Que nada en este mundo sale gratis ya lo sabemos todos. Pero de ahí, a que paguemos con todo lo que la empresa quiere hay un trecho.


Actualmente buena parte de los servicios y aplicaciones son “gratuitas”.

A cambio de ofrecer un producto (en este caso software) a precio 0, solemos pagarlo con publicidad (que a su vez paga al desarrollador o empresa) o con datos.

Hasta aquí todo parece correcto, ¿pero qué pasa cuando a cambio de un servicio tan habitual como navegar por internet, estamos OBLIGADOS a conceder nuestros datos? ¿Y sí además tenemos en cuenta que este tipo de negocio (porque es un negocio a fin de cuentas), se hace de forma opaca para la mayor parte de los clientes (internautas)?

Esta situación contraviene la ética de negocio, en tanto en cuanto ofertas un servicio aparentemente gratuito mientras cobras a tu cliente a sus espaldas. Y peor aún es la situación cuando en vez de pagar con información del propio servicio, lo haces con otra personal, que roza los límites de la privacidad (rastreo del historial de navegación del usuario, dispositivos y otros servicios que utiliza, horarios, credenciales de acceso,…).

Es una situación peliaguda, ya que en la gran mayoría de casos, no hay un acuerdo firmado por las dos partes (ni tan siquiera un acepto que mis datos sean transferidos a…), sino que por el simple hecho de navegar ya están recopilando nuestra información.

De ahí que naciera el movimiento Do Not Track, por parte de Mozilla (cada vez me gusta más esta comunidad), del que ya hablamos hace un tiempo. Con ella, se pretende que sea el propio navegador quien hable por parte de los usuarios en si de verdad desean ceder sus datos o no.

A esta propuesta, que en principio nos interesa a todos los internautas, se ha unido Microsoft implementándolo de forma automática en su navegador.


Antes de que os sorprenda el que sea la propia empresa ejemplo de monopolio quien lleve la voz cantante en apoyo a los clientes, también me parece ético haceros señalar que Microsoft es precisamente de las pocas empresas tecnológicas que apenas depende económicamente de la publicidad, a diferencia de sus principales rivales (Google, Amazon,…). Con esto quiero decir que ganan un tanto con los clientes (lavándose un poco esa idea de gigante sin escrúpulos), y de paso apoya un movimiento que a su modelo de negocio ni le va ni le viene, y a la competencia le va mucho peor.

Por supuesto, que el navegador por defecto (de esto tengo que hablaros algún día, G.G) del sistema operativo de escritorio más usado del mundo intente tomar por defecto esta medida, ha abierto la caja de pandora de las empresas que dependen de la publicidad.

Apache, en un parche de hace poco, permitía a sus usuarios (servidores) implementar una medida que se saltaba esta “aparente” elección del usuario de no ceder sus datos de antemano. Como era de esperar, detrás de esta terrible trampa, hay una explicación que sirve más que nada para no decir abiertamente lo que piensan:

Activar o no DNT es una medida que compete únicamente al usuario, y no a los navegadores para ponerla por defecto

(estoy seguro que si en vez de venir por defecto activada viniera por defecto activada no abría problema :-))

Yahoo! es también otros de los grandes que depende de la publicidad, y ya ha dicho abiertamente que no va a tener en cuenta a sus usuarios (por supuesto con otras palabras, pero os resumo la síntesis), ya que así pueden ofrecer un servicio personalizado (tócate los cojones) a cada uno de nosotros (da igual que nosotros no queramos, que ellos están aquí para elegir por nosotros).

La guerra está abierta: Consumidores contra empresas con un fuerte apoyo en la publicidad. Esperemos que para variar, acabemos ganando.