fork android


Cuando parecía que todo “el pescao” ya estaba vendido, surge una nueva polémica.

Como bien sabes (lo he ido contando en la newsletter que semanalmente envío a los miembros de la Comunidad cada lunes a primera hora), la Unión Europea, después de una investigación de tres años, decidía imponer a Google una multa de 4.340 millones de euros por supuesto abuso de posición dominante en Android (EN), al forzar a los fabricantes a instalar apps como Search y Chrome por defecto en sus dispositivos si quieren tener acceso a la gallina de los huevos de oro: Play Store.

Una decisión que, como ya ocurriera con otras semejantes, tiene bajo mi humilde opinión puntos fuertes y puntos débiles. Por un lado está bien que los grandes tenga más complicado (pasar por caja) aprovecharse de su posición, y en este escenario la Comisión Europea es el principal rival a combatir en Occidente. Por otro, es cierto que estamos penalizando a aquellos que en base a haber hecho bien las cosas han conseguido liderar el mercado.

Sea como fuere, la respuesta de Google no se ha hecho esperar, y se defendía (EN) argumentando que Android ha democratizado el entorno móvil (nadie dice lo contrario), que por supuesto van a intentar renegociar, y que en todo caso, sabedores de que la decisión seguramente sea inamovible, cambiarán a partir del 29 de octubre el modo de “licenciar” Android.

Quería hablar de esto, y en particular de todos los posibles escenarios que se abren a partir de dicha fecha.

Vamos a ello.

Android es un sistema operativo gratuito, pero…

Esto es conocido por todos. Frente a la estrategia de negocio de Microsoft (licencia) y la de Apple (yo me lo guiso, yo me lo como), Google desde el principio apostó por seguir ofreciendo (recordemos que Android fue comprado por Google) su SO de forma gratuita. Cualquier fabricante puede hacer uso de Android en sus dispositivos sin pagar absolutamente nada a Google.


El problema es que Android per sé no tiene sentido si lo separamos de algunas aplicaciones. Por estos lares ya hemos hablado de la gran dependencia que tiene todo el ecosistema de desarrollo de apps de Android con los Google Play Services, y como no, con la Play Store. Sencilla y llanamente ambas aplicaciones son necesarias para poder utilizar Android tal y como hasta el momento lo hemos estado utilizando. La primera ofrece una serie de APIs que prácticamente utilizan todas las apps de terceros (ergo, para funcionar necesitan esta otra app), y la segunda es el market oficial, donde el usuario puede descargar las aplicaciones.

Y ambas apps pertenecen a Google, no a Android.

Por este mismo motivo, desde hace ya unos cuantos años Google ha forzado a los fabricantes a acompañar GPS y Play Store de otras apps que a ellos como compañía les interesan, como es el caso de Google Search y Google Chrome.

Aplicaciones que vienen por defecto instaladas en todos los dispositivos de Android, que son core del negocio de Google, y que contarían en teoría con alternativas en el mercado (véase la suite de Microsoft, véase Opera o Firefox…).

Ventajas de haber creado un ecosistema móvil muy potente, como ya hemos hablado recientemente.

De ahí la decisión de la Comisión Europea. Aunque un fabricante pueda decidir utilizar Android tal cual sin Play Store, en la práctica es necesario para que el usuario final pueda utilizar Android como está acostumbrado a hacerlo. Y al hacerlo, es necesario que instale también una serie de apps de Google que pueden entrar en conflicto con otros desarrollos propios o de terceros, limitando la capacidad de la competencia.

¿A partir del 29 de octubre los dispositivos europeos serán más caros?

Esto es parte del discurso que esgrimía Pichai en defensa de la compañía. Para paliar la decisión de la CE, Google ha decidido licenciar en varios paquetes sus apps, de forma que en efecto Android seguirá siendo gratuito, pero para poder acceder a algunas de las aplicaciones de Google cada fabricante tendrá que pagar por cada dispositivo dependiendo del pack de aplicaciones que haya decidido instalar.


De esta manera, y si nos podemos fiar de la información supuestamente filtrada a The Verge (EN), con el plan más completo, en el país más caro y en el dispositivo más grande (los precios varían según el pack, las tarifas del país, y la densidad de pixeles/tamaño de la pantalla), un fabricante podría llegar a pagar hasta 40 dólares extra por dispositivo.

Los países con las tarifas más altas son Reino Unido, Suecia, Alemania, Noruega y los Países Bajos. Y habrá varios niveles de densidad de pixeles (asociada normalmente a dispositivos más caros), que quedarían en un primer nivel de 500 ppi, otro de entre 499-400 y otro por debajo de los 400 ppi, deduciéndose en estos países (los más caros) en 20 dólares en el primer tramo y 10 dólares en el segundo.

En los países con menos tarifa y densidad de pantalla más pequeña, estaríamos hablando de 2,5 dólares por dispositivo.

Teniendo en cuenta que en todo el ecosistema de fabricantes móviles, los únicos que ganan directamente por dispositivo son Apple (obviamente) y Samsung (el resto o se quedan con lo comido por lo servido, o directamente pierden algo de dinero por venta, que luego pueden remediar ganando algo por servicios o por imagen de marca), cabría esperar que ese aumento del precio por dispositivo acabe afectando directamente a la cartera del usuario.

Sin embargo, aquí me gustaría sacar a relucir varios temas que Google no ha tenido públicamente en cuenta, y que parece que la mayoría de medios que se han hecho eco estos días de la noticia han obviado.

