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Tenía para hoy programado otro artículo exclusivo de mecenas, pero creo que la ocasión bien merecía que lo cambiase por este otro.
El caso es que el Google I/O de este año nos ha dejado muchos titulares, y me ha parecido interesante aglutinar algunos en lo que sin lugar a dudas es un cambio de paradigma para todos aquellos que pretendan, acertadamente, basar su modelo de negocio en la explotación de datos.
No hay más que ver el panorama actual para darse cuenta de que éste es el caballo ganador. De las cuatro grandes compañías del momento, las llamadas GAFA, solo una (Apple) no depende significativamente de los datos de sus usuarios, y esto me da que poco a poco va a ir cambiando habida cuenta de que su modelo de negocio hasta el momento era la venta de dispositivos, y como hemos visto recientemente, se ha dado cuenta de que la chicha está en el sector servicios.
Del resto, Alphabet/Google depende casi por completo de lo que ha sido la gallina de los huevos de oro de la compañía (la publicidad), y lo mismo le pasa a Facebook con su plataforma de Ads. Amazon es la única que tiene un reparto más equitativo, siendo su mayor negocio, como cabría esperar, la intermediación de venta al por menor.
Va por aquí un resumen gráfico que acabo de montar al respecto con los datos que teníamos de estas multinacionales a finales del año pasado.
¿Por qué cuento todo esto? Pues básicamente porque si tenemos en cuenta que Alphabet/Google depende en un 84,8% de la publicidad, quizás entendamos mejor la complejidad que existe a la hora de ofrecer garantías de privacidad al usuario (ergo, mayor credibilidad) en un negocio que precisamente requiere de datos para seguir siendo tan rentable.
El nuevo escenario de control de la privacidad
Ya lo expliqué en su día, y es que una cosa no debería estar reñida con la otra. Aunque Apple se haya puesto la medalla de la privacidad diferencial, lo cierto es que este paradigma fue inventado ya hace varias décadas por trabajadores de Microsoft, y de hecho Google lo aplica cada vez más dentro de su inmenso engranaje de explotación de datos.
Aquí radica, a mi modo de ver, la primera diferencia con Facebook y Amazon. Mientras estas dos, a priori, parece que han hecho oídos sordos a la importancia de velar por los derechos de los usuarios y sus datos, la historia de Google es la historia de un negocio basado en la explotación de datos personales que ha sido construido casi de base partiendo de éste hecho.
Que por ahora nadie ha demostrado que Google comparta datos con terceros. Lo que sí comparte, como es normal, es la explotación de los mismos, pero SIEMPRE dentro de su plataforma, y gracias a la privacidad diferencial, sin poner nombre y apellidos a ese usuario.
Dentro de todo este panorama ahora los chicos de Mountain View empezarán a ofrecer la opción (opt-in, lamentablemente) de que el usuario que quiera pueda programar el borrado de los datos que la compañía tiene de nosotros (EN). Un borrado que, ojo, ya podemos hacer desde hace varios años accediendo a Mi Actividad (ES), y al nivel atómico que queramos (decidir qué datos queremos borrar y desde cuándo), como explico en mi Curso sobre Fundamentos de la Presencia Digital Sana.
La única diferencia es que ahora esto lo podemos programar, de forma que ya no tenemos que hacerlo nosotros manualmente. Se irán borrando conforme pase el tiempo.
He estado leyendo estos días muchas quejas debidas, la mayoría, a que Google solo da cuatro opciones:
- O no activar este borrado automático, que es la que viene por defecto.
- O hacer el borrado a 3 meses vista.
- O hacerlo a 18 meses.
- O bloquear el almacenamiento de esa información.
Sinceramente, podían haber dejado vía libre a que fuera el usuario quien decidiese el timing… pero ¿habría cambiado algo? 3 meses representa seguramente un buen equilibrio entre funcionalidad y privacidad (recordemos que el principal uso que tienen los datos es ofrecernos una experiencia más personalizada). Para quien prefiera tener un histórico tiene el año y medio. Y quien no quiera almacenar nada, que lo deshabilite, o ya de paso que no utilice una cuenta de Google, que nadie te obliga.
Además estos cambios vendrán acompañados en próximas semanas con la posibilidad de utilizar Google Maps en modo incógnito (ES).
Que sí, que el modo incógnito no significa que Google no esté almacenando esa información, sino que no nos aparecerá en el historial. Pero es otra pieza más.
