Llevaba, como ya comenté recientemente, una temporada bastante desencantado con Netflix.
La propuesta de la compañía se me antojaba hoy en día muy poco interesante, habida cuenta de que ya he devorado hasta la saciedad sus obras magnas (stranger things, black mirror…), al menos en cuanto a series y películas se refiere. En el género documental, afortunadamente, todavía tengo camino que recorrer.
Esa estrategia de apostar por volumen frente a calidad, unida a una interfaz puramente creada para que pasemos más y más tiempo en ella cuando su caso de uso de éxito debería radicar en ser prácticamente invisible, dirigiendo lo antes posible al usuario al contenido que quiere ver, estaba dilapidando mi paciencia.
El que tras dicha estrategia hubiera un profundo estudio de la psique del consumidor, y cómo ello nos dirigía hacia un estado de continua frustración (te pones a ver algo después de haber dedicado un tiempo considerable a elegir entre el enorme catálogo del servicio, para darte cuenta de que la elección no está al nivel del tiempo que has perdido en ella…), unido a que otros productos como HBO o Amazon Prime Video, de los que también somos clientes, apostaban por menor catálogo pero de mayor calidad, me había hecho empezar a considerar seriamente el pasarnos a alguno de los otros como servicio principal (la primera parada generalmente es abrir la app de Netflix).
Y entonces apareció La maldición de Hill House (ES) en la portada.
Recuerdo que leí su sinopsis de pasada, casi sin darle importancia. A fin de cuentas, parecía la típica de una casa encantada, un recurso tan (ab)usado en el género de terror, pero para colmo en formato serie, lo que hacía que todavía fuese más difícil que tan siquiera encendiera algo en mi cabeza.
Pero Èlia, que se empeña en decir que este género no le gusta (G.G) y que en cambio disfruta como una enana con él, curiosamente la metió en La Lista, y hace un par de semanas la empezamos a ver.
¿Corolario?
Los 10 capítulos nos ha durado apenas 5 días, y eso que por el medio teníamos viajes y asuntos de trabajo a los que atender.
Y no precisamente porque la obra de Mike Flanagan no merezca la pena. Si no por justo lo contrario.
Rehabilitando el género
Como decía, La maldición de Hill House es, a priori, la n-ésima relectura de obra de terror con una casa encantada de por medio. Ninguna novedad aparente.
Una reinterpretación de la pieza literaria de Shirley Jackson (EN), una talentosa escritoria que vivió como otras tantas mujeres de su época a la sombra de la figura del hombre, a la que el bueno de Mike Flanagan ha decidido incluirle una buena dosis de relaciones personales. Los protagonistas no son personas desconocidas (un grupo de investigadores paranormales) que acaban por vaivenes de la vida cayendo en las garras de Hill House, sino más bien una familia (padre, madre, dos hijos y tres hijas) que entra en la mansión con idea de reformarla en un verano y revenderla.
A partir de aquí, juega con el tiempo y el espacio para que el espectador sea partícipe de cómo aquella experiencia marcará la vida de todos ellos, que de una u otra manera serán víctimas de sus propias fobias y acabaran siguiendo caminos completamente destructivos. Desde aquel que se entrega a las drogas, pasando por el que niega todo lo ocurrido, aquella que vive traumatizada por el pasado, aquella que ha creado una careta de mujer de acero para protegerse del mundo exterior, o aquella que rehace su vida auto-engañándose.
Un estudio de la psicología humana frente a las experiencias traumáticas que gana enteros, precisamente, por el magistral trabajo fotográfico, adobado con un hilo conductor repleto de flashbacks.
Porque si algo creo que hace bien el director, y ya me lo había demostrado con otra de sus obras para Netflix (El Juego de Gerard (EN)), es sin lugar a duda construir un relato en base a la historia que cuentan los propios protagonistas. Flanagan es capaz incluso de crear un capítulo magistral entero (el sexto, de alrededor de 1 hora de duración) en formato plano secuencia, dentro una misma habitación, trasladando al espectador la tensión del momento, y manteniendo, que es lo difícil, la atención.
Porque esa es otra. La serie es lenta y pesada. Dos adjetivos que serían claramente despectivos si no fuera porque vienen acompañados de un mimo por el detalle que resulta profundamente entrañable (esa cabeza de la estatua girada sutilmente en este plano, este guiño a los amantes del mundo del comic (ES)…).
Una obra de terror que apenas abusa de las subidas drásticas de volumen para que demos un brinco en el sofá o la cama. Que basa su propuesta en la naturalidad con la que los protagonistas cuentan la historia, haciéndonos partícipes de ella. Manteniendo planos durante minutos sin que esto acabe por cansar. Saltando al pasado y al presente, a la casa y fuera de ella, y jugando de forma maestra con la incertidumbre y desconocimiento del espectador, que poco a poco ve cómo las piezas, anteriormente aisladas, empiezan a encajar.
Un juego en el que nosotros entramos de buena gana. La historia se presenta en la obra, pero se recrea en la mente del que la disfruta.