Veamos qué escenarios posibles habría:

El usuario pagaría más por cada dispositivo

Por supuesto, el primero es el más catastrofista, que es el que Google ha querido reflejar en su comunicado. De esta manera, los dispositivos pasarían a costar entre 2,5 y 40 dólares más, habida cuenta de que la mayoría de fabricantes (Sony, HTC,…) o no ganan o pierden dinero con cada venta de dispositivos, y por tanto no pueden hacerse cargo de este extra.


Es, sin embargo, una opción que difícilmente veo que vaya a materializarse. Por las siguientes razones.

El usuario paga en especias

Otra opción es que realmente el usuario no vea reflejado este incremento económico en el dispositivo, pero éste no venga con algunos elementos que suelen venir en la caja, como puede ser el cargador o los auriculares.

El fabricante podría así reducir los costes de cada dispositivo con un packaging más comedido (ergo, menos espacio consumido y más facilidad para transportarlos) y/o con un diseño más sencillo (imprimación del packaging en blanco y negro por alguno de sus laterales, por ejemplo), que minimice el coste final del producto.

Esta podría ser perfectamente una excusa más para aumentar ligeramente el beneficio por dispositivo que ya estamos viendo con algunos productos del mercado.

El fabricante se hace cargo del gasto extra

Estamos teniendo en cuenta precios absolutos basados en una filtración para el pack completo. La realidad es que lo mismo acceder únicamente al Play Store no costaría tanto, y el resto de apps, Google Play Services incluidos, pueden ser descargados por el usuario en la configuración inicial.

Además hay que tener en cuenta que el propio Play Store pide al usuario que instale Google Play Services si alguna de las apps que intenta instalar necesita dichas APIs.

¿Para el resto? GMail, Hangouts y compañía, de ver necesario el fabricante que aparezcan, aunque solo sea como imagen habitualmente asociada en el corolario general como parte de Android, seguramente podrían enseñarse mediante un enlace directo a la página de descarga de cada uno de ellos en Play Store.

De esta manera, realmente no estarían instalando las apps, aunque el usuario la primera vez que abriera el dispositivo vería su icono ahí. Y si pinchara, le llevaría a la opción de instalarla. Algo que ya se ha hecho anteriormente con otros acuerdos de preinstalación de algunos dispositivos y marcas, como es el caso de Facebook e Instagram (venían y vienen “preinstaladas” en algunos modelos).

Google y fabricantes llegan a algún tipo de acuerdo

Hay un tema del que pocos han hablado estos días y es que en teoría, los fabricantes podrían decirle a Google que entonces, ya que piensa cobrarles por acceso a Play Store, lo mismo ellos empiezan a cobrarle a Google por ofrecer Google como buscador por defecto en sus dispositivos.

Algo que realmente ya hace Apple con la compañía, y que en principio podría ser totalmente viable (si quieres que todos los usuarios de nuestros dispositivos busquen en tu buscador, te va a tocar pasar por caja).

¿Y cuánto podrían cobrarle a Google?

Pues fíjate, podría tener justo el precio que casualmente me estás cobrando tú por instalar Play Store y compañía.

Con esta excusa, o con otra que salga de las negociaciones que de seguro estarán encima de la mesa de unos cuantos directivos, el mundo seguiría tal y como hasta ahora estaba. Google cobraría X por ofrecer su suite en dispositivos de terceros, pero tendría que pagar ese X a cada fabricante para seguir “aprovechándose” de su posición dominante en el mercado de la movilidad.

Efecto secundario: Se abre la veda a posibles forks de Android

Este es el escenario del que más me interesaba hablar, y aunque sigue siendo compatible con el resto, es probable que no acabe por cuajar.

La cuestión es que con la decisión de la CE se abre la veda a que de verdad algún gigante como Microsoft o Samsung se decida de una vez a ofrecer un fork en condiciones de Android. Un nuevo sistema operativo basado en Android pero con toda la capa remodelada, como en su día intentase Cyanogen.

Y digo que es poco probable porque hoy en día, con un mercado más o menos maduro, se me antoja complicado que alguna compañía quiera meter de verdad toda la carne en el asador por ofrecer una alternativa a Android y a iOS.

Pero posible, sin lugar a duda, es.

Microsoft ya cuenta con una suite de apps para Android, acompañada de los “Play Services” de Nokia, que la verdad es que están bastante bien. Samsung ha apostado (al principio más, ahora prácticamente solo a nivel de wearables) por su Tizen OS.

Dependiendo del acuerdo al que se llegue con Google, es verdad que se podría abrir el mercado a un tercero que, bien fuera por su posición, bien fuera por el tipo de acuerdo que llegase con terceros, podría posicionarse como una alternativa.

Inclusive la propia Google tiene preparada una vía secundaria en caso de que los dominios de Android by Google acaben por dilapidarse. Ese supuesto Fuchsia OS, que ya no depende de Linux como sí ocurre con Android, lleva tiempo en boca de muchos, y lo mismo ahora con la decisión de la CE puede ser un buen momento para plantearlo si en efecto no se llega a ningún acuerdo aceptable y otros empiezan a sacar forks con una cuota de mercado interesante.

En fin, que estamos ante las puertas de un posible nuevo escenario en la industria móvil. Lo más probable, sin embargo, es que en efecto lleguen a algún tipo de acuerdo y todo siga como hasta ahora.

Pero vaya, que va a ser interesante ver lo que ocurre en los próximos días.

¿Cómo lo ves tú?

 

________

Si el contenido que realizo te sirve en tu día a día, piensa si te merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.

hazme patrono pabloyglesias