Tras la sequía que hemos tenido este último año y medio (el de la pandemia, por lo que ha supuesto el cambio de paradigma del teletrabajo forzado en una industria a priori preparada para afrontarlo, pero con las esperables reticencias a nivel organizacional, y el actual, por el impacto en la producción heredado de esa ruptura abrupta de la cadena y la crisis de procesadores de última generación), el próximo año trae consigo una enorme lista de estrenos (falta por ver cuántos de ellos acabarán por retrasarse), de ahí que todo apunte a que 2022 será un excelente año para la industria de los videojuegos.
En el ámbito del ocio, ya hace tiempo que esta industria lidera, de lejos, todo el mercado. Y donde hay dinero, hay movimiento.
Los múltiples títulos para elegir, así como el tener esa nueva generación cogiendo polvo en la estantería (al menos en cuanto a nuevos títulos, que un servidor le da cera a la Xbox Series X desde que llegó el año pasado como si no hubiera un mañana), se han encargado de que, como también está pasando con la industria cinematográfica, lo verdaderamente complicado sea elegir en qué destinamos nuestro tiempo y nuestro dinero de todas las propuestas que hay sobre la mesa. Es más, incluso quienes nunca se habían acercado a este sector, con la proliferación de los smartphones, y me aventuraría a decir también, el reciente acercamiento de grandes como Netflix a la industria, está consiguiendo lo que hace tan solo un par de décadas parecía imposible: Que, de pronto, esto de jugar se vuelva mainstream.
Los juegos de consola continúan siendo los reyes del sector
En línea con los datos de Newzoo, que enlazo un poco más adelante, en América Latina hay en torno a 253 millones de jugadores, que se dice pronto. Además, en los últimos meses, solo en Colombia, se ha pasado de 1,8 millones de jugadores activos a 2,1 millones, lo que demuestra ese espectacular crecimiento. Latinoamérica es, probablemente, la región con mayor aumento dentro de la industria, y tiene todo el sentido del mundo, con una Europa y una Norteamérica envejecida y bastante más madura en cuanto a negocio, y con el reparto irregular de Asia (países como India, con un potencial de crecimiento espectacular, suspenden en cuanto a ingresos per cápita, y otros como Japón, China o Corea del Sur, no tienen vista de crecer al mismo ritmo).
Por hablar de datos, Colombia es el 4º mercado (ES) de América Latina en importancia en este sentido, con ganancias que rondaron los $372 millones en el año 2019. Se sitúa solo por detrás de México, Brasil y Argentina. Todo parece indicar que esta posición en el ranking va a continuar intacta. En este contexto, los juegos de consola continúan alzándose como los reyes del sector (al menos, según la consultora), y pese a que poco después aseguran que los que gozan de más éxito son los juegos sociales (social games), ineludiblemente pegados a la industria móvil.
Móviles para gamers: ¿qué sabes de ellos?
Hablemos por tanto de este segundo grupo, que tendemos a infravalorar, y que gigantes de la industria como Tencent o Epic (esta última, por cierto, siendo en parte absorbida por la primera en las últimas rondas de inversión) han demostrado que, bien explotados, pueden ser la gallina de los huevos de oro.
Para algunos, como un servidor, que llevamos muchos años dándole al PC o a las consolitas, quizás nos cueste un poco entrar en el saco. Pero recalco que en mayor medida lo hacemos porque los de nuestra generación (y anteriores, vaya) no nacimos con un móvil debajo del brazo. Que probablemente nuestro primer dispositivo fue un ordenador, y no una tablet, como les ha ocurrido a los de la generación Z, y ya no hablemos de los chavales de ahora.
Pese a todo, quien más, quien menos, se ha dejado caer por algún juego en móviles. Quien escribe estas palabras lleva desde casi cuando salió de beta dándole a diario al Pokemon Go. Por la mañana, mientras saco al perro, hago las “diarias” de turno, y a correr. Sin ser un servidor un gran fan de la franquicia (jugué a los primeros de Game Boy, y no he vuelto a entrar hasta Pokemon Go).
Lo que sí me cuesta es aceptar, como defendían en la pieza, que la experiencia de juego en móviles sea similar a la que tendrías con tu Xbox, Nintendo o PlayStation en casa. Ya hemos hablado largo y tendido de esto, y pese a que, en efecto, tengamos en la mano un dispositivo con sensores, vibración, un procesador más rápido (que el de la Switch, me refiero), pantalla más que decente, y hasta mayor calidad de gráficos, no se le acerca ni a la suela de los zapatos.
Que ojo, no digo que sea mejor uno que otro (bueno, un poco sí :D), pero aquí entra la típica dupla entre tener un dispositivo especializado en algo (una consola) o uno genérico (móviles, tablets y ordenadores), con el agravante de que, por la propia ideonsincrasia del móvil y la tablet, se presta, y en demasía, a un negocio y una jugabilidad pegada a las microtransacciones (juegos la mayoría de las veces gratuitos que tienen que sacar contenido nuevo periódico y de pago para seguir siendo rentable).
Sobre esto, Apple Arcade fue en su momento la propuesta más atrevida de la industria por acercar la experiencia de un videojuego “tradicional” a los dispositivos móviles. Pena que se haya quedado a medio camino (sigue siendo interesante, pero, al menos para mi consumo de ocio, no le saco partido, y me di de baja hace algunos meses).
Pese a todo, es cierto que estos dispositivos tienen todas las papeletas para que disfrutes al máximo de cualquier tipología de juego. Ahí tienes a los juegos en línea, los juegos de estrategia o los juegos de casino en línea. Juegos como el de la ruleta online (ES) y el resto de la industria del gambling (que no deja de ser un spinoff del mundo del videojuego, heredando este último en plataformas Android e iOS cada vez más mecánicas). Y eso sin olvidarnos de los juegos de cartas como el póquer, el blackjack, el baccarat, etc.
Vamos, que opciones no es que falten :).
Los títulos más esperados que aterrizarán en 2022
La buena salud de la industria de los videojuegos queda patente en la extensa lista de títulos que verán la luz en el año venidero:
- En cuanto comience 2022, se espera que aterrice Elden Ring, concretamente el 21 de enero (ya veremos si no nos comemos otro retraso…). Hidetaka Miyazaki volverá a conquistarnos con este juego souls like para la vieja guardia.
- Los seguidores de la saga de Pokémon están de enhorabuena porque Leyendas Pokémon: Arceus tiene ya fecha de lanzamiento: el 28 de enero de 2022. Se estrenará, cómo no, en exclusiva para Nintendo Switch, y mira, a este quizás me anime.
- Y aunque habrá que esperar un poco más, Starfield también llegará el año que viene (si no hay cambios, ya sabes). Lo hará en el mes de noviembre con este nuevo juego llamado a convertirse en uno de los estrenos estrella (toma doble gimmick :D).
- Los entusiastas de Avatar (¡Hola, Èlia!) tienen una buena noticia por partida doble. No solo volverá a los cines, sino que también dará el salto al universo de los videojuegos. Avatar: Frontiers of Pandora se presenta como una aventura sin precedentes que pinta que me mantendrá enganchado a la consola durante un buen rato.
- Y no podemos olvidarnos de The King of Fighters XV, el emblemático videojuego de lucha que regresa con un nuevo título, pero con las mismas ganas de siempre de hacernos perder la huella del dedo gordo a base de desgastarla contra los botones.
O de los cientos (miles, seguramente) de indies y dobles A, que, al menos para quien escribe, es lo que más jugo le acaba dando.
En fin, que tenemos industria para rato.
Ganan ellos. Ganamos nosotros. Y todos contentos, ¿no crees?
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