La imagen superior creo que refleja con bastante acierto la importancia que tienen las acciones que individualmente hagamos para frenar esta pandemia.
Pero antes de llegar a ello, quería dejar claro algunas cosas que estos días, y como es normal por desconocimiento, estamos asumiendo y compartiendo.
A saber:
Índice de contenido
¿Qué es realmente una pandemia?
Como decía el otro día en el artículo en el que hablaba sobre el coronavirus como el mayor experimento de teletrabajo de la historia, la OMS ha declarado la epidemia del COVID19 como una pandemia.
Y claro, a la mente nos vienen las innumerables películas sobre «pandemias» apocalípticas que han ido saliendo estas últimas décadas.
La realidad es que una pandemia no es más que una enfermedad que se propaga de forma sostenida, eficaz y continuada al menos y de forma simultánea en más de tres regiones geográficas distintas.
Es decir, que pandemia solo hace alusión a la transmisibilidad de una enfermedad (en este caso de un virus), no a su letalidad.
El coronavirus, de hecho, tiene un vector de contagio (anda sobre el 1,5 y el 2,5, lo que sería hasta 3 veces más que la gripe común) y morbilidad (proporción de seres vivos que enferman en un sitio y tiempo determinado) muy elevado, pero su mortalidad (proporción de seres vivos enfermos que mueren debido a dicha enfermedad) es objetivamente hablando muy baja (como decía en el otro artículo, en torno al 3% mundial, en torno al 2% en el caso español, y que baja a poco más del 0,2% en todos aquellos pacientes no considerados de riesgo, es decir, los que no son personas de la tercera edad y/o padecen enfermedades respiratorias o cardiovasculares crónicas o graves).
¿Por qué se nos insta a quedarnos en nuestras casas?
Para ello habría que hablar del límite de densidad, que es el número mínimo de individuos necesario para que una enfermedad siga propagándose, y la susceptibilidad de la sociedad, es decir, lo proclives que somos de pillar en este caso el virus.
Como decía, este coronavirus es muy transmisible, y además al ser la primera vez que nos enfrentamos a él no tenemos aún creada inmunidad, lo que aumenta exponencialmente la susceptibilidad de la enfermedad.
¿Y cuál es el problema de esto?
Pues que si hay muchos casos en poco tiempo, se corre el riesgo de colapsar el sistema sanitario, agravando entonces el problema ya que ya no solo se podrán tratar adecuadamente los casos graves y muy graves de coronavirus, sino en la práctica cualquier otro problema sanitario mucho más común en nuestros días, como son los accidentes de tráfico, los infartos o el resto de casos de urgencia.
Lo comentaba de hecho hace unos días un médico del Val d’Hebron, y por aquí dejo la parte que me parece más interesante:
Hay que tener una cosa clara: TODOS VAMOS A INFECTARNOS POR EL COVID-19 en los próximos tres meses.
Ahora bien, de cada 1000 personas, 900 lo pasarán asintomáticamente, incluidos niños y jóvenes. 100 mostrarán síntomas.
De esos 100, 80 lo pasarán como una gripe muy jodida: tos seca, dolor de cabeza y muscular, es decir, dos o tres semanas en casa más malo que un perro.
De 20 que quedan, 15 desarrollarán una neumonía bilateral con dificultad para respirar, que requerirá ingreso hospitalario para administrar broncodilatadores, corticoides y oxígeno.
Los 5 restantes desarrollarán una fibrosis pulmonar que exigirá inmediato ingreso en la UCI con respiración asistida.
De esos 5, 3 morirán. Y los dos que se salven presentarán secuelas que obligará posiblemente a trasplante de pulmón.
Estas son las cifras que se manejan actualmente en la comunidad científica occidental, ya que los datos en China han sido peores, pero porque su sanidad no está tan preparada.
