Si algo ha hecho que cambie diametralmente el paradigma de esta industria la crisis del coronavirus, ha sido sin lugar a dudas en la redefinición de los eventos digitales.
Esos webinars, esas masterclass, y en definitiva todo ese popurrí de formatos que históricamente se han entendido como “una alternativa” a la figura de un congreso presencialista, y que por razones obvias en un escenario de pandemia global, ha pasado a ser “la única opción”.
Un servidor, como bien sabéis, ha estado participando como ponente en varios de ellos. Y la pobre Èlia tiene una agenda que la ha llevado a cancelar automáticamente cualquier nueva propuesta en los próximos tres meses.
De pronto quien más quien menos monta su evento digital. Algunos con el afán de ganar un poco de espacio en esta empresa tan complicada como es la de acaparar el interés de la audiencia… y ahí es donde surgen los problemas.
¿Por qué?
Pues porque cuando estás en una sala ajena, en silencio, rodeado de personas, todas atendiendo al speaker de turno, como que se hace complicado estar a otra cosa.
Pero, ¿y en la comodidad de tu casa delante del ordenador? ¿Sin que nadie te vigile? ¿Con Netflix o el Game Pass al alcance de un clic?
Hacer eventos digitales no va de streamear un evento físico
De hecho, es lo peor que podemos hacer.
¿Alguna vez has seguido un congreso presencialista desde el streaming? Por regla general se hace muy pero que muy pesado.
Empezando porque probablemente se esté grabando con una o varias cámaras colocadas o en el techo, o en el fondo de la sala. Es decir, que sigues la ponencia de la peor manera posible.
Y siguiendo porque, al no estar allí, la experiencia de formar parte de algo se diluye completamente. Si lo interesante de muchos eventos profesionales es precisamente el networking, ya me dirás qué interés puede tener seguirlo desde casa.
Bajo este prisma, y sobre todo ahora incentivado por la más pura necesidad (recordemos que los eventos son la herramienta predilecta para dar a conocer al resto de profesionales, stakeholders y potenciales clientes nuestro expertise), me ha parecido interesante ver cómo estos últimos meses hemos podido experimentar de primera mano a toda la industria buscando la manera más adecuada de trasladar lo que históricamente hacían (y tenían dominado) de forma presencialista a eventos digitales… intentando aprovechar el medio.
Vamos a ver algunos ejemplos
Emular la experiencia de grupo
A la mente se me vienen esos primeros eventos digitales que hicieron grandes compañías como Sony y Microsoft este año para presentar lo que iba a ser la nueva generación de videoconsolas. En particular, esta primera (Sony Playstation) recuerdo que sacó una serie de eventos digitales donde intentaron aparentar que se estaba grabando el evento presencial… poniendo un render en CGI que aparentaba ser las siluetas de 5 personas que supuestamente estarían de público.
¿El resultado? Pues algo que para nada daba la impresión buscada. Ese marco inferior, que de vez en cuando se movía un poco (una silueta giraba la cabeza, otra se contoneaba en la silla…) se sentía totalmente forzado.
En cambio, si nos vamos de los eventos profesionales a los partidos de fútbol, hemos visto cómo parece que aquí sí han dado en la tecla. Puesto que actualmente los partidos se juegan a puerta cerrada (sin público), lo que se ha hecho es recrear también mediante CGI una suerte de render que ocupa en tiempo real las gradas, y que se acompaña con un ruido de fondo que permite al espectador seguir el partido sin enfrentarse a la realidad de lo que está ocurriendo en el campo (el silencio absoluto y las gradas vacías).
En este sector de hecho se ha apostado de nuevo por pura necesidad a grabar mucho más contenido a pie de campo, sin tanto ojo de halcón. Es decir, que los planos, teniendo en cuenta que ahora el modelo de consumo principal es el digital, están cambiando para acercar al espectador a la acción del partido y no tanto a la experiencia global en el estadio, como ocurría hasta ahora.
Por último tenemos el caso de Apple, que recientemente en su evento de presentación de los nuevos iPhones nos sorprendió con un streaming que heredaba más elementos de la industria cinematográfica que de la clásica retransmisión de eventos.
El cambio, que no viene únicamente de 2020 pero es indudable que la crisis actual ha servido de agilizador, supone además romper esa histórica experiencia de asistir a un evento de la californiana como algo, hasta cierto punto, elitista. Para un periodista de un medio de comunicación, o un desarrollador externo a la compañía, ser invitado por Apple a asistir a dicho evento era una estrategia de marketing de la empresa que le aseguraba que esa persona estaría sí o sí compartiendo la experiencia entre el resto de su comunidad, que hace años solo podía seguirla precisamente de mano de estos últimos.
Con la llegada de un ancho de banda suficiente, Apple y otras compañías del sector han ido poco a poco ofreciendo la alternativa del streaming, y democratizando con ello su accesibilidad por parte del gran público, que ya no tiene que informarse por terceros. Es decir, mayor control de la comunicación con el cliente final.
