Este fin de semana estuve junto a Èlia en el RMC Galicia (ES), el evento de Raiola Networks celebrado en A Coruña.
Y cómo no, lo disfrutamos como niños.
Ya no solo porque hasta allí se fueron unos cuantos amigos y este tipo de saraos sirven de excusa para volver a vernos. Sino porque además las charlas estuvieron genial.
Que podría ponerme a hablar de todas y cada una y sacarles la puntilla. Pero es que me volví a casa con unos cuantos apuntes, algunos de ellos que se han acabado trasladando estos días a este proyecto (habemus nuevo sistema de cacheado, y creo que el resultado ha sido a mejor) y al de algunos de mis clientes (bendito Alex Navarro dándome ideas para hacer maldades con PBNs con fines reputacionales G.G), y eso, junto al networking y las cañas con amigos, es lo que da sentido a un evento.
Sin embargo quería dedicar la pieza de hoy a hablar de un tema que aunque trataron de pasada algunos de los ponentes fue el pilar de la charla de Sergio Ramírez (ES), que nos contó el caso de éxito de uno de los proyectos que desarrollan en su agencia, pasando en apenas 2 años de 5.000 a cerca de 450.000 páginas vistas mensuales.
El riesgo de confundir el efecto con la metodología
Estuve hablando más tarde con Sergio para comentarle mi opinión al respecto.
La charla me pareció super interesante. Y es más, la forma con la que el equipo llegó a la conclusión de que para hacer crecer en audiencia este proyecto tenían que enfocarse a lo que se enfocaron me parece acertadísima: estudio de la competencia más aplicación de herramientas estadísticas tan en boca últimamente como es el TF*IDF (ES). Es decir, una estrategia basada en el puro análisis de datos, no en levantar el pulgar a ver por dónde sopla el viento.
¿Cuál es, a mi modo de ver, el problema? Que me da, y más sabiendo que buena parte de la audiencia no tiene conocimientos matemáticos avanzados y que espera, por la propia particularidad del mercado del marketing soluciones sencillas a problemas complejos, que la mayoría saldría de la charla con la siguiente premisa:
Para tener un blog de éxito tenemos que hacer artículos en formato lista, y sacar los elementos de esa lista de las listas que haya hecho ya la competencia, aumentando de paso el número de elementos.
Algo que, recalco, soy consciente de que para proyectos basados en la monetización directa de audiencias (publicidad y afiliados, básicamente) funciona. Pero que ni de lejos, y como el mismo Sergio dejó claro en su metodología, no debería aplicarse a todo.
Ya no solo porque el volumen de visitas, per sé, no tiene por qué estar relacionado con KPIs de negocio (con resultados económicos positivos, ya de paso), sino porque tampoco tiene por qué ser la mejor estrategia en todos los mercados.
Y vamos a profundizar en ello.
Mirando más allá de lo que funciona en la industria del marketing y el SEO
Esto es algo que ocurre en demasía en el sector del marketing y el SEO. Prácticamente todos los blogs que tratan estas temáticas generan contenido del tipo:
- Las 11 cosas que deberías hacer para…
- La guía definitiva de…
- Las 27 herramientas mejores para…
- Cómo gané X miles de euros haciendo…
Son lo que en el mundillo blogging sin lugar a duda podemos llamar títulos de puro clickbaiting. Está más que demostrado que los numeritos, el factor económico, las guías y los casos de éxito llaman la atención del usuario, ya que en teoría (a veces ni eso) solucionan una intención de búsqueda en particular (por dónde debería empezar para hacer esto, cómo puedo conseguir tal cosa…).
Y sí, esto produce muchísimas visitas, sobre todo provenientes, si se ha hecho un buen trabajo de posicionamiento, de buscadores.
Ergo mucho tráfico. Ergo, mucho crecimiento. Justo lo que mola dejar plasmado en un informe para convencer al cliente de lo mucho que te necesita para seguir creciendo.
Pero recalco nuevamente la idea que a este paso voy a grabarme a fuego en la frente de que:
Hasta el momento no me he encontrado con ningún mercado donde pueda comprar comida con Likes, con RTs y ya ni hablemos de followers/visitantes únicos.
Que estas variables (las sociales y las de analítica web), per sé, no valen una mierda. Y que estoy harto de encontrarme con supuesto expertos en marketing y demás autodenominados influencers que me quieren contratar ya que pese a que tienen números indecentes de seguidores en RRSS y muchísimas visitas en su blog, no ganan ni un duro.
