ffxOS


Lo comentaba ayer en ese espacio privado (ES) que mantengo con los patronos de la Comunidad, y que se está volviendo por momentos una suerte de blog más inmediato para hablar de esos temas que tengo pensado traer por aquí, o que no se prestan a un artículo en profundidad.

Este era de los primeros, con el temor de que el ritmo que llevo esta semana acabara por volverlo de los segundos, pese a que me toca muy dentro.

Y es que han pasado ya más de dos años y medio. De un proyecto que me cautivó desde el principio, y me animó no solo a ser pionero en habla hispana en cuanto a la publicación de varios tutoriales de desarrollo sobre la plataforma (llegué incluso a estar mejor posicionado que la Wiki de Mozilla :)), sino incluso a desarrollar un proyecto empresarial, dirigido, como a priori estaba dirigido, a mercados emergentes en latinoamérica.

A ganar varios hackathones, a que por mis manos pasaran la mayoría de terminales (de desarrollo y de venta al público). De ahí, a entrar en Telefónica I+D para trabajar codo con codo con los chicos de Mozilla, desarrollando buena parte de las interfaces de llamadas de la que sería la siguiente versión, para acabar lamentando que el proyecto fuera a menos no por la calidad del mismo, sino por factores exógenos a los que no fue (fuimos) capaces de adaptarnos.

Hace unas horas TechCrunch publicaba un artículo devastador sobre el futuro de Firefox OS (EN), al que habría que sumar las palabras de Ari Jaaksi en Twitter (EN), SVP de la división de dispositivos conectados de Mozilla.

Y esto me anima a escribir un artículo como este, que casualmente estaba en el roadmap, habida cuenta de una futura charla que quizás acabe impartiendo sobre software libre.

El futuro de Firefox OS en smartphones es incierto

Y esto es desde hace tiempo una verdad como un templo. De aquel inicio embriagador que apuntaba a la web como la tercera gran plataforma móvil, pasamos a una realidad aplastante.


Firefox OS no tuvo éxito en dispositivos móviles por tres razones principales:

  • El mercado tecnológico es un mercado que favorece, habitualmente, los duopolios: Apple y Microsoft en escritorio, Apple y Google en móviles, Amazon y Alibaba en ventas online, Facebook y Twitter en sociabilidad digital,… Hay muy pocos ejemplos de escenarios tecnológicos “maduros” en los que convivan con relativo margen tres o cuatro propuestas. Y el mundo móvil hace tiempo que ha entrado en un estado de madurez (ES). hoy en día, el tercero en discordia es Windows Phone, con una propuesta (la de la convergencia) a años luz de iOS y Android. Y aun así, se está comiendo únicamente alrededor del 2-3% de cuota de mercado mundial.
  • Firefox OS en mercados emergentes: el verdadero potencial de FFxOS radicaba, a mi parecer, en los mercados emergentes. Hace un par de años, la propuesta que había en el mercado de móviles de gama baja era más que lamentable. Sí, estaba Android, con terminales alrededor de los 100-150 euros, pero la experiencia de uso era sencilla y llanamente una mierda. Android es un sistema operativo que requiere un mínimo de recursos que estos móviles no cumplían. hoy en día, y más con Android One, el sistema se ha optimizado lo suficiente, y esto unido a que la barrera de acceso al hardware ha disminuido, tenemos propuestas por debajo de los 100 euros que al menos se pueden usar. Y eso sin olvidarnos de la gama baja de Windows Phone, que es una verdadera delicia. En el medio, un FFxOS que no supo (o pudo) plantarle cara al gigante cuando debería haberlo hecho, con un sistema que aún estaba en pañales.
  • Firefox OS en mercados maduro: Si la gran oportunidad de la tercera plataforma radicaba en su expansión a mercados emergentes, y acabó (salvando contados casos) por ser insuficiente, el despropósito de intentar lanzarlo como alternativa competitiva en mercados ya establecidos como el español era de chiste. No, FFxOS no necesitaba un terminal de gama alta para demostrar su valía. La gracia estaba precisamente en que cualquiera, con un dispositivo con tecnología móvil de hace varios años, pudiera correr un sistema operativo que además de basarse en software libre de verdad, le cubriría sin problemas las necesidades diarias. Porque de nada iba a servir sacar ese terminal de gama alta si la industria de los servicios no apoyaba el proyecto. Si el terminal FFxOS no tenía WhatsApp (básico para España), si la propuesta de Facebook, Twitter y compañía era un mero port de su versión web, si había grandes desaparecidos, y alternativas que prácticamente tenías que conocer por el boca a boca.

Todo esto unido a la incertidumbre de esa apertura a que operadoras “customizaran” la experiencia (le metieran una amalgama de servicios que no harían más que molestar), a que el proyecto se retrasó, como suele ocurrir con todo lo que viene de la industria del software libre, más de la cuenta (los acuerdos cuando quien está detrás es una fundación y no una corporación son siempre mucho más complejos de afrontar), ha hecho que al final la iniciativa pierda fuelle.

El futuro de FFxOS, semejante al del resto de propuestas basadas en la tercera gran plataforma

Y es que la historia se repite. Firefox OS no se abandona a su suerte, pese a que por TechCrunch se les haya ido la pinza y la mayoría de medios hispanohablantes hayan reproducido al dedillo su afirmación.

Seguirán saliendo terminales (GE), y la próxima versión del SO, la 2.6 (EN) se espera para Mayo del próximo año.

A lo que se pone fin (que no es poco) es al modelo actual de trabajo con las operadoras. No habrá, por tanto, nuevos dispositivos móviles de operadora, aunque si vengan nuevos con acuerdos directos con fabricantes.

Además de trabajar en una manera más sencilla de trasladar la experiencia Firefox OS a terminales con Android (bien sea con su launcher (EN), bien sea con la interoperatividad de aplicaciones (ES) o con el cambio de sistema operativo).

Y se dará prioridad al Internet de las Cosas, como veíamos recientemente con ese port a Raspberry Pi (EN), con Firefox OS en televisores (ES) y con placas de desarrollo como Chirimen (EN) para que la comunidad deje volar su imaginación.


Es por tanto una salida a tiempo de una estrategia que ha demostrado no estar a la altura. Es un paso hacia atrás, todo sea dicho, pero entiendo que sea necesario hacerlo.

En todo caso, que hoy no acaba la historia de Firefox OS. Que Firefox OS no ha muerto, aunque lo que venda sea precisamente decir lo contrario.

Y aunque no sea lo que algunos queríamos oír.