Parece que esta semana alguien me ha pegado esta palabreja a la boca, y lo cierto es que se han juntado varias casualidades que me obligan a hablaros nuevamente de la contextualización.
Recientemente, Cover (EN), una aplicación de Android que hasta ahora estaba en beta cerrada (y a la cual por más que había intentado acceder no tuve suerte) se habría a beta pública. Había leído de sus posibilidades, y corrí raudo y veloz a su instalación, pero lamentablemente no tienen aún soporte para el Note II (que por cierto, recibía ayer mismo la 4.3 para terminales libres y de Vodafone). Desempolvé entonces un android de gama media que tenía por casa para “ver qué se cocía”, y como me esperaba, estoy maravillado.
Dejando de lado que es una beta, y que las cosas funcionan a media (por ejemplo, ni siquiera puedes tener aún la pantalla de bloqueo con patrón o contraseña), como idea sin duda es un paso hacia delante.
Hablamos como no de la contextualización, la figura del “context awareness” que llevan años vendiéndonos, y que no es sino hasta ahora, con el auge del smartphone, con la entrada en la madurez del desarrollo mobile, con la sensorización, que la interacción con el entorno se vuelve realidad.
Un cambio de paradigma en usabilidad, como en su día fue la interfaz gráfica que Apple robó vendió en sus Macintosh. La inteligencia artificial justo allí donde se necesita, ofreciendo valor y conocimiento en manos del usuario, de forma no intrusiva.
La interfaz Touchwiz de Samsung ofrece esas “content screen” que se activan al lanzarse estímulos externos (si conectas unos casos, te “recomienda” escuchar música o ver vídeos con los widgets oportunos; si estás en un país extranjero, localiza el roaming y te “aconseja” acceder a la información del país,…).
Interacción con el entorno y con el resto de aplicaciones, ya que las mismas acciones pueden desencadenar la comunicación con otras apps (¿por qué debería mostrarte un mapa desarrollado por mí, cuando sé que tienes instalado Google Maps, y seguramente prefieras utilizarlo?). Estamos ante el principio de algo grande. La asistencia virtual de Siri, o de Google Now, incluso de Sherpa. El adelantarte a lo que el usuario quiere, ofreciéndole justo lo que va a necesitar.
P.D.: Y por cierto, para los tecnofóbicos, y pese al título que acompaña el artículo, la contextualización tiene más bien poco que ver con tecnología 🙂