Visto así no parece tan grave, ¿verdad? El problema es que, a diferencia de la gripe, ante la cual una parte de la población se vacuna y además ataca progresivamente a lo largo de 5 meses al año, está infección es una oleada (Ver Italia). De forma que en dos-tres meses se van a producir todos los contagios. Así que ya tenemos los datos para hacer las cuentas.
De los 40 millones de españoles, solo 4 millones van a tener síntomas. De los que 3.200.000 la pasarán como una gripe mala en casa. 600.000 necesitarán ingreso hospitalario con oxígeno. Y 200.000 necesitarán UCI. El problema es que en España existen, entre el sistema sanitario público y el privado, solo 200.000 camas hospitalarias y 3.800 camas de UCI.
¿Veis el problema? El auténtico problema no es la enfermedad en sí, a pesar de que tiene una morbimortalidad importante, sino que, debido a sus características epidemiologicas, viene en una oleada infectando a toda una población que no tiene inmunidad previa en cuestión de 2-3 meses, COLAPSANDO EL SISTEMA SANITARIO.
Es decir, que el problema realmente del COVID19 no es per sé la enfermedad, sino la capacidad sanitaria que tienen los países.
Y de hecho esta es la razón por la que aunque hagamos correctamente la cuarentena, a lo largo de los próximos días no haremos más que ver crecer la curva.
Es algo totalmente normal, como comentaban en este artículo técnico del Journal of the American Medical Association (EN). Veremos los resultados a partir de las próximas dos semanas.
Y por esa razón, entre las medidas que podemos hacer todos nosotros para minimizar el impacto de tantísimos potenciales casos en muy poco tiempo, está el de «aplanar esa gráfica de contagios». Es decir, que a sabiendas de que la morbilidad es muy alta y la mortalidad muy baja, intentar que los casos graves y muy graves que requieren de hospitalización ocurran de forma prolongada en el tiempo (gráfica verde o azul) en vez de seguir creciendo exponencialmente (gráfica roja).
De dos maneras principalmente:
- Quedándonos en casa: A menor exposición, y más teniendo en cuenta que el virus se transmite por contacto con otras personas (directa o vía efluvios que un infectado haya producido como puede ser la saliva que expulsamos al hablar), menos tasa de contagio, y por ende, menos morbilidad de la enfermedad. Lo que hace que tarde más tiempo en llegar (si es que llega) a afectarnos a todos, dando tiempo para que los que ya están infectados y deben ser asistidos médicamente (una ínfima proporción de los infectados, ya sabes) cuenten con las garantías de ello.
- Lavándonos las manos con jabón: Por lo que voy a explicar a continuación.
¿Por qué se nos insta a lavarnos las manos con jabón y no tocarnos la cara?
A ver, al menos parte de esta pregunta se responde aplicando el sentido común.
Las manos son para el ser humano la principal herramienta de contacto con todo lo que nos rodea, habida cuenta de que los pies, y por eso de estar ya acostumbrados a llevar zapatillas o zapatos puestos, no tienen un contacto directo con nuestro entorno.
Y puesto que el coronavirus (y la mayoría de gérmenes, ojo, que esto no es nuevo) se transmite por efluvios, es muy probable que si nos hemos apoyado en algún sitio donde hace unas pocas horas ha acabado algún efluvio de un infectado, potencialmente, y si hay suficiente «coronavirus» para transmitirse, acabemos por su enorme vector de contagio contagiados.
Y por esta misma razón, el que lo llevemos en la mano no hace que infectemos, pero al tenerlo ahí es probable que nos toquemos la cara, lo que hará que se acerque a zonas que sí son muy sensibles a contagiarse (boca, ojos, nariz…).
La parte técnica de todo esto es que las moléculas del SARS-CoV-2, que es el nombre científico del bicho, utilizan como protección una membrana de lípidos (esto es, grasa).
¿Y a que no sabes qué va muy bien y tenemos siempre a mano en casa para quitar la grasa? Pues en efecto, el jabón.
