Parafraseo un artículo reciente en el que hablaba del atractivo más importante que presentaban la nueva generación de tecnologías, el ser invisibles, esta vez extrapolándolo al papel que juega el antivirus en un dispositivo.


PabloYglesias-BitDefender

Recientemente, el equipo de BitDefender se puso en contacto con un servidor para ofrecerme una prueba de su producto estrella: Bitdefender Total Security 2015 (ES), la versión PRO de su suite de seguridad. Desde entonces, llevo alrededor de semana y media probándolo, con el fin de corroborar el sentimiento que desde hace tiempo tengo respecto al uso de antivirus. Herramientas que entiendo tienen que evolucionar para ofrecer una protección mucho más amplia que el simple escaneo de archivos.

Y la verdad es que no me ha defraudado. 

Como bien sabe, los peligros informáticos de la actualidad distan mucho de ser los que eran hacen 40 años, cuando surgía el primer antivirus de la historia. Por aquel entonces, el intrépido navegante tecnológico tenía que hacer frente a la posibilidad de que algún desalmado consiguiera instalarle en su máquina un troyano, o directamente un virus que se encargara de hacerle la vida imposible. Este tipo de ataques solían conllevar el formateo del sistema, ya que el virus, conforme se hacía con el control del mismo, eliminaba ficheros y sobreescribía el registro, para que a la hora de la verdad, el sistema mostrase cada vez más errores y se acabara por volver más y más lento.

La situación actual es bien distinta. De hecho, el nombre que tienen estas herramientas se ha quedado terriblemente obsoleto, ya que hoy en día, los peligros no son precisamente los virus (que sigue habiéndolos, pero en mucho menor número), sino un conjunto de técnicas, apoyadas o no en la instalación de archivos corruptos, cuya finalidad es precisamente la contraria. El objetivo del malware actual no pasa por enlentecer nuestro sistema y acabar por causarle fallos críticos, sino volverlo aún más rápido, lo que generará en el usuario confianza, mientras en segundo plano le roba los datos, lo monitoriza, y/o utiliza su hardware con otros fines.

El negocio del malware se ha institucionalizado. Ya no hablamos del típico virus que crashea nuestro ordenador, sino de verdaderas joyas de código que producen un suculento beneficio a los cibercriminales a costa de nuestras cuentas bancarias, nuestra cámara web, nuestros hábitos y nuestra información. Y eso, al final, repercute directamente en nuestros bolsillos, así como en la propia identidad digital de la persona.

Los antivirus de ahora, por tanto, tienen que evolucionar. De aquellas herramientas que escaneaban sistemáticamente archivos, a suites que simplifiquen la vida al usuario y cubran aspectos tangenciales que seguramente nunca pensamos que fueran a cubrir.


Así es como me encuentro con un BitDefender (cerca de 10 años hacía que no utilizaba sus servicios) que me ha dejado buen sabor de boca, y cuyos puntos fuertes dejo por aquí para quien le interese:

  • Administración remota: MyBitDefender, que es como lo han llamado, es un servicio en la nube que te permite asociar varios dispositivos y gestionar su seguridad desde un mismo dashboard. Muy práctico para el verano, así como para aquellos que solemos viajar bastante, e incluso, como he implantado estos días, para controlar la seguridad del ordenador de mi madre (ponga aquí el nombre del familiar tecnofóbico que usted desee), a 500 kilómetros de distancia, y evitar que acabe armando las que suele acabar armando :).
  • El modo automático: A primera vista, BitDefender Autopilot parecía el clásico modo Juego que la mayoría acabamos por activar para que el antivirus no moleste y realice sus tareas sin estar constantemente preguntándonos. Pero me ha gustado que bajo su uso, el sistema aprenda de tus hábitos, ofreciendo una suerte de inteligencia que no había encontrado hasta entonces en suites semejantes, y realice tareas de mantenimiento únicamente cuando no lo estás usando, cambiando entre perfiles cuando localiza que el SO está lanzando una aplicación que requiere mayor o menor porcentaje de recursos, o solucione las típicas alarmas catastrofistas de los antivirus (¡Oh, Dios mío, lleva un día sin actualizarlo!) por sí mismo.
  • La interfaz: Una interfaz del siglo XXI, adaptada al estilo de Windows 8.1 (los dispositivos donde lo he estado probando). Y en eso se desmarca de lejos de la mayoría de suites del mercado, con una usabilidad digna de mención. Una interfaz basada en botones grandes y autoexplicativos. Protección para la gestión de las herramientas del antivirus en su faceta más tradicional (análisis de archivos, cortafuegos, antispam,…). Privacidad para esa nueva vertiente donde un antivirus actual tiene que estar sí o sí (destructor de archivos, gestión de autocompletado de datos financieros y credenciales de usuario, control parental,…). Y Herramientas, que comento a continuación.
  • Herramientas: En una misma pestaña, todas las herramientas con las que Windows cuenta para optimizar el rendimiento del sistema. No aporta por tanto nada nuevo (o al menos nada nuevo que no ofreciera una herramienta de optimización de rendimiento), pero lo unifica todo bajo el mismo techo del antivirus, lo cual es de agradecer. Una sola herramienta cubre todo: Optimizador en un click, optimizador de inicio, limpiador de PC, limpiador de registro, desfragmentador de disco,…

Mención especial para dos servicios extra que vienen incluidos en la suite y que aunque interesantes, no están diseñados para un perfil como el mío:

  • Safego: Lo que vendría a ser un modo control parental del antivirus a nuestra cuenta de Facebook. Muy útil para la mayoría de usuarios no especializados, recopilando información sobre posibles campañas de phishing y en definitiva alertando de posibles fraudes y peligros. Pero después de probarlo durante unas horas, me acabó por dar la impresión de estar ante un sistema de infantilización de las redes sociales que para un usuario intensivo (y hasta cierto punto curtido en mil batallas) resultaba innecesario.
  • Anti-theft: una herramienta indispensable en todos mis dispositivos, y que la suite de BitDefender también cubre. Pero la incluyo en este apartado y no en el superior por el simple hecho de que hoy en día sólo funciona con sistemas Windows y Android, dejando de lado a OS X e iOS, y por tanto, a la mitad del mercado. Entiendo que la medida será temporal, y vendrá secundada por lo cerrado de estos dos sistemas operativos (a fin de cuentas, la mayoría de filtros anti-theft en iOS/OS X pasan por delegar su función en el Find mi iPad/iPhone propio del SO, o por cubrir únicamente aquello de lo que son capaces sin jailbreak, que suele ser más bien poco).

La foto final es una herramienta que cubre mucho más (ES) de lo que históricamente cubría un antivirus, y cuya principal baza, al menos bajo mi punto de vista, es que se hace invisible al usuario final.

Que a la hora de la verdad no hay antivirus que pueda proteger la mala cabeza del usuario. Pero si éste es capaz de dejarse aconsejar, y la herramienta tiene libertad de operar en diferentes capas, de estar presente en el navegador, en cada dispositivo, e incluso en las redes sociales, las posibilidades de sufrir una extorsión, de acabar formando parte de una lista de datos personales colgada en pastebin, de ver cómo tus archivos son secuestrados por un ransomware o de haber sido víctima de un robo de identidad, se reducen drásticamente.