos permitía de forma inteligente (algoritmos de Google) balancear la carga en cada dispositivo según el ancho de banda que requiriese en cada momento.
De esta manera, esos escasos 7MBs se repartían no equitativamente entre todos los dispositivos, sino en tiempo real para que, por ejemplo, mi tablet que estaba reproduciendo Youtube y el televisor del despacho de Èlia con Netflix tendrían más acceso al ancho de banda que lo que estuviésemos demandando nuestros móviles y/o ordenadores con el trabajo de desarrollo y marketing.
En serio, ha sido la mejor compra que hice el año pasado. Hacía milagros con esos 7mbs.
Y claro que se podía trabajar, pero por supuesto las condiciones no eran perfectas. Sin ir más lejos ese escaso mega de subida me desincentivaba a realizar webinars o videollamadas grupales, y en todo caso cuando las hacía prefería tirar de los datos del móvil. Ya ni hablemos de subirme al carro de los servicios de streaming de videojuegos como el Stadia de Google, que demandan como mínimo unos 10/15MBs simétricos estables.
Con el cambio de casa de principios de verano, la situación pasaría a ser exactamente la misma, pero aprovechando que apenas íbamos a estar en esta nueva casa semana y algo antes de salir de viaje por negocios y luego de “vacaciones” al norte, se me ocurrió que lo mismo tenía sentido aprovecharse de uno de estos contratos de verdad ilimitados de 4G que empiezan a llegar a España. Y por tanto, no contratar ADSL (lo único que llega a este pueblo) para casa.
Tengo pendiente hablar de cómo ha sido y es la experiencia de no tener conexión por cable para alguien que trabaja en Internet, pero hoy quería centrarme en un tema que quizás en algún momento te puede pasar, que yo me he encontrado estos días haciendo el cambio, y que al final he solucionado de una manera bastante elegante.
Índice de contenido
¿Por qué alguien querría utilizar un chromecast sin tener una red WiFi?
Se me ocurre, a voz de pronto, varios escenarios en los que una persona quería dar uso al chromecast y sin embargo se pudiera encontrar sin acceso a una red de cable.
- La primera y más obvia es que estemos fuera de casa, tengamos acceso a un televisor (por ejemplo en la casa u hotel donde nos hospedamos), pero o bien no queramos conectarnos a la WiFi que haya (ya no solo por seguridad/privacidad, sino porque sobre todo en hoteles la calidad de la red deja muchísimo que desear) o directamente no exista red.
- Y por supuesto puede darse la situación de alguna familia como la mía en la que no exista red de cable en el hogar, que en estos momentos esté funcionando mal o que directamente no esté funcionando.
El caso es que, como ya sabrás, para enviar contenido al Chromecast es necesario que tanto el chromecast como el dispositivo que envía el contenido estén en la misma red. Y si no tenemos red, no podemos enviarle contenido.
Por supuesto cualquier smartphone actual tiene la capacidad de compartir su conexión de datos a otros dispositivos. Y los tiros van por ahí, pero con un matiz que complica ligeramente los pasos a seguir.
¿Cómo podemos darle conectividad y enviar contenido a un chromecast sin red?
El truco está, como decía, en compartir la red que tiene nuestro smartphone o tablet. Pero para hacer la configuración inicial del chromecast vamos a necesitar otro smartphone más (el de algún amigo, el de nuestra pareja…).
Con los dos dispositivos y el chromecast, los pasos a seguir serían los siguientes.
En el dispositivo que va a servir para enviar el contenido:
En este dispositivo tendremos que generar una red de compartición de datos.
- Para ello lo más normal es que en los propios accesos rápidos de Android en el menú tengamos uno que se llama Zona WiFi, y si no es así, siempre podemos ir a Ajustes > Redes > Compartir datos o Zona WiFi, activándola.
- En iOS tendremos que ir a Configuración > Compartir Internet y activarlo.
Si es la primera vez que lo hacemos, quizás nos pidan definir una contraseña nueva.
En el Chromecast:
Una vez ya estemos compartiendo nuestros datos con el dispositivo principal, conectaremos el Chromecast a un monitor o televisor y puesto que no encontrará red alguna conocida, nos mostrará la pantalla de configuración con el código de 4 caracteres para identificarlo (por si hubiera varios chromecast cercanos).
