El viernes pasado, en plenas celebraciones de Semana Santa, Microsoft anunciaba en su blog que en la próxima actualización el Do Not Track vendría desactivado por defecto (EN).
En su día ya hablamos del tema, señalando el movimiento como uno de los detonantes de la guerra en Internet. Microsoft lo activaba por defecto en su navegador no únicamente como gesto de su compromiso con el cliente, sino porque se lo podía permitir, al tratarse de una empresa que no vive de la publicidad (¿Hola Google?).
Y con ello, servía en bandeja al lobby publicitario una contramedida. Una razón con la que defenderse y saltarse a su gusto la petición: el desconocimiento de la medida por parte de los usuarios finales.
Porque no, Do Not Track no es obligatorio. Simplemente nació como una manera de que el usuario (el usuario, repito) diera aviso a la página o servicio que estaba visitando de que no quería ser rastreado. Simplemente eso. A la vista de la petición, los algoritmos de monitorización de cada servicio podrían o no hacerle caso.
Y cuando te encuentras con que todos los usuarios de un navegador específico (que por cierto sigue teniendo su porcentaje (EN) precisamente entre un sector menos tecnológico) hacían la petición automáticamente, no porque ellos lo hubieran pedido, sino porque en el navegador viene activado por defecto, la decisión estaba ya tomada.
Con los nuevos aires de Microsoft, la cosa cambia. El usuario podrá activarlo, pero pasará de ser una decisión opt-out (activa por defecto) a opt-in (el usuario es quien debe activarla).
Y con ello ya no hay excusa. O aceptas que en verdad el usuario no ha pedido que lo monitorices, o no lo aceptas.
¿Cuál debería ser el siguiente paso? Bajo la humilde opinión de un servidor, hacer partícipe al usuario de esta decisión, que podría venir de la mano de algún elemento de la interfaz (¿un icono de ojo en la barra de búsqueda?) que le informara cuando aún teniendo activa la petición, el servicio por el que está navegando no ha decidido hacerle caso.
Que al pulsar sobre él salieran los nombres de las compañías de publicidad que hay detrás, con un enlace a la información de contacto o quizás el órgano regulador adecuado para interponer una queja.
Señalar al causante de la monitorización, al igual que ahora podemos conocer la entidad certificadora detrás de una comunicación segura, o los errores que muestra dicha página bajo este paradigma.
Porque como demostrábamos en el estudio que hicimos sobre rastreo en medios digitales, la mayoría de las grandes marcas de publicidad a nivel mundial se están saltando tanto peticiones como Do Not Track como derechos de privacidad contemplados en la legislación de algunos países. O aceptas o no aceptas la decisión del usuario, pero entonces lo harás a sabiendas de que ese usuario tendrá herramientas inmediatas para saberlo y obrar a favor o en contra de la medida.
Para conocer que a esa empresa le da igual que haya recogido por el canal adecuado (una etiqueta meta en la cabecera de la petición de conexión) su decisión explícita de no entrar al juego. De que aquellas botas que se compró hace unos meses sigan atosigándole en cada página que visita (remarketing). De que por ser solter@, debería estar interesado en aquella aplicación de contactos. O de que como demócrata/izquierdista/neoliberal, solo está dispuesto a consumir sentimientos y opiniones afines a los suyos.
Porque la alternativa no pasará por dejar de usar estos servicios, pero quizás sí por activar un bloqueador de publicidad. Herramientas cada vez más extendidas, y que atacan drásticamente a la raíz del problema, en algunos casos sin tan siquiera discernir entre aquellos que están haciendo las cosas bien y aquellos que no lo están haciendo.
Acaban pagando justos por pecadores todos en el sector, lo cual repercute directamente en los beneficios del mercado y la evolución de Internet tal y como la hemos conocido. Y la solución es tan sencilla como empezar a usar esos dos órganos que tienen a cada lado de la cabeza y escuchar a los usuarios que consumen su servicio.
Es una guerra que nosotros, los que estamos detrás de la pantalla, tenemos ganada de antemano. Bien por una vía, bien por otra, pero es importante que lo tengan en cuenta.
