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Apple Watch 4 Cardio

Lo dije ya en su día y no me importa repetirlo.

La historia de Apple en estos últimos años ha sido la de una multinacional que se ha querido posicionar como la élite de su sector, subiendo drásticamente los precios de su producto estrella no por el valor que realmente ofrece frente a la competencia, sino porque debido a su estrategia, el iPhone es la única manera de acceder al resto de su ecosistema.

Un ecosistema que cuenta con algunos elementos que sí son incomparables

El primero es la privacidad. Puesto que el negocio de Apple es vender productos (al menos hasta hace poco), se pueden permitir remar en contra del que ha demostrado ser el negocio más escalable (los servicios, ergo, los datos). Por otro lado, el que haya pasado de ser la empresa más valiosa del mundo a la tercera o cuarta en apenas un par de años es un buen ejemplo de que aunque es importante que haya un Apple en el mercado que vaya en otra dirección, el camino que están siguiendo todas las demás se antoja más rápido y sencillo (que no mejor, ojo).

Y el segundo es el Watch. Que por su precio (elevado, como todo lo que lleva el sello de la californiana) y lo que ofrece casi se podría decir que es barato. Hay más innovación en esa pieza de lujo que en la mayoría de productos tecnológicos del mercado, y sin lugar a dudas que en el resto de los de Apple.

Pese a que siga diciendo que para un servidor la corona de un reloj debería ser redonda, entiendo la decisión de Apple de mantener esa pantalla cuadrada, y con el paso del tiempo creo que hasta los más escépticos nos hemos acostumbrado a verlo por la calle.


Con la última actualización (ES) le han metido la certificación europea de su electrocardiograma, y este pequeño detalle es el que me lleva a escribir estas palabras.

Monitorización Clínica contínua

Porque aunque por activa y por pasiva (bien hecho) Apple se haya encargado de alertar al usuario que este ECG no sirve para medir de forma fehaciente el estado de nuestro corazón si tenemos alguna enfermedad, y que por activa y por pasiva la aplicación avisa queesto no sirve para alertar si estamos o no sufriendo un ataque, lo cierto es que estamos ante uno de los primeros wearables de uso generalista que incluye sistemas de cuantificación que se acercan bastante a los márgenes de error aceptables en medición clínica, y que para colmo entrañan una ventaja con la que no cuentan éstos.

Que, de pronto, tenemos en la muñeca un reloj cuyos datos han sido amparados por el organismo médico estadounidense y europeo. Un maldito electrocardiograma que, y aquí viene lo importante, no solo podemos activar nosotros proactivamente, sino que estará a intervalos periódicos midiendo nuestras pulsaciones y sacando conclusiones.

Pasamos así de un escenario en el que únicamente nos medimos cuando algo podría estar mal, teniendo para ello que ir a un hospital y enchufarnos durante un buen rato a una máquina, a otro en el que en nuestro día a día, simplemente por llevar algo que de otra manera ya llevaríamos en la muñeca, estamos siendo monitorizados.

Con algunos extra que, por cierto, no solo llegan al Series 4, sino que están disponibles desde elSeries 1 vía actualización de software, y que nos permiten, por ejemplo, identificar de forma pasiva taquicardias y bradicardias (mediante avisos de pulsaciones altas y bajas) o posibles fibrilaciones auriculares (mediante notificaciones de ritmo irregular).

Que de nuevo, el margen de error no sigue siendo comparable con un electrocardiograma clínico. Pero vaya:

  • Que este ECG entra en un puto reloj, y el otro ocupa toda una sala.
  • Que éste tarda en torno a 30 segundos en medirnos. El otro media hora.
  • Y sobre todo, que éste lo hará de forma pasiva en nuestro día a día, no condicionado a un momento específico en el que tenemos que estar en una sala médica, y que por tanto, no ejemplifica realmente nuestro estado natural.

Se abre así la veda a lo que espero acabe siendo el mercado de wearables de consumo masivo: Dispositivos que realmente nos van a ayudar a anticipar posibles males, más allá de su papel actual como incentivo para que llevemos una vida más saludable.


Un tema del que curiosamente he estado hablando por otros derroteros recientemente.

Que el papel del médico va a seguir siendo necesario, pero con productos como éste al alcance de (casi) cualquiera, se difumina el espacio entre electrónica de consumo y electrónica clínica, y se genera un nuevo escenario en el que personas sanas podemos anticiparnos a situaciones de riesgo sin esperar a ver reflejado en nuestro día a día, o por una inspección médica anual, algo de lo que deberíamos preocuparnos.

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Articulo exclusivo PabloYglesias