Así sí, Netflix
He dicho en más de una ocasión que el género de terror es de mis preferidos, y La maldición de Hill House ha sido sin lugar a duda una de las mejores materializaciones que he visto en estos últimos años. Al nivel, al menos, de La Casa de Hojas (ES/libro), al nivel de Alien: Isolation (EN/videojuego), a nivel de cortos como el de Mama (ES) o Apaga la luz (EN).
Ha conseguido quitarme el sueño. No porque en efecto me muriera de terror viéndola. Entiendo que esto ya va a ser complicado que me ocurra a estas alturas de la vida con alguna obra. Pero sí dándole vueltas a los porqué y los cómo.
Lo suficiente, al menos, para que vuelva a tener esperanza en Netflix. Porque de entre toda la escasa calidad de su catálogo alguna que otra vez una obra brilla con luz propia.
Esta es una de ellas.
Por aquí tienes el trailer, y justo debajo, los comentarios, para que me digas qué te ha parecido a ti.
¡Que lo disfrutes!
Ver en Youtube (EN)
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Buenas Pablo y cia.
Supongo que para gustos los colores, tengo también Netflix, configurada la cuenta para mi hermana y madre (adicta en series donde las haya), se ha visto y se sigue viendo muchas cosas, a mi madre en cambio, la de La Maldición, la ha visto, pero no ha terminado de ser, para ella, esa serie que muchos catalogan como una gozada, obra maestra… y le gusta mucho las series de terror, el cine.
A mí en cambio me gusta que hayan apostado y mucho por traer cine y series asiáticas, que me gustan y mucho, sección de anime, espero más títulos, es verdad que en ocasiones miro y remiro y no hay nada que en ese momento me llene de orgullo y satisfacción jajaja Pero como a otras personas que la usan están más que encantados, el pago mensual está más que amortizado, la pueden ver en las tablets, o en la tele, o ver otras series que ya vio que le siguen gustando.
Aunque he gozado con Daredevil, lo mejor, concreces de esas series de marvel que han ido aterrizando.
No he usado otro tipo de servicio, bueno, no es cierto, Prime Video, que todavía le queda y mucho, aunque se van viendo muchas mejoras, y espero que sigan.
Por lo demás, nada que decir, hay un gran abánico, espero que sigan algo intermedio entre calidad y cantidad. Por ejemplo, vi Élite, tuve muchas dudas, y no ha estado nada mal.
Un saludo.
Tengo pendiente Daredevil. La empecé, pero solo he visto el primer episodio, aunque es cierto que parece que todos concuerdan que es de lo merjocito que tiene Netflix de Marvel (también hay que decir que el resto de propuestas dejan mucho que desear…).
Como todo en esta vida no hay blancos o negros. A mi esta serie me ha gustado. Creo que objetivamente hablando es un buen producto. Pero por supuesto habrá gente que le parezca una mierda. Que en gustos podemos (y debemos) ser distintos. Igual que otras obras lo mismo a mi no me gustan nada, y a la gente le encanta. Para muestra todo lo que están sacando alrededor de Expediente Warren, que bajo mi humilde opinión empezó genial y están tirando cada vez más hacia el susto fácil. Pero ahí están, y eso es porque la audiencia lo demanda.
Élite la ha estado viendo mi pareja, y al parecer le está gustando. Yo sigo pecando demasiado de ser algo hater de este tipo de obras (relaciones entre guaperas que parece que si no enseñan cacho no han actuado). Pero vaya, que por lo que se ve tiene algo por ahí que engancha.
De ánime, por cierto, me ha gustado bastante BLAME!, por si aún no la has visto.
Saludos!
De anime te recomiendo Castlevania por ahora, no está nada mal, Blame fue sublime, esperando más.
Yo no la he visto, le daré una oportunidad.
Del universo Warren, a falta de La Monja, he visto todo, como las dos de Expediente Warren, en mi opinión, nada.
Has dicho algo muy bueno, el susto fácil, no hay que caer en eso, se puede hacer mucho más desarrollo, sino solo cabe recordar El Resplandor, nada de susto fácil, pero es una obra maestra.
Volviendo a a Marvel, Luke Cage no vi nada, Jessica Jones 1 episodio, pero de Iron Fist sí he visto las dos temporadas, puede no estar a la altura, pero hay algo que me atrapa, ojalá puedan hacer algo más. Defenders valió por el personaje de Daredevil, es verdad, y Daredevil lo mejor que he visto, porque esta última temporada vuelve a los fueron de la primera, por lo que tiene tan buenas críticas, la interpretación de Charlie Cox es muy buena, y los “secundarios” dan mucha fuerza.
Cuando vea La Maldición ya comentaré que me parece, es verdad que al comentar mi madre que tampoco es para tonto, pensé, pues no la veo, pero aunque no sea para tanto, que no lo sé, si me gusta, porque no al menos verla.
Un saludo.
Tanto Castlevania como Blame las he visto, jeje.
Y en tema Marvel fíjate, que Iron Fist vi la primera temporada y porque pensaba que en algún momento me iba a convencer. No ocurrió. Jessica Jones me pareció una serie decente de investigación, pero poco más. La última así de “superheroes” que me moló fue Gotham.
La cosa como siempre es tener tiempo jajaj.