Como también lo son esas herramientas de Chrome que permitirán poner orden en el abuso del uso de cookies en portales web (EN). Un tema que realmente, y frente a lo que han estado diciendo algunos medios, apenas afecta al negocio de la compañía (las cookies no son más que uno de los múltiples elementos de tracking que tiene Google a su disposición, y ni siquiera el que más debería preocuparnos), pero que están siendo utilizadas por encima de nuestras posibilidades en prácticamente todas las webs.
Y podría seguir con cómo cada vez más sistemas de inteligencia artificial de la gran G se gestionan en local, como el de las respuestas inteligentes y los live caption (subtítulos automáticos) que vendrán en Android 10.
Sin olvidarme de la guinda del pastel: Project Mainline (EN), o la evolución de Treble, el que fuera el primer paso para erradicar el efecto dañino de la fragmentación de Android (la dependencia absoluta de los fabricantes para actualizar el dispositivo), modularizando esta vez componentes específicos del sistema sin la necesidad de que se descargue una actualización completa. Esto implicará una mayor seguridad, inmediatez y lo más importante, la independencia de los fabricantes.
Utilizando para ello Google Play, que a fin de cuentas tiene ya las herramientas de seguridad y confianza necesarias para evitar posibles envenenamientos de OTAs, y sin perder la esencia de software libre (los módulos seguirán formando parte de AOSP, tranquilos).
¿Cómo ofrecer privacidad sin merma en la explotación de datos?
Que con lo que quiero que te quedes es que se abre un nuevo escenario en el que la huella digital que estamos dejando en una parte significativa de Internet (los servidores de Google)puede ser minimizada de forma automática.
No hablamos de que proactivamente nosotros entremos cada X tiempo a eliminarla, sino que la propia empresa nos está ofreciendo la opción de hacerlo programáticamente.
En este momento, mediante un opt-in, pero no me cabe duda de que igual que está pasando con las redes sociales y la paulatina hegemonía del formato con fecha de caducidad, esto será la norma el día de mañana.
Lo que lleva añadido además la necesidad de reinventar el negocio de la explotación de datos, centrándolo no tanto en el histórico sino en las acciones actuales. En el Yo de cada momento del usuario.
Algo a todas luces positivo, y que evitará sin sentidos como los que vemos a diario con las estrategias mal implementadas de remarketing.
¿Es suficiente? Claro que no.
Pero es un paso más en pos de buscar ese ansiado equilibrio entre privacidad y negocio. Un paso que se me antoja bastante adecuado.
A ver si a Mark se le pega algo ahora que parece interesado en transformar Facebook en una plataforma privada :D.
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La verdad es que cuanto menos resulta llamativo que una empresa como Google, cuya principal fuente de ingresos proviene de sacar rendimiento a los datos de sus usuarios, afirme que la privacidad va a ser uno de los rasgos diferenciales de Android en el futuro y muchos medios se lo compren sin apenas ponerlo en duda.
En mi opinion hay 2 aspectos que me hacen ser cauto:
1. Que el hecho de que Google indique que va a borrar el historial de datos (en caso de que asi se lo hayamos indicado) implica que nos hemos de fiar de ellos (no vamos a poder demostrar si guardan o usan esos datos de alguna manera)
2. Y que el hecho de borrar ese historico no nos exime de que se sigan recopilando nuestros datos de actividad mas recientes que la empresa va a seguir usando
Lo cual no quiere decir que no sean pasos en la buena direccion, pero creo que seriamos muy ingenuos si pensaramos que Google va a renunciar de un dia para otro a uno de sus inputs mas valiosos. Me equivovo?
Para nada. Todo lo presentado afecta o poco o nada a su negocio. Y lo que afecta se modificará para que los algoritmos que utilicen primen, por ejemplo, el contenido actual frente al histórico, como decía.
De hecho ese movimiento en pos de bloquear cookies es en sí mismo un ataque hacia la competencia, no hacia ellos mismos. Google ya cuenta con herramientas de tracking bastante más avanzadas que las cookies, y sin embargo, muchas otras plataformas publicitarias no.
Vaya, que no deja de ser un buen movimiento, pero ten claro que no es un suicidio para Google. Estarían locos si así fuese.
Noemí me pasa por LinkedIn un artículo de la AEPD sobre cómo entienden por aquí la privacidad del usuario (ES).
Más que recomendable.