pensiones espana


El otro día en uno de los últimos capítulos de Salvados (ES) hablaban de la post-crisis que viven muchas familias en España, y entre las entrevistas me quedé con una que le hacían a varias mujeres en una carnicería, donde éstas argumentaban que con la pensión que tenían ni siquiera les daba para permitirse “el capricho” de comprar carne roja.

Casualmente el día anterior estaba discutiendo sobre el sistema de pensiones con un amigo. Mi premisa era que el sistema que tenemos en España no es sustentable a lo largo del tiempo, y que para alguien que, como un servidor, tiene 30 años, iba a ser necesario, como mínimo, compaginarlo con un colchón económico. Colchón que en mi caso ya llevo unos cuantos años montando en base a un fondo de pensiones privado en el que mensualmente meto lo que puedo (una minucia, pero mejor algo que nada…).

La de mi compañero giraba más en torno a la corrupción política y la mala gestión económica que se está haciendo. Hay dinero de sobra para cubrir nuestras pensiones, solo falta que los políticos dejen de “chupar del bote” y se reestructure de forma sustentable el sistema.

Esto lo he ido comentando con algunos amigos y familiares cercanos estos últimos días, y la perspectiva general con la que me quedo es que aunque por supuesto nada es blanco o negro, creo que no hay tantos que sean conscientes de las limitaciones que tiene un sistema de reparto de pensiones como el nuestro, de las alternativas que existen (con sus puntos fuertes y sus débiles) y de lo que a todas luces parece que vamos a tener el día de mañana.

Así que me va a permitir que por un día deje los temas habituales de esta página y hablemos algo más de economía. Una economía básica, ojo, que quien escribe ni es economista ni pretende serlo. Bien cargados de enlaces y con la esperanza de que en comentarios quien esté interesado me corrija donde lo vea oportuno.

¡Vamos al lío!

Reparto o capitalización

Este es el primer punto en el que tenemos que pararnos.


Existen, a grosso modo, dos grandes modelos de pensiones. El modelo de reparto y el de capitalización:

  • En un sistema de pensiones basado en el reparto, las cotizaciones de los trabajadores en activo están destinadas a financiar las pensiones de los ciudadanos existentes en ese momento. Es decir, que mi cotización va a parar a las pensiones de aquellos ciudadanos como mis abuelos en edad de jubilación. Se dice por tanto que es un sistema mucho más solidario (existe una solidaridad intergeneracional), habida cuenta de que se comparten beneficios entre diferentes generaciones, y por tanto, nuestras pensiones van a depender de los trabajadores en activo de la misma época (no de las generaciones anteriores o de nuestra propia cotización). Es, por cierto, el sistema que tenemos en España.
  • En un sistema de pensiones basado en la capitalización, sin embargo, nuestras pensiones saldrán de un fondo individual que iremos llenando con nuestras propias cotizaciones a lo largo de nuestra vida profesional. Somos por tanto nosotros quienes planificamos (hasta cierto punto y según cómo se implemente en cada país) las pensiones. No hay solidaridad de ningún tipo, ya que cada uno tendrá lo que haya cotizado. Y quizás su principal ventaja es que al tener ese dinero parado durante unas cuantas décadas, se puede especular con él, reinvirtiéndolo con mayor o menor riesgo para que, en el mejor de los casos, se revalorice, y en el peor se quede más o menos como estaba. Es, por cierto, el sistema que tenéis en varios países de latinoamérica.

Aquí entran en juego las bases de cotización y las contribuciones que el trabajador haya hecho, pero por no meternos en más fregados, voy a hablar a partir de ahora a nivel general, presuponiendo un trabajador medio con una base media que haya trabajado el tiempo necesario para obtener una pensión media.

En una pieza de VisualPolitik del año pasado (pondré el vídeo al final del artículo) comparaban por ejemplo el sistema de reparto español con el de capitalización chilena.

La tesis que defendían al principio del mismo es que, a la vista que las pensiones españolas son hasta cuatro veces más altas que las chilenas con una renta per cápita que solo es dos veces más alta, cabría esperar que un sistema como el español está funcionando mejor. Y la realidad es que hoy en día es así.

Ahora bien, en el momento en el que nos ponemos a ver el funcionamiento de cada uno de los sistemas, su viabilidad a medio plazo, y la idiosincrasia de cada uno de los países, las cosas cambian. A saber:

  • El sistema de pensiones español es desde hace años deficitario: En 2017 el déficit del sistema de pensiones subió a 18.800 millones de euros (ES). En el año pasado fue de algo más de 18.500 millones. Esto significa que ya hoy en día no se está produciendo lo suficiente como para mantener las pensiones de los que ahora mismo la están disfrutando.
  • La tasa de reemplazo: Hablamos de la diferencia entre lo que el ciudadano cobraba cuando trabajaba y lo que va a cobrar de pensión en porcentuales. Una tasa del 50% significa que este ciudadano pasa a cobrar una pensión que equivale a la mitad de lo que cobraba cuando estaba en activo. Según la OECD, en 2017 España estaba la cuarta con mayor tasa de reemplazo por nivel adquisitivo, solo superada por Holanda, Portugal e Italia, con un 65% de media (EN/PDF). En 2015 estábamos los segundos, con un 80%. En apenas dos años hemos bajado un 25% la tasa de reemplazo, que se dice pronto. Y esto, en países desarrollados donde cada vez vivimos más y tenemos menos descendencia, hace que por propia presión intergeneracional esta tasa vaya bajando hasta que sea directamente insostenible con un sueldo mínimo para afrontar los gastos de una vida en sociedad. En 2050, de hecho, ya se plantea que por cada persona jubilada en España habrá solo una persona en activo. hoy en día hay casi el doble y ya tenemos problemas. Imagínese cuando se iguale o incluso haya más personas mayores que jóvenes…

age report

  • El gobierno de España en sus pronósticos asegura que la tasa de reemplazo se iría reduciendo hasta llegar a menos del 50% en el 2060 (ES/basado en el Age Report de 2015). Pero es que estos pronósticos, que ya de por sí son nefastos, están calculados, como bien decían en el vídeo, presuponiendo unas variables que claramente son bastante optimistas. Para que esto se cumpla en 2060 deberían estar trabajando el 73% de la población en edad de trabajar, un porcentaje que no ha llegado a cumplirse jamás en la historia del país. Ni siquiera en su mejor momento (66% en plena explosión inmobiliaria).
  • Volviendo al caso de Chile, que hoy en día tiene una tasa de remplazo cercana al 40%, no se prevee que en las próximas décadas ésta caiga, habida cuenta de que el sistema de capitalización sí es sostenible en el tiempo (no depende del porcentaje de personas en activo/jubiladas).

Hay, para terminar, algunos puntos del vídeo en el que no puedo estar del todo de acuerdo. Hablan de cómo, por ejemplo, en Chile la aportación mínima obligatoria de todo trabajador es del 10%, mientras que en España es del 28,3%. Se olvidan, eso sí, que en ese 28,3% está incluido parte (ya sé que el grueso está metido dentro de los Presupuestos Ordinarios) del seguro de salud (en Chile esto se queda fuera del 10%) y también del seguro de desempleo (que en Chile apenas cubre necesidades básicas, y que aquí, mal que les pese a algunos, está bastante bien).


Que oye, no tenía que ser todo malo.

Con qué quiero que se quede

La conclusión, datos en mano, debería parecer obvia. Que este año las pensiones hayan subido un 0,25% (ES) es de cachondeo (la mayoría de pensionistas han visto cómo les subían la paga en torno a uno o dos euros, mientras la vida es cada vez más cara), pero es que la perspectiva a futuro es que irá bajando hasta situarse tranquilamente a la mitad de lo que teníamos hace apenas unos años.

La situación chilena, por otro lado, no es ni mucho menos la más deseable. Unas pensiones del 40% no es suficiente para vivir los últimos años de nuestra vida. Que sí, que un chileno bien puede aumentar su cotización del 10% obligatoria a la que quiera. Aunque tampoco todos pueden hacerlo debido, precisamente, a los bajos salarios que tenéis por allí. Pero es que en la España de dentro de unas décadas vamos a estar peor, cotizando más para luego repercutirnos en menos (porcentualmente hablando).

¿Que es una putada? Por supuesto. Un servidor sería el primero interesado en saber que el día de mañana, si he hecho las cosas como Dios manda, el Estado va a poder ofrecerme una pensión acorde con mi rendimiento. Pero la realidad es que probablemente no lo vaya a poder hacer. Que un servidor hoy en día está ayudando con parte de mi actividad profesional a esas generaciones que han ayudado en su momento a que llegásemos hasta aquí, a sabiendas que el día de mañana lo mismo las nuevas generaciones no podrán hacer lo propio con la mía.

De ahí la importancia de ir pensando desde ya en una alternativa. Ya sean fondos de inversiones, fondos de pensiones o una maleta debajo de la cama. Lo que cada uno quiera, pero algo vamos a tener que hacer, ya que lo que está claro es que nuestro sistema de pensiones, por muy solidario que sea y por muy bien planteado que estuviera en su momento, no es sustentable.

Y no hablamos de algo que les vaya a tocar vivir a los de más adelante. Es algo que ya afecta a la gente de la calle, y que conforme más pase el tiempo más palpable se va a hacer.

La vida, si no ocurre algo muy grave, irá cada vez siendo más cara, mientras que las pensiones cubrirán cada vez menos necesidades. Es entonces cuando echaremos de menos el no haber vivido por encima de nuestras posibilidades, y aunque fuera, intentar ahorrar unos euros a final de mes para lo que pueda venir el día de mañana.


Dejo para terminar el vídeo, por si quiere profundizar algo más en el tema.

Ver en Youtube (ES)