A cuadros me quedo cuando leo en Mashable (EN) que más de 50 grandes empresas e inventores han mandado una carta al congreso para pedir la renovación de todo el tejido legislativo alrededor de la figura del registro de ideas.
Y no me quedo así precisamente por lo incongruente de la carta, que desde esta santa casa llevo ya su tiempo haciendo incapié en la necesidad de flexibilizar el patentado, ya que está claro que tal y como está es un freno a la innovación, sino por lo que digo en el titular, que si se mira desde arriba no deja de ser anecdótico.
El lobby.
Que durante años ha favorecido la industria de las patentes, con la estrategia de evitar la proliferación de competencia, y en algunos casos, arañar unos cuantos millones a la misma con la creación de auténticos departamentos legislativos y la extorsión y expropiación de tecnología ajena considerada suya por lo generalista de la descripción de muchas de estas patentes, ahora se une a pedir justamente lo contrario. Que estamos en el siglo XXI, que las patentes solo sirven para que los grandes mantengan el liderato, y que hay que mirar más hacia la sociedad y menos hacia el ombligo.
Curioso además que aparezcan algunos nombres de exdirectivos de grandes empresas que en su día fueron un ejemplo ratonero al que seguir. Y es que parece que el problema viene de los trolls de patentes, y no de las propias empresas, cuando los unos son reacción directa de las acciones de los otros.
Dejando de lado la crítica, si sirve de algo bienvenido sea. Mantener un sistema legal basado en la posesión de idea solo interesa a los que ya están girando alrededor del sector, llendo en contra de todo ese basto territorio de startups, pymes e innovación que tan en boca de todos los gobiernos parece estar hoy en día.
No hablo de eliminar la figura y protección del creador, sino de flexibilizar los trámites, el precio y sobre todo, la reducción del tiempo hábil de las patentes, que si yo me pongo en una tarde, y me puedo despreocupar del dinero y el papeleo necesario, me encargo de blindar el futuro tecnológico con todas las ideas que me rondan la cabeza, las acabe llevando o no a cabo.