Este año con la pandemia la compañía ha vuelto a apostar por celebrar su evento en el Apple Park de Cupertino, pero por razones obvias, sin público. A cambio, al no necesitar per sé estar en un mismo espacio, la retransmisión viajaba de un escenario a otro de la sede corporativa, utilizando de centro logístico el ya habitual Steve Jobs Theater, y adobado todo con una serie de transiciones que en una retransmisión en directo con el formato de evento físico, por razones obvias, son imposibles de conseguir.
¿En qué se traduce eso?
Pues que por ejemplo los anuncios pregrabados de los productos presentados se diluían con las propias intervenciones de los desarrolladores y ejecutivos de la compañía. Ya no era necesario partir el speak del presentador para mostrar un anuncio en vídeo, y luego volver a él, sino que en tiempo real el anuncio entraba y terminaba, por ejemplo, enlazando a un plano detalle donde el propio presentador interaccionaba con el producto, como puedes ver a continuación:
Todo de forma sutil pero muy efectista.
NUEVAS MANERAS DE DIGITALIZAR: CREAR EXPERIENCIAS Y NO EVENTOS EN STREAMING
Hoy, el formato digital nos permite crear nuevas maneras que generen interés más allá de lo que puramente podemos hacer en un evento presencialista, y una de ellas es generar experiencias empleando dinámicas y mecánicas de juego, más conocido como gamificación.
Además, el formato digital nos permite experimentar con otras maneras para generar interés que van más allá de lo que puramente podemos hacer en un evento presencialista.
En efecto, como decía anteriormente, competimos en los derroteros digitales con propuestas de entretenimiento tan instauradas como pueden ser los servicios de streaming, Internet o los videojuegos, que para colmo están a golpe de un click de distancia.
Pero el propio tercer entorno también nos dota de mayores incentivos para causar esa primera sensación impactante, y retener la atención del espectador.
Una de estas nuevas propuestas es Firewall Infinite, que tendrá lugar el próximo día 30 de noviembre, con motivo del Día Mundial de la Ciberseguridad. Allí nos encontraremos con un nuevo concepto de evento digital a nivel global donde viviremos una experiencia muy diferente y disruptiva que como telón de fondo tendrá la concienciación en materia de ciberseguridad, y a la que asistirán algunos de los mayores expertos del mundo (Kelvin Mitnick, Jessica Barker, David Kennedy…) como speakers invitados.
Los organizadores del evento han preparado para la ocasión una serie de retos entre los que se repartirán más de 10.000 euros en premios, la certificación por parte del CNEC (Centro Nacional de Excelencia en Ciberseguridad), sorteos y una fiesta después del evento para hacer networking, entre otras cosas.
Como contaba hace un momento en la newsletter, un servidor no se lo va a perder, ya que si ya de por sí muchos de los temas que van a tratar me interesan profesionalmente, me llama además la atención esa fusión de juego, ficción y realidad que van a utilizar para algo tan crítico como es concienciar sobre la importancia de la seguridad y la privacidad.
Como reza su FAQ:
Infinite utilizará las tecnologías que se utilizan en el cine, las plataformas en streaming de vídeo y los videojuegos Full Motion Video, para crear un auténtico espectáculo interactivo que cambiará para siempre la forma en la que proteges tu empresa de las amenazas digitales.
Lo que quiere decir que habrá pequeños cortos al más puro estilo “Elige tu propia aventura” en el que los asistentes decidiremos qué pasa, cambiando con ello la estructura del propio evento.
Además, tanto por las decisiones que tomemos, como por el tiempo que tardemos en tomarlas, ganaremos más o menos puntos que nos harán perder vidas (si perdemos todas las vidas nos tocará volver a afrontar el capítulo), y los que más puntos obtengan se llevarán una serie de premios, principalmente vales de varios miles de euros para gastar en plataformas como Amazon o la propia tienda de Infinite.
Si quieres que nos veamos por allí, los chicos del evento me han permitido ofrecer hasta un máximo de 20 entradas (las 20 primeras) al 50% de descuento, utilizando para ello el código promocional AMIGODEPABLO.
(recuerda canjear el código AMIGODEPABLO: las 20 primeras entradas estarán al 50% de su coste original)
Por ponerte otro ejemplo, hace un par de semanas se celebró la II National CyberLeague de la Guardia Civil. Otro evento que por razones obvias se ha tenido que hacer de forma digital, y que para la ocasión, decidieron virtualizar por completo.
Lo que nos encontramos los asistentes fue entonces ante una plataforma en la que teníamos que crearnos un avatar virtual, y luego acceder al recinto, donde podíamos hacer networking con el resto de asistentes en un entorno 3D que emulaba ser el propio espacio del evento.
Para muestra, la foto que subió Enrique Ávila a Twitter:
Chulada en la #IINationalCyberLeagueGC pic.twitter.com/QWAgR3wpY1
— Enrique Ávila (@eavilagomez) November 5, 2020
En fin, que sirva esto para dejar claro que hay mucho camino por recorrer en el diseño de la experiencia de los eventos digitales. Que no hablamos de una alternativa a la figura del congreso presencial de toda la vida, sino de algo que ha llegado para quedarse, y que probablemente evolucione hasta volverse de facto un formato con entidad propia.