Los que sois asiduos a este blog, sabréis que mi teléfono es un samsung galaxy SII, ligado lamentablemente a Vodafone, una empresa con la que llevo ya casi 10 años, y que seguramente acabe por abandonar en favor de alguna OMV.


Datos Vodafone

Entre el habitual pésimo servicio al cliente (de todas las operadoras de telecomunicaciones), está el hecho que no es la primera vez que me contratan servicios adicionales que yo no he pedido, o hasta me cambian sin mi consentimiento la tarifa (no estoy exagerando). Dicho es verdad que por lo general, y después de perder el tiempo entre llamadas y llamadas, y cruces con diferentes operarios a los que hay que volverles a explicar lo mismo, acaban por solucionarte el “percance técnico” en 24,48 horas, o más, con algún descuento tarifario ocasional cuando el caso es tan vergonzoso como inapropiado.

Pero dejando de lado todo esto, quería contaros una aventura (épica y tan real como la vida misma), que se remonta al pasado mes de Abril, y que termina en un bonito corolario: Liberar vuestros teléfonos SIEMPRE.

Como bien decía, pequeños amigos, todo comienza cuando decidí abandonar el blanco y negro de una vida pegado a un teléfono symbian por la magestuosidad y el abanico de posibilidades de un smartphone. Después de dos largos años, acababa por fin mi contrato anterior, y esperaba renovarlo con un terminal a la altura de las expectativas, por eso de que me dedico al mundo móvil y estaba harto de tener que recurrir a préstamos de empresa o aburridos compiladores web.

Al final, y después de casi un mes de guerra de guerrillas, pude al fin obtener lo que quería. El mejor terminal del momento por 100€, a cambio de otros dos años con la compañía. Acepté, y disfruté correctamente de la tarifa de datos (350Mb a velocidad máxima, velocidad mínima cuando te pasas) hasta el mes de octubre, cuando a mediados (recuerdo que cayó en domingo), recibí una actualización de los servicios de Vodafone.

Puesto que estaba en casa, conectado a WIFI, actualicé sin mayor problema, descubriendo a los pocos días que había superado el consumo de datos.

Sorprendido, llamé al servicio técnico para comentarles que seguramente había sido una confusión, ya que la única descarga pesada que había descargado era mediante WIFI, y que el tráfico global que usaba (principalmente gReader y redes sociales), era muy inferior al máximo. Muy educadamente, dijeron que eso no era posible (iOS6 tuvo precisamente ese problema no hace mucho, pero bueno), y me aconsejaron aumentar el máximo de tráfico a máxima velocidad a cambio de unos euros más (qué raro ¿no?).


Como poco podía hacer, y era el primer mes que me pasaba, decidí olvidarlo y seguir con mi vida, aprovechando como de costumbre el acceso WIFI (de lugares seguros), hasta que llegó Noviembre, y me encontré exactamente con lo mismo.

A los pocos días de empezar el ciclo de tarificación, había consumido el máximo permitido. Volvía a llamar reiteradas veces, y en cada una de ellas, la respuesta era la misma, que contratase más línea.

Puesto que ya tenía la mosca detrás de la oreja, decidí esperarme a diciembre, y probar durante unos días si el consumo aumentaba con el uso del terminal vía WIFI (aproveché unos días de trabajo en casa), prueba que resulto negativa.

El siguiente paso era disminuir al máximo la sincronización, pero aun así, el gasto volvió pasados unos días al límite que tenía contratado, lo que no dejaba margen de error: el consumo estaba siendo aumentado por parte del operador (ofuscado en servicios de la capa del operador).

Volví a llamar a Vodafone para contarles lo ocurrido, y muy segura de sí misma, la teleoperadora me respondió que mi teléfono, al ser un teléfono MUY INTELIGENTE, necesitaba más datos para funcionar, ya que consumía más que otros teléfonos de gama media-baja. Después de hacerle saber que precisamente estaba hablando con una persona que desarrollaba aplicaciones para dispositivos móviles, vio oportuno colgarme, sin pasarme por supuesto con la “breve” encuesta posterior.

Afortunadamente para un servidor, tenía el gusanillo de probar la nueva versión Jelly Bean, algo que os trasladé en el tutorial sobre cómo actualizar el SGII a 4.1. oficial Samsung (enlace actualizado al tutorial de la nueva versión final), y de paso olvidarme de las molestas aplicaciones de Vodafone.

Además de todas las mejoras de Jelly Bean, y después de más de medio mes usándolo, podéis ver que el consumo de datos está aún muy por debajo de 350MB (estaría en unos 120, pero borré caché hace poco), lo que no deja lugar a dudas que la actualización de los servicios de Vodafone eran una simple tapadera para aumentar tu consumo y “recomendarte” una tarifa más cara. Eso, o mi teléfono es “menos inteligente” después del flasheo…


Mi recomendación es que flashéis siempre el teléfono, principalmente por la experiencia de usuario, que mejora notablemente con el software propio, y no con las capas que pone el fabricante y en especial las operadoras, y segundo para evitar casos de fraude como estos. Por internet tenéis mil y un tutoriales sobre como hacerlo en diferentes dispositivos, e incluso podéis pedirme consejo, que si está en mi mano ofrecéroslo, de seguro lo haré.

P.D.: Para aquellos que piensen que tengo algo contra Vodafone, deciros que además de ser cliente suyo desde hace cerca de 10 años, opino exactamente lo mismo del resto, y no hay más que hablar con cualquiera para darse cuenta que tácticas como éstas las hemos suplido todos, ya sea en móvil, ADSL, televisión o telefonía fija.