El domingo pasado enviaba el primer artículo exclusivo para suscriptores sobre educación basada en las TIC. Un artículo extenso donde desgranaba algunos puntos a considerar sobre el futuro de la educación reglada, y la necesidad que tiene de actualizarse.
Casualmente, leía a principios de esta semana la entrevista que Ticbeat le hacía a Ignacio Pérez (ES), fundador de U-Tad, copresidente del Grupo Zed, y por todos conocido por ser una de las mentes que estuvo detrás del juego más exitoso de nuestro país, Comandos.
Una entrevista sobre el porqué de una Europa que había perdido el norte en cuanto a revolución digital, y que se peleaba en nuestros días por intentar recuperar parte de esa reputación que el viejo continente había tenido en la antigüedad como cuna de la industria y el saber.
La casualidad también quiso que esta semana se liberase el informe anual que la prestigiosa revista Times Higher Education (EN) hace con el ranking mundial de mejores universidades del mundo. Tendríamos que irnos a la posición 164 para ver la primera (y única) Española, Pompeu Fabra, en un ranking dominado por un top 10 americano e inglés. De entre todas, el California Institute of Technology repite por tercer año el galardón de mejor universidad, así que digo yo que podemos aprender algo de esta pequeña institución, de apenas 300 profesores, y que pone énfasis en el alumno y no en los planes universales de estudios:
- Multidisciplar: Porque el tamaño sí importa. El Caltech es un pequeño oasis en medio del desierto. Nada de grandes centros universitarios, y departamentos enormes. Tiene lo justo y necesario, y basa su potencial en elegir correctamente a sus profesores, que debido a las dimensiones del mismo, tienden a dar diferentes asignaturas, y por tanto gozar de un perfil multidisciplinar, genérico (como ya adelantábamos recientemente).
- Apoyo a proyectos de los universitarios: Recientemente, en el evento que la Complutense montaba entorno a los Premios Emprendedor UCM de este año, y del cual fui uno de los ganadores (os debo una entrada al respecto, que estoy esperando que salgan al público los vídeos), se hablaba de la importancia de apoyar proyectos que nacen en el seno universitario, por ser éste un verdadero germen de creatividad. Creatividad que por lo general se va apagando a lo largo de los cursos hasta el punto de que la mayoría de propuestas pertenecen a alumnos de primer ciclo. En el Caltech seguramente no pase esto. Y no pasa porque el plan de estudios se adapta al alumno (pequeños grupos de trabajo, figura del profesor como guía, apoyo total a iniciativas,…). Tampoco se necesitan grandes inversiones, sino hacer partícipe de la enseñanza al alumno, ni se pone empeño en conseguir titulares o publicaciones en revistas de renombre. Aprender trabajando, labrando tu propio futuro.
- Código de honor: ¿De verdad la única forma de afrontar la enseñanza es mediante el miedo al fracaso? Nada más lejos de la realidad. Este instituto apuesta por el universitario hasta el punto que los exámenes se pueden hacer desde casa: “Ningún miembro de la comunidad Caltech podrá tomar una ventaja de manera injusta sobre ningún otro miembro de la comunidad Caltech”. Una sencilla norma que es pilar para enseñar y aprender por placer, y no por necesidad.
Y con estos tres puntos (y un fondo de 1.800 millones de dólares, todo sea dicho), esta universidad cuenta con 33 premios Nobel y 57 medallas Nacional de Ciencia. #ParaPensar.