instrucciones montaje productos

Si me sigues por Instagram (ES), ya sabrás que soy un gran aficionado a las parrilladas (y bueno, a la comida en general :D).


Por casa, de hecho, en el momento en el que el tiempo ya lo permite, sacamos a (re)lucir nuestra barbacoa, y siempre que tenemos un finde un poco tonto, aprovechamos aunque sea para pasar unas cuantas horas en el jardín dándole fuego a alguna pieza de carne y/o verdura.

  • Si es de día, solo para comer. Y si es de noche, generalmente, acompañándolo con un cine al aire libre que nos solemos montar con unas hamacas y el proyector.
  • Y si estamos fuera, un plan perfecto es ir a algún parque que permita barbacoa con unos cuantos amigos y pasar el día entre risas, conversaciones y comida a medio chamuscar.

Te parecerá una tontería, pero al menos para un servidor ESTO ES VIDA.

El caso es que lo que aún me sorprende es el hecho de que pese a que nos encanta hacer barbacoas caseras, llevamos años utilizando una barbacoa de las más básicas que hay: Estas ovaladas, pequeñitas (lo que hacía que tuviera que hacer la comida en dos veces, y medio agachado por altura), que para colmo fue un regalo, y que sin lugar a dudas, y sin desmerecerlo por ello (pero sí constatarlo) seguramente fue la más barata de la tienda.

Le hemos dado cera durante bastantes años, todo hay que decirlo, pero este último, ya cuando en junio el tiempo de Madrid lo permitió, nos encontramos con que, en efecto, ya pedía a gritos una jubilación. Una de las patas se había soltado de la soldadura inferior, todas las patas tenían los tornillos oxidados, y en líneas generales, lo que era la base de la barbacoa, se sentía muy pero que muy endeble.

Que vale que para hacer una parrilla con tener una zona donde poner el fuego, y una rejilla donde poner la carne, es más que suficiente. Pero es que temía que en cualquier momento, un golpe tonto hiciera que la brasa se cayera sobre el césped, y entonces la liáramos.

Y a esto únele el que, com te decía, se trataba de una parrilla ovalada. Que habrá a quien le encante, ojo (es más fácil de mantener las ascuas y el calor se reparte más equitativamente), pero por mucho que pueda comprender esto, me sigue pareciendo mucho más cómodo el formato rectangular, y un tamaño mayor de la parrilla, por eso de poder tener diferentes zonas de calor, o incluso una zona de preparar la comida, y otra de mantenimiento de calor y/o de reserva de ascuas.

Además, obviamente, la parrilla que teníamos no permitía tener más que dos niveles prefijados de altura, estando el primero a un nivel tan bajo que lo hacía prácticamente inservible (no he llegado nunca a utilizarlo por este motivo, ya que prácticamente tocaba con el carbón).


Con esto en mente, ni tan siquiera limpié la última parrillada que hicimos con la antigua parrilla. Al día siguiente, cuando las ascuas ya estaban totalmente frías, me la llevé tal cual a la basura. Y ese mismo día, tras comparar un rato entre diferentes barbacoas, me decanté por una que al menos sobre el papel cumplía todo lo que buscábamos.

detalle barbacoa

En época de pedidos online, montaje por parte del comprador

Recuerdo una época, antaño, en la que tú ibas a una tienda, elegías un producto, y oye, te lo llevabas tal cual, metido en una caja, pero ya montado.

Una época de plug & play de productos físicos, si me permites el símil.

Sin embargo hace ya años que esto ha pasado a mejor vida.

Prácticamente todo lo que compras a día de hoy hay que montarlo.

¿Las razones? Pues una de gran peso, y es que un producto no montado tiende a ocupar menos. Lo que significa que necesita un packaging más pequeño (ergo, menor coste de embalaje) y para colmo, ocupa menos espacio (ergo, menor coste tanto de almacenaje como de distribución).

Esto se hace aún más crítico con la paulatina hegemonía de las compras online, que requieren, sí o sí, el envío del producto a casa.


Claro está, que esto supone aceptar que lo que te llega no es el producto en sí, sino una fase previa al producto.

Que no puedes simplemente sacarlo y usarlo, sino que te va a tocar montarlo… o pagarle a alguien para que lo haga.

Es más, hasta cierto punto este segundo hecho ha generado un modelo de negocio alternativo para algunas grandes plataformas. Prácticamente todas ofrecen servicio de “manitas”, eso sí, a un sobrecoste. Algo que, recordemos, antes venía incluído (más que nada porque el producto ya venía montado).

Como te decía, acabé haciendo el pedido de la barbacoa desde Amazon, y tengo que reconocer que es la primera vez que veo que Amazon me ofrece directamente el servicio de manitas, que encarecía el coste final del pedido en casi 50 euros, y para colmo hacía que llegase a casa como una semana más tarde (este servicio, al menos en mi zona, parece que solo lo ofrecen dos días a la semana).

Por supuesto, lo decliné.

Llámame raro, pero me gusta montar (y desmontar) cosas. Creo que hace que las entienda mejor. Aunque soy consciente que eso supone dedicar un buen rato que debo robar de otras actividades más “útiles”.

Pero mira, justo había terminado el trabajo principal el día que llegó el paquete, así que en vez de ponerme a entrenar, lo dediqué a montarla. Que con el calor que hacía iba a sudar prácticamente lo mismo.


No me equivoqué mucho :).

instrucciones montaje barbacoa

Ojo a este folleto de instrucciones…

La importancia de un buen libro de instrucciones

En la ficha de producto de Amazon (ES), y pese a que el producto contaba con muy buenas reseñas (de hecho, es la parrilla más vendida de la plataforma en España), casi todos se quejaban de lo mismo: El montaje había sido una odisea.

Que a ver, la gente tiende a exagerar con estas cosas. A fin de cuentas, eso de montar es una putada, sobre todo si no te gusta montar cosas.

Pero tengo que reconocer que en este caso en particular, tenían razón.

Por aquí arriba te he dejado una foto de cómo era el libro de instrucciones de montaje.

A priori, todo parece bastante claro, ¿verdad?

Pues nada más lejos de la realidad.

Y por dos motivos principales:

  • Había piezas que no decían dónde debía ponerse: De hecho, con una en particular tuve que, al final de todo, con la barbacoa ya montada, ir probando a ver en qué zona podía encajar, para darme cuenta que se trataba de un embellecedor de la rejilla de limpieza de las ascuas, teniendo entonces que desmontarla para poder colocarlo. En el paso 17 de esa guía debería haber aparecido esa información. Pero como puedes ver, ahí no hay nada semejante. Alguna otra me fui dando cuenta conforme la iba montando, pero esta en particular me ha molestado bastante. Y, por cierto, me acabó sobrando un tornillo que, sinceramente, no he encontrado de dónde era…
  • Los detalles están muy mal señalizados: Lo puedes ver en el paso 12, por ejemplo. Cuando hay un elemento del montaje que requiere de colocar varias piezas pequeñitas de una manera en particular, este folleto falla estrepitosamente. Entre que la calidad de la tinta es mala, y que ese “zoom” que hacen es pequeñísimo, prácticamente tienes que ir probando hasta que das tú con el resultado correcto.

Afortunadamente, lo que sí hicieron bien es que todos los componentes encajan únicamente con la pieza que le corresponde, o bien tienen algún elemento visual que nos permite darnos cuenta si algo lo estamos montando mal. Eso y que al menos han utilizado diferentes diámetros de tornillos y tuercas para cada parte del producto, por lo que al menos no puedes encontