La decisión de Steve Kondik de cambiar el rumbo de su startup CyanogenMod a una empresa con ánimo de lucro llamada Cyanogen Inc. (EN), tiene de por sí un interés altísimo para el futuro de los sistemas operativos móviles abiertos.


cyanogen

Y es que estamos por primera vez ante el nacimiento de una iniciativa de software que pasa a considerarse empresa multinivel, con un cambio radical en su filosofía, con una nueva estrategia comercial que no ha gustado a todos por igual (EN). Siete millones de dólares que Benchmark Capital y Redpoint Ventures han invertido en el proyecto, y que les ofrecerá la oportunidad de llevar a cabo la profunda reestructuración y acuerdos que necesitan para tal titánico menester.

A medio espacio, la dudosa capacidad de Cyanogen para hacerse con un trozo del pastel de dispositivos móviles, teniendo en cuenta que hasta ahora era un mero MOD secundario, y por tanto solo dirigido a un target por lo general tirando a techie que buscan “algo más” o “algo distinto” de la experiencia de Android que Google nos ofrece. Y aun así, me sentiría positivo con que solo consiguieran democratizar el cambio de sistema operativo con la implantación de un instalador “para todos los usuarios” vía PC.

Un futuro interesante, en dónde el sistema operativo fuera una decisión y no una obligación, que precisa de una nueva legislación al respecto (EEUU va a priori un paso por delante (EN)), y aprovechándose de lo abierto de un backend como es Linux.

Una distribución que ahora se vuelve comercial (esperemos que sea a costa de licenciar a fabricantes), y la aparición de una nueva empresa, joven y con conocimiento de causa, ofreciendo un producto de alta calidad, al igual que MIUI de Xiaomi.

Y ya si eso el considerar un posible competidor más, con la experiencia de un fabricante secundario como Oppo como primer acuerdo, y el desarrollo de smartphones basados en Cyanogen, que no tendrían nada que ofrecer de Google, y en donde la seguridad y privacidad en principio estuviesen bastante aseguradas.