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En su momento ya avisé que la llegada del GDPR europeo iba a tener un impacto considerable.

En la forma que hasta ahora se utilizaba la información del usuario en derroteros digitales. Tanto en Europa, como cabría esperar, como fuera de ella.

La razón era obvia. Pese a que en España ya contábamos con legislaciones parecidas (LOPD y compañía), lo cierto es que el GDPR había conseguido mucha más viralización, y aunque en la práctica no creo que vayamos a ver miles de infractores teniendo que pagar multas por no cumplirla al dedillo, el miedo a que nos caiga una de ellas es suficiente para que muchos administradores de páginas y servicios web hayan movido ficha, adaptando lo que a todas luces era un mal uso de la información de los usuarios a otros derroteros ligeramente más sensibles con el valor de estos datos.

Así, cuando entró en vigor expliqué en qué afectaba realmente a los administradores de páginas web, e incluso me saqué un tutorial profundizando en cómo cumplir con la nueva normativa a nivel de email marketing.

Estos días el Instituto Reuters, de la Universidad de Oxford, ha hecho público un estudio (EN/PDF) sobre el impacto que ha tenido a varios meses vista la llegada del GDPR respecto al (ab)uso de cookies en servicios digitales, llegando a la conclusión de que se ha reducido un 22% de media.

Esto, se mire por donde se mire, son buenas noticias. Internet sigue dependiendo de la publicidad para financiarse, pero habíamos llegado a un extremo que a todas luces era absurdo. Que una página o servicio esté sobrecargada de banners de publicidad solo hace que entorpecer el consumo de su contenido, molestando precisamente a los usuarios, y para colmo traficando con los datos de los mismos.


Con el GDPR, hay entre un 6% (Alemania) y un 45% (Reino Unido) menos de cookies en las páginas web europeas (las que han sido motivo de estudio). España, por cierto, ha disminuido su uso un 33%.

Y a nivel de proveedores, el mayor retroceso lo han sufrido los menos conocidos, teniendo un impacto de apenas un 1% las de Google, un 2% las de Amazon y un 5% las de Facebook.

Más interesante me parece ese 27% de disminución del uso de cookies cuya principal función es modificar el estilo visual del servicio, y cómo no, ese 14% de publicidad y marketing, seguido del 9% de Social Media.

Son, a fin de cuentas, las tipologías de cookies más invasivas.

Y por cierto, un 27% menos de cookies en páginas de noticias. Justo aquellas que más han abusado de la publicidad. Ni tan mal.

¿Que esperabas mayor impacto? En todo caso es cierto que hubiera estado mejor ver una disminución mayor a nivel de proveedores grandes. Con el GDPR se ha inflado aún más la dependencia de los tres principales. Pero por otro lado, es cierto que hablamos justo de aquellas plataformas sujetas a mayor escrutinio, y que además, están acogidas al uso responsable de la publicidad.

En fin, que es un primer paso para agilizar la experiencia de usuario en páginas y servicios web. Algo necesario, y que recibirá otro nuevo empujón conforme el ePrivacy vaya tomando forma y acabe por dejar obsoleto al GDPR.


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Articulo exclusivo PabloYglesias