Hace ya unos días publiqué un artículo en el que explicaba las razones de apostar por una billetera fría, o cold wallet, a la hora de guardar tus criptoactivos.
Por resumirlo muy mucho:
Índice de contenido
¿Qué es una cold wallet? ¿Qué es una hot wallet?
- En el primer caso, el de las cold wallets, son billeteras para almacenar criptomonedas que no requiere de una plataforma online para funcionar. Es decir, sería, para que nos entendamos, como si guardases tus criptos debajo de la almohada.
- Por contra, una hot wallet es justo lo contrario: son billeteras gestionadas de forma centralizada por un servicio online. Son, a efectos prácticos, la versión de una cuenta bancaria en el mundo de la economía 3.0.
Y como pasa con el dinero FIAT, da la casualidad de que para realizar transferencias necesitamos siempre, sí o sí, al menos una hot wallet (esa cuenta bancaria dentro del sistema). Pero nadie nos obliga a tener ahí nuestros criptoactivos, pudiendo, si así lo deseamos, transferirlos tan pronto entran a una cold wallet que esté bajo nuestro estricto control.
Ventajas de una cold wallet frente a las hot walltes.
- La seguridad depende enteramente de ti: A efectos prácticos, no dependes de nadie más que tú mismo para acceder a esos criptoactivos, por lo que aunque el exchange o servicio de turno cierre o se declare en bancarrota, tu dinero seguirá estando ahí, quitando de un plumazo uno de los principales riesgos actuales de los criptoactivos.
- Anonimato: Por el mismo motivo que lo antes mencionado, al no depender de plataformas de terceros, tu dinero no es identificable hasta que no lo hagas pasar por algún exchange o realices alguna transferencia a dinero FIAT. Ya expliqué en su día cómo funciona la trazabilidad en plataformas como la de Bitcoin o ETH, así que no me voy a repetir.
Desventajas de una cold wallet frente a las hot wallets
- La seguridad depende de ti: Como decía en el anterior punto, eso significa que si pierdes el dispositivo y/o olvidas la clave privada, has perdido el dinero que tuvieras asociado a él. No hay un servicio de terceros asociado a tu cuenta, y por ende, todo depende de ti.
- No son cómodas de utilizar en el día a día: Si lo que buscas es simplemente almacenar criptoactivos, son una gran solución. Pero por su propia ideosincrasia, al estar fuera de los principales exchanges del mercado, siempre que quieras hacer una transacción con ellas (sacar o meter dinero) tendrás que utilizar un servicio de terceros que te lo permita. Y tampoco puedes reinventir de forma automática tus criptoactivos, ya que obviamente, estarán parados en un pequeño “rincón” de la red.
Echas las presentaciones, voy al grano.
Algunos, al publicar la pieza que comentaba al principio de este artículo, me preguntasteis por privado si existía algún punto medio. Es decir, una especie de cold wallet que esté asociada a algún servicio online, y que por tanto, nos permita realizar en el día a día transferencias de una manera más cómoda.
Y lo cierto es que sí. Existen algunas en el mercado.
Voy a explicarte cómo funciona una de ellas.
CoolWallet: A medio camino entre una cold wallet y una hot wallet
CoolWallet es una empresa que ofrece una suerte de exchange centralizado… pero que cuenta además con la opción de almacenar los criptoactivos en su propia cold wallet.
Les escribí por si era posible probar su plataforma, y a los pocos días ya tenía en casa el modelo CoolWallet Pro (EN), que es el modelo superior.
Básicamente estamos ante una cold wallet, esto es, una tarjeta física en donde se almacenarán nuestros criptoactivos.
En el tutorial anterior expliqué cómo funcionaba MaterialBitcoin, que no era más que una tarjeta de metal con la clave pública y la clave privada de nuestra cuenta de Bitcoin serigrafiada a láser en su superficie. Es decir, era el ejemplo perfecto de una cold wallet, ya que no había circuitería ni nada por el estilo. Simplemente unos datos impresos a láser en una placa con una duración estimada de varios cientos de años.
Obviamente, en el caso de Cold Wallet lo que tenemos es una tarjeta de tamaño de una tarjeta de crédito que SÍ incluye componentes electrónicos. Es más, en su interior hay nada más y nada menos que un pequeño procesador criptográfico, una pantalla de tinta electrónica, un receptor bluetooth, una batería, y un sistema de almacenamiento. Por contar cuenta hasta con un botón táctil (no estoy de coña…). Todo contenido en una simple tarjeta, del mismo grosor que cualquier VISA o Mastercard del mercado.
Para colmo, y a diferencia de MaterialBitcoin, donde necesitaremos una tarjeta para cada red, la cold wallet de CoolWallet admite en esa misma tarjeta decenas de criptomonedas. De hecho, todas las que oficialmente gestiona su marketplace, y también todas aquellas compatibles con las redes de:
- ERC-20
- ERC-20 (Arbitrum, Polygon)
- BEP-20
- TRC-20
- SPL
- Y todos los tokens ERC-721, ERC-1155, NFT.
Tiene una autonomía esperable para un uso diario de dos o tres transacciones de alrededor de tres semanas, y en reposo de alrededor de tres meses.
Y para cargarla, cuenta con un base de USB tipo A, como si cualquier otro lector de tarjetas se tratase.
De verdad que a nivel puramente tecnológíco, casi parece magia que todo esto entre en un dispositivo del tamaño y groso de una mísera tarjeta de crédito.
Ahora bien, decía que era un punto medio entre la cold wallet tradicional y un hot wallet, y es que aunque en efecto desde ella podemos gestionar cualquier criptoactivo que queramos, para empezar a usarla necesitaremos parearla con una aplicación móvil de CoolWallet.
La aplicación, de hecho, está diseñada de tal manera que separa los activos cold de los hot, pudiendo solo tener una cuenta cold (entiendo que todo se almacena en local), una hot (como si de cualquier otro exchange se tratase), o ambas. De esta manera, puedes holdear o tener invertidos parte de tus activos en la billetera hot, y mantener a buen recaudo el resto en la billetera cold. Todo desde la misma app.
En el proceso de pareado inicial, elegimos además las criptomonedas que vamos a almacenar (podemos más adelante elegir más o quitar alguna), y de hecho, mientras la tarjeta tenga batería, apretando ese botón que tiene podemos ver en la propia pantalla la cantidad que tenemos de cada una de las cripto, y su último cambio (el que tenga almacenado de la última vez que estuvo conectada por Bluetooth con tu smartphone).
Conclusiones de CoolWallet
Es, por tanto, a todas luces, una especie de punto medio.
Las cripto las vas a tener físicamente tú almacenadas en una tarjeta, pero al estar esta asociada a una app, y contar además con componentes electrónicos, puedes revisar y operar con ellas directamente.
A cambio, dependes de una plataforma como CoolWallet para poder hacerlo y, obviamente, eres dependiente de componentes electrónicos, que podría degradarse con el tiempo o con algún mal uso de los mismos. Que sí, que en la práctica podrías ni tan siquiera necesitar el pareado con la app de CoolWallet (con conocer las claves privadas y públicas de cada billetera, podríamos hacer lo propio desde otra plataforma), pero claro, entonces perderíamos ese híbrido que tanta comodidad da.
En fin, que una de cal y otra de arena.
Una gran opción, no obstante, para todos aquellos que buscan un plus de seguridad… sin sacrificar tanto por el camino.
Que por opciones no sea, oye.
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