Hace ya unos meses os hablaba del mercado de las telecomunicaciones en España, y cómo entre todo ese conglomerado de operadoras convencionales y OMV, había una tal Yoigo que tendría un papel fundamental en el futuro del mismo.
A esto unirle la revolución (tardía, pero no por ella señalable) de los planes todo en uno de Telefónica, y la guerra abierta por ver quien se lleva el pastel del “mal llamado” 4G (del que por ahora va ganando Vodafone), y tendréis el condimento necesario para adentraros en la guerra legal que nos acompañarán los próximos meses.
El culpable de todo
A finales de la semana pasada saltaban todas las alarmas. Después de la presunta intención de compra por parte de Vodafone (y a fin de cuentas del resto de operadoras), Yoigo anunciaba su acuerdo de cooperación con Telefónica (ES), en donde la primera obtenía acceso a la fibra sin restricciones de la segunda, y ésta podía usar la red 4G de la primera.
Este movimiento tiene varias connotaciones asociadas, tales como:
- El usuario final gana: Descontando el improbable panorama en el que Yoigo-Telefónica se transforme en un nuevo duopolio del sector, lo cierto es que pasamos de un estado en el que había 3 grandes compañías de ADSL, y tres grandes compañías en potestad de ofrecer 4G, a otro en el que tendremos 4 de cada.
- Vodafone y Orange con la mosca tras la oreja: Y no es para menos. Dos operadoras que se han posicionado por sus propios recursos, generando la infraestructura necesaria para ofrecer 4G y alquilar fibra capada a Telefónica, ven ahora peligrar su estatus con un movimiento en el que la teleco española obtiene 4G sin despeinarse, y aparece un nuevo competidor en banda ancha que para colmo no tendrá capado el servicio.
- La ventaja de ser el rival más débil: El poder que tiene actualmente Yoigo en el mercado es terrible, y esto viene precisamente del hecho de que se trate de la operadora con menos capacidad de englobar servicios (hasta este movimiento, era la única de las tradicionales incapaz de ofrecer planes convergentes), y por tanto, más jugosa para un posible acuerdo-compra.
Como suele ocurrir en estos casos, toca el turno de que la CMT decida si permitir el acuerdo, o considerarlo desequilibrante para el sector. Resulta complicado adelantarse a los hechos, pero un servidor está más por lo primero (que haya una nueva opción para el cliente se vende muy bien).
Y en caso de llevarse a cabo, podría quedar en entredicho eso de que quien golpea primero, golpea dos veces (aunque Vodafone sea la primera en contar con “4G”, y haya echado para atrás la absurda idea de cobrar extra por el servicio, aparecerían dos competidores en el mismo sector que además cuentan con máxima velocidad en el escritorio).