O al menos eso es lo que queda patente en el último artículo (ES) de Mariano, después de 10 semanas de haber cerrado la puerta a Google en su reino.


muerteGoogle

Dejando de lado la decisión (que a la vista de las líquidas directrices en materia de datos de Google en más de una ocasión ha pasado por mi cabeza), me interesa sobre todo la foto general que nos encontramos, en un blog personal donde prima la calidad, y cuyo sino está alejado del negocio (directo o indirecto).

  • Un 40% menos de visitas.
  • El tiempo promedio en la web se triplicó.
  • El doble de comentarios (teniendo en cuenta que hay un 40% menos de visitas, estrictamente hablamos de mucho más del doble).
  • La pérdida del 63% de nuevos visitantes.

10 semanas después de un asedio autoimpuesto, vallando las entradas lógicas a la web, y que pueden servir como experimento del influjo (positivo y negativo) del rey de los buscadores.

A la vista de los datos, varias puntualizaciones:

  • Esas arañas de Google todoterreno: Mariano habla del problema que ha encontrado para fortificarse por completo frente al ejército autómata de Google, y es algo que he vivido en mis propias carnes con algún que otro proyecto profesional en cuya hoja de requisitos está el ser inaccesible desde el buscador. El disallow de robots.txt, y las etiquetas no-follow funcionan a medias, y me da que acabarán por correr la misma suerte que el Do not track, una opción opt-out del administrador de la web que puede ser considerada por los buscadores o no.
  • El ruido gris de Google: Que las visitas hayan bajado entre un 40% y un 65% es aceptable, más teniendo en cuenta que hablamos de un blog que empezó su andadura en el año 2000, y que desde entonces se ha aprovechado (como todos nosotros) de todas las ventanas de internet posibles, generando contenido de calidad, atrayendo suscriptores fieles, y posicionándose como referente del sector.
  • Más bidireccionamiento: Un efecto secundario del cambio, muy a tener en cuenta. Aquí entran más bien factores sociales. Ya no solo por el hecho de prescindir de esa mitad de clientes que llegan a tu web de rebote, y quizás les de por dejarte algún comentario insustancial, sino porque al cerrar las puertas, la web adquiere valor y exclusividad. Está dirigida a unos pocos privilegiados que en su día dieron con ella, lo que aumenta el interés del usuario y establece un vínculo más estrecho, que facilita la interacción.
  • Tráfico social frente a tráfico orgánico: Será lo que tú quieras, pero el tráfico que proviene de medios sociales es más útil que el que proviene de búsquedas, por la simple razón de que en el primero buscamos información con el chip de generar discurso alrededor (y a sabiendas de la presión social que ello conlleva), y en el segundo buscamos información sin ojos que nos vigilen.
  • Una opción viable para grandes blogs personales sin ánimo de lucro: Creo que es trivial, pero por si acaso lo dejo. Si tu interés es monetizar el blog, sin duda es una opción estúpida. La mayoría de servicios de publicidad se basan en las impresiones o los clicks, que es justo de lo que más vas a perder si tienes menos visitas (aunque éstas sean de menos calidad). Por otro lado, en Uberbin funciona porque hablamos de un blog que ya estaba bien posicionado, con un grueso de usuarios a considerar. Y estamos a 10 semanas del cambio, que habrá que ver cómo queda la cosa cuando todos esos usuarios fieles vayan muriendo (muriendo en el site, mal pensados :)).

La parte positiva de todo es que se demuestra que hay vida después de Google. Que con el auge de las redes sociales, hay más canales de conocimiento, y que si bien hace unos años Google suponía quizás el 70 o el 80% del tráfico orgánico a una web, ahora posiblemente haya bajado a la mitad. Lo cual es bueno (más diversidad, menos dependencia), y permite que durmamos más tranquilos por las noches.

Ahora falta que se reduzca aún más su influjo, bien sea porque la faceta revolucionaria y adaptativa de internet vuelva a sorprendernos con canales (esperemos que distribuidos) de distribución distintos, bien sea por la evolución lógica de los algoritmos de recomendación presentes en buena parte de los servicios actuales, o atendiendiendo al factor humanitario y comunitario de la sociedad del tercer entorno.