Dos días seguidos hablando de Facebook… Quién me ha visto, y quién me ve… En fin, qué se le va a hacer cuando la red social ofrece en la misma semana dos noticias tan interesantes de analizar. Empecemos por el principio:


socialgraph

Seguramente en más de una ocasión habéis oído decir (o vosotros mismos habéis hecho lo oportuno) aquello de «esa relación está abocada al fracaso» al estar frente a dos individuos completamente distintos. El análisis de una situación semejante es complicado, más cuando entran en juego roles y agentes externos de la más diversa índole, que pueden o no mejorar una unión aparentemente improductiva.

Precisamente uno de estos agentes, el conocido como enraizamiento o integración social profunda («embeddedness» en inglés, que vaya palabrita le han puesto), la esperable necesidad de encontrar una pareja con los mismos gustos y amigos, ha sido desmentido recientemente por la investigación (EN) de dos científicos, Jon Kleinberg desde la Universidad y Lars Backstrom desde Facebook, al estudiar los datos de 1,3 millones de perfiles anónimos (los cuales debían cumplir varias peculiaridades, tales como aparecer «en una relación» o «casados«, mayores de 20 años y entre 50-2000 amigos).

El resultado lo podéis ver en el grafo que acompaña este artículo.

El cluster superior, mucho más intenso, representa las relaciones con conocidos del trabajo/estudio, mientras que el de la derecha, antiguos amigos de clase. Paradójicamente, las relaciones de pareja aparecen en el cuadrante izquierdo inferior, mucho menos cargado, y tienden a ser nexo de unión con varios universos sociales distintos, como bien señalan los investigadores. Es decir, que la «mejor» pareja no es aquella con la que compartimos más amistades, sino aquella con la que compartimos más círculos sociales distintos.

Además, quienes no cumplen con estos axiomas, tienden a tener más posibilidades de fallar en sus relaciones, por lo que queda patente que la dispersión es mucho más efectista desde el punto de vista social que el bien considerado enraizamiento.

Y esto no es todo, ya que parece demostrarse que el algoritmo creado acierta en un 60% a la hora de definir quién es tu pareja, por lo que además de tratarse de un estudio que arroja luz sobre un tema tan importante, seguramente acabe por transformarse en una herramienta más para monetizar la red social, con esa esperable publicidad dirigida ya no solo hacia tí, sino a tu entorno cercano (recomendación en círculos), hayas o no divulgado este dato.

De nuevo otro ejemplo de aplicación de Big Data que ofrece unos resultados muy útiles tanto para la sociedad, como para la empresa investigadora. Y ya de paso otra pérdida de control de nuestra privacidad, un futuro nuevo asalto a nuestro feed social.