Internet ha llegado a ser lo que es gracias a la publicidad, a la segmentación. Y puede seguir creciendo bajo este paradigma (de hecho la mayoría así lo preferimos) siempre y cuando no se crucen algunas fronteras.
Y el Do Not Track es una de ellas. Y ahora, como decíamos, YA NO HAY EXCUSA. No hay vuelta atrás.
Publicidad y segmentación sí, pero para aquellos que así lo deseen (para los que no, también se les puede monetizar de otras maneras), y sobre todo, ni intrusiva ni invasiva.
Porque la alternativa no será plato de buen gusto para nadie.
¿Por Microsoft a qué servicio te refieres Pablo? Esta claro que si es a Bing o su navegador poco o nada nos afecta a la mayoría de usuarios. Coincido en tu análisis de las alternativas, yo harto de remarketings y anuncios intrusivos tomé la sana decisión de usar un bloqueador, y vaya que si ha mejorado mi experiencia de navegación desde entonces…diferencia abismal que noto en dispositivos móviles donde aún no lo uso.
Internet Explorer RaMGoN. El Do Not Track habitualmente se activa desde el navegador (bien sea por una configuración del propio navegador o por un plugin), al ser este la puerta de acceso a la red de casi todos.
Y cuidado, que IE sigue teniendo su cuota de mercado en escritorio (según qué estadística utilices, está el segundo o tercero).
En mi caso utilizo AdBlock Plus, que es un bloqueador que deja pasar únicamente aquella publicidad de verdad no intrusiva (por ejemplo la de Google Adwords). Pero el problema es que con la masificación de estos servicios (que se hacen casi indispensables para navegar tranquilo) están pagando justos por pecadores servicios que sí usan la publicidad de forma correcta, y quizás no tienen el empuje (o los recursos económicos) de Google o algún gigante para hacer entender a AdBlock Plus que así lo están haciendo bien (realizar una petición para que consideren tu publicidad aceptable requiere un pago y la espera, ya que el software se está manteniendo con muy pocos recursos).
Un negocio (el de la publicidad) que se verá previsiblemente cada vez más maltratado mientras la estrategia de los que están arriba sea la que es actualmente: saltarse cualquier derecho del usuario e imponer la publicidad y la recopilación masiva de datos esté o no este de acuerdo.
Yo utilizo MicroBlock y no deja vivir a nadie! la navegacion es absolutamente mejor, pero es una pena para aquellos que viven de la publiciada por que como has dicho, “pagan justos por pecadores” pero es que si no les golpeas no quieren entender por que en definitiva aprendemos a los golpes. Les das el privilegio de la duda y te golpean con esto “Adblock Plus y la ambición desmedida (ES)”. Ha estas fechas no se si esta desmentido aun o que ha pasado pero estoy de acuerdo con lo que dice el hermano en esta pagina, por que da dolores de cabezas. si, “cabezas” estar haciendo Parkour tambien al navegar. No por mi, ya estoy acostumbrado. Si no por los usuarios basicos a los que atiendo que pareciera que tampoco entienden!?. Que tan solo si usaran SCav antivirus un poquito no tendrian tantos males en sus navegadores y en sus computadoras.
Y por ultimo para no ser tan degenerado con las comunidades que me han brindado tanto, solo lo utilizo el bloqueador donde me inundan en publicidad (en verdad no me doy cuenta a veces si lo activo o no por que como ya dije estoy bastante acostumbrado a esquivar publicidad) y lo desactivo en paginas donde la publicidad es mas seria y “menos invasiva”.
Y tambien solo lo instalo a personas que son muy molestas que no quieren saber nada de computadoras pero quieren que las maquinas le hagan todo. Que ironia!
Casualmente hablábamos hoy de esto mismo Sabre, a colación del movimiento de Apple en iOS por ofrecer por defecto “bloqueadores de contenido” (bloqueadores de publicidad para Apple).
El sector se mueve. Y quien no lo acepte, lo va a pasar muy mal. Porque no hay marcha atrás…