Sin embargo, esta página, con alrededor de 45.000 visitantes (un número bastante bajo comparado con los números que manejan la mayoría de medios de la industria), factura de forma directa (donaciones, publicidad y artículos patrocinados, sin contar todo el trabajo que me sale como consultor de presencia y reputación digital) unos 1.500 euros al mes.
- Sin hacer listas (alguna habrá, pero vaya, ni de lejos es la norma).
- Sin tampoco publicar artículos “En Construcción”.
- Sin spinear el contenido que aparece en el resto de páginas mejor posicionadas que la mía.
- Borrando suscriptores inactivos (¡Sacrilegio!), en vez de mantenerlos ahí para engordar el número de suscritos ante eventuales empresas interesadas en promocionar sus productos.
- Escribo sobre lo que me apetece (no sobre lo que más volumen de visitas me va a atraer).
- No utilizo titulares de clickbaiting.
- Me salto a la torera el keyword reseach.
- Y para colmo llevo la contraria al linkjuice sobrecargando de enlaces mis artículos.
Y oye, que pese a todo si quisiera podría vivir solo de este proyecto.
¿Quieres otro ejemplo? Venga, esta vez de un cliente.
Con una web que apenas tiene unas 5.000 visitas mensuales, y que sin embargo factura únicamente por medios digitales y de forma directa (tiene varios trabajadores y unas oficinas en el centro de Madrid) una media de 4.000 euros al mes, principalmente proveniente de contrataciones de los cursos que dan tanto de forma presencial como online.
De nuevo:
- Sin hacer listas (ni una sola tiene).
- Escribiendo su fundador (y repasándolo un servidor para darle una estructura más adecuada) sobre lo que a él le da la gana (referente al sector, que son fuerzas del orden y la seguridad).
Dos ejemplos (uno de un consultor, otro de una PYME) a los que no les va del todo mal llevando a cabo una estrategia basada en compartir conocimiento de calidad, y no en seguir las tendencias de creación de contenido que en teoría mejor está valorando Google.
Dos ejemplos que en un mercado sobresaturado de lo mismo están ofreciendo cosas distintas. Y además que funcionan.
Un Internet basado únicamente en contenido generado por intereses de búsqueda
Y es aquí donde quería llegar.
En ambos casos la estrategia viene marcada por el análisis del propio mercado. Justo igual que explicaba Sergio en su charla. Y en ambos casos se llegó a la conclusión de que se quería tirar por otro camino distinto al que están siguiendo prácticamente todos en el sector.
Que me da pena que de la charla de Sergio la gente se haya quedado con que lo que funciona son las listas y el copiar inspirarse en el trabajo del resto, y no en lo que de verdad importa, que es el trabajazo anterior para llegar a dicha conclusión.
Para todos aquellos que tenéis un blog o estáis montando uno, que sepáis que hay vida más allá de las listas y el spineo de la competencia.
Que también se puede vivir de esto generando contenido de opinión.
Que un negocio basado puramente en monetizar audiencia es muchísimo menos estable que otro basado en la generación de contenido de calidad. La publicidad/afiliación con el paso del tiempo va costando cada vez menos (menores barreras de entrada, mayor número de interesados con los que repartir el pastel), y por tanto, repercute económicamente cada vez menos a los generadores de contenido… frente a la consultoría, la formación y los infoproductos, cuyo precio va acorde al mercado.
Dejando, ya de paso, de lado, porque sé que a muchos esto no os importa, el hecho de que no deberíamos querer que le día de mañana Internet fuese un páramo de listas y en definitiva contenido creado con el único afán de posicionarse.
Bajo este prisma, ¿qué tipo de conocimiento estaríamos dejando a las futuras generaciones?
Si el propio medio y el formato de ese contenido está profundamente limitado por intereses de negocio, ¿qué pasaría con el valor informacional que heredará nuestra sociedad el día de mañana?
Que sí, que tú ahora lo que quieres es ganar X euros al mes para vivir y esto te parece (si eso) un mal menor. Pero recuerda que en los tiempos que corren el conocimiento de nuestra civilización está en Internet. Y por cómo funcionan las dinámicas de evolución del conocimiento, el formato juega un papel fundamental a la hora de definir las capacidades y competencias que tendrá la sociedad a futuro.
Ya bastante tenemos con las dinámicas de marginación de las webs verdaderamente independientes, y con las asociadas indirectamente a la propia evolución tecnológica.
¿Que estás haciendo puramente listas y te va genial? Pues enhorabuena. Sigue así, de hecho.
Pero si no es así, que sepas que hay también otros caminos para llegar a conseguir tus objetivos profesionales y personales.
Que el contenido de valor, reposado y no supeditado a un formato en particular, también tiene vigencia en Internet.
E incluso para hacer negocios, fíjate tú.