En el smartphone auxiliar:
Ahora tendremos que conectarnos con otro smartphone a la red que está compartiendo el dispositivo principal.
Para ello tocará activar el WiFi, buscar la red creada por el otro dispositivo e escribir la contraseña.
Una vez conectados, tendremos que descargar (si no la tenemos ya) la aplicación Google Home (iOS/Android) que nos permite configurar, entre otros dispositivos de la compañía, el Chromecast.
Una vez la tengamos descargada, la abrimos, apretamos el botón de agregar nuevo dispositivo, la aplicación buscará chromecast cercanos y nos mostrará un listado con el último nombre que tenía cada uno (o su nombre original si éste no se ha cambiado nunca).
Seleccionaremos el chromecast en cuestión, confirmaremos que en efecto el código de identificación corresponde con el que el chromecast está mostrando en el monitor o televisión donde esté conectado, y le damos a siguiente hasta que termine el proceso de pareado, compartiéndole por supuesto la información de la red compartida por el otro dispositivo.
Tras unos segundos de parametrización el chromecast ya estará conectado a la red creada por el primer dispositivo. Podemos desconectar el segundo (si solo queremos utilizar uno), o usar ambos para enviarle contenido al chromecast.
Fácil, sencillo y para todos los públicos.
Gracias a esto Èlia puede seguir utilizando el chromecast en su despacho (si no hubiera sido posible tenía pensado ponerle otro Amazon Fire TV que tenemos por la casa de Asturias), y he acabado por comprar un Chromecast Ultra (ES) para aprovechar junto a Plex, Netflix y Amazon Prime Video mi recién estrenada licencia de HBO en la “pequeñita” pantalla 4k de 65″ que tenemos en el salón. Pese a que no tenemos red en casa.
Eso sí, para engañar a los chromecast y que ambos funcionen indistintamente del smartphone que les envía la señal (si yo estoy de viaje Èlia debería poder utilizarlos y viceversa), he tenido que crear la misma red en ambos dispositivos, modificando el nombre (SSID) por uno que compartimos en común, y bajando, en este caso por culpa del chromecast que tiene en su habitación, a 2,4Ghz de señal (el Chromecast básico no es compatible con 5Ghz).
Y ten en cuenta una cosa más: Si el chromecast lo tienes conectado a la corriente y no al propio monitor, cada vez que vayas a utilizarlo seguramente tendrás que reiniciarlo, ya que en el momento en que pierde conexión tarda bastante en volver a buscarla.
Esto realmente solo aplica a gente como un servidor que no tiene red en casa, y con el Chromecast Ultra, que precisamente para reproducir 4k te obliga a tenerlo conectado a la red (con el Chromecast básico podemos tirar de la corriente propia que tiene el puerto USB del televisor, y que por tanto solo funciona mientras el televisor está encendido).
Para un uso ocasional no es una problemática que te vaya a afectar.
Espero que te haya servido este minitutorial. Y para cualquier otra duda, ya sabes por dónde encontrarme.
En unos días prepararé un artículo contándote todos los entresijos de trabajar en casa utilizando red 4G y no cable. Hasta entonces… ¡Seguimos en contacto!
________
¿Quieres conocer cuáles son mis dispositivos de trabajo y juego preferidos?
Revisa mi setup de trabajo, viaje y juego (ES).
Y si te gustaría ver más de estos análisis por aquí. Si el contenido que realizo te sirve en tu día a día, piénsate si merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.
Mía has gracias por compartir la experiencia, me encuentro en una situación similar, viviendo en un pueblo donde la conectividad es horrorosa y me voy a pasar al 5G y pasar de ADSL por que cada vez que tengo que enviar un trabajo son 4horas de envío de vídeos. Vaya para morirse.
Una sola pregunta, una vez configurada la red de datos del móvil en el chrome cast, tengo que repetir este proceso cada vez que lo vaya a usar, o bastará con tener el móvil principal para enviarlos?
Una vez hecho Naiara, ya no tienes que volver a hacerlo. El Chromecast se conectará automáticamente a la última red que estuvo conectado, por lo que con tener cerca el móvil debería ser suficiente.
Saludos!