Las moléculas del jabón están diseñadas para atraer la grasa, por lo que al echarlo sobre una superficie grasosa (como son nuestras manos) las moléculas se adhieren. Y al lavarnos las manos con agua, el agua arrastra el jabón, y con él la protección que tenía el coronavirus.
¿Jabón común o geles desinfectantes?
Para lo que buscamos en estos momentos es igual de efectivo el jabón común que todos tenemos por casa como todos esos geles antiepidémicos que se están vendiendo por ahí a precios infladísimos.
¿Por qué la gente compra como loca papel higiénico?
Y por cierto, que toda esa oleada de la gente por comprar como locos papel higiénico no es porque tengan miedo a tener que el día de mañana limpiarse el culo con pieles de plátano, sino porque es cierto que de elegir, es mejor secarse las manos con papel higiénico o toallitas (por eso de que son de un solo uso) que con las toallas.
Pero recalco que aquí lo importante es lavarse bien las manos.
Recuerda que nuestro objetivo no es matar al coronavirus, sino deshacernos de él, que es mucho más rápido y debido de nuevo a su tasa de morbilidad, mucho más efectivo (muere si se queda sin un huésped en cuestión de horas, y los tratamientos químicos con los que cuenta nuestro sistema de alcantarillado/distribución de agua hará el resto).
En fin, que espero haber despejado algunas dudas con esta pieza.
¿Dónde puedo informarme adecuadamente y cómo puedo ayudar a parar la desinformación?
Pues mira, precisamente este fin de semana los chicos de DevBlinders han publicado un simple script (ES), disponible incluso como plugin para WordPress, Joomla y compañía, que permite meter un diminuto banner en el pie de nuestra página web que enlaza a la página con toda la información sobre el coronavirus actualizada de la web de la OMS (ES).
Se tarda literalmente treinta segundos en instalar y activarlo, y es un pequeño gesto al que por supuesto PabloYglesias y algunos de mis clientes ya se han sumado para intentar minimizar el daño de la desinformación.
Para todo lo demás, por favor, dejar de hacer caso a lo que os llegue por redes sociales y servicios de mensajería (la mayoría son puros hoax que dicen medias verdades o ni siquiera han sido contrastados con fuentes oficiales) y consultar la página del Ministerio de Sanidad, que es el organismo oficial y por tanto donde va a estar la información contrastada, como he hecho yo para preparar esta pieza.
Me gustaría hacer algunas reflexiones sobre el tema y, en especial, sobre alguno de los puntos que comentas, porque veo muchas incongruencias, no en lo que comentas, sino en los comportamientos de las gentes y en las decisiones del gobierno.
Está claro que hay que minimizar la propagación y para ello se pueden tomar ciertas medidas. Aquí en España, se ha tomado unas y esas medidas están tomadas vía real decreto. Básicamente, son medidas tomadas en base a decisiones políticas y me gustaría creer que asesorados por técnicos. Pero nos encontramos con que otros países toman medidas contradictorias con las que se han tomado aquí. Esto me lleva a pensar que ¿por qué las medidas de aquí son las buenas o por qué lo son las de otros países? Supongo que el tiempo nos lo dirá, pero ¿cuál es el coste en vidas y en consecuencias económicas que hay que pagar para averiguarlo y cuál es la capacidad del gobierno para reaccionar ante una potencial evidencia de que una medida es contraproducente?
Hace unos días, fui a Mercadona a realizar mi compra y vi, estupefacto, cómo tuvo que intervenir la policía para parar una reyerta entre ciudadanos que pretendía acaparar, literalmente, cientos de paquetes de papel higiénico. En tu texto casi defiendes la actitud de esos acaparadores con un argumento bien razonado. Yo, desde luego, dudo muchísimo que ninguno de los que participaron en la reyerta sea capaz de razonar y mucho menos de tener un argumento válido que justifique sus actos. Simplemente creo que son descerebrados irracionales que actúan de forma compulsiva basados en hábitos heredados de la postguerra, situación que no tiene razón alguna hoy en día. Lo que sucede es que vivimos en una localidad relativamente pequeña, donde la gente tiene nombre y apellidos y todos los conocemos, por lo que el tiempo les hará pagar factura de sus actos.
Ahora un detalle. Resulta que el ministro Ábalos dice que la frecuencia del transporte en las grades ciudades se reducirá en un 85%. Bien, buena media porque de esa forma se minimiza la posibilidad de contagio, pero para nada es cierto. Hoy, las personas de Madrid han tenido que ir a sus trabajos y viajar en el metro con un 85% menos de trenes, ha creado hacinamientos en los vagones del metro de Madrid. Si habitualmente en horas punta, el espacio entre personas en escaso dentro de un vagón del metro, hoy era nulo. Supongo que eso es para evitar el contagio ¿no? Ya imagino que esperarán que los virus mueran por aplastamiento.
Luego vemos otras medidas contradictorias. Las operadoras de telefonía nos dicen que usemos con responsabilidad las comunicaciones. Que reduzcamos el uso de los juegos y la recepción de contenidos vía streaming para favorecer las comunicaciones de quienes tienen que trabajar desde casa. Bien, parece una buena medida, pero como contrapartida, todas las operadoras de telefonía nos regalan acceso a plataformas de streaming para que podamos disponer de ocio televisivo mientras dure nuestra estancia forzada en casa. Con niños en casa a los que queremos tener entretenidos mientras trabajamos (no es mi caso) y con acceso libre a plataformas de streaming, no parece que la segunda medida sea muy coherente con la primera recomendación.
Y para finalizar, si se dice que las vacaciones son un momento propicio para que muchas parejas se den cuenta de que no se soportan cuando tienen que convivir juntas buena parte del día, ya veremos qué resultado ofrece este confinamiento y cómo los divorcios se suman a las múltiples consecuencias de esta crisis.
Buenas Fernando.
Realmente el problema de esto es que no hay una manera correcta de hacer las cosas y otras incorrectas.
Al final en todo esto se tiene que equilibrar el interés sanitario común con el económico, y por supuesto teniendo en cuenta el interés propio de diferentes sectores (entre ellos el político).
De ahí que por ejemplo Inglaterra haya apostado por dar prioridad al interés económico sobre el de salud, ya que ambos realmente van a tener un impacto significativo en la vida de muchísimas personas. O que en China actuaran como actuaron, o el caso de Corea del Sur que lo ponen ahora de ejemplo.
Sobre el papel higiénico y diferentes locuras, ni mucho menos estoy de acuerdo. Solo constato lo que se dice, que de utilizar algo para secarse las manos es mejor algo que usemos y tiremos. En todo caso, y como decía, es MUCHÍSIMO más importante lavarse bien las manos que secarlas con toalla o sin toalla. Si te sirve de ejemplo, en casa seguimos utilizando las toallas para lo que son y el papel higiénico para lo que se debería utilizar.
Caso aparte están las medidas tomadas por uno u otro gobierno, sea nacional o autonómico. Como te decía saber a ciencia cierta qué es objetivamente hablando mejor es imposible. Si tenemos mayor cantidad de transporte público, también estamos exponiendo a mayor número de trabajadores y facilitamos el movimiento de ciudadanos tanto los que como bien dices van a trabajar como todos esos irresponsables que salen de casa para pasar el rato.
Y con las empresas de telecomunicaciones pasa lo mismo. A fin de cuentas son empresas con ánimo de lucro, y aunque por supuesto interesa que la cosa vaya a la normalidad, también es un buen momento para lavar la imagen ofreciendo un extra. El típico hoy por ti y mañana por mi, ya sabes…
Saludos Pablo. Interesante información que nos compartes y muy completa, lo malo, es que la gente ya no lee ni se informa, ahora en México es pura histeria o definitivamente les vale.
Me alegra oír eso Ignacio.
Seguiremos trabajando, ¡y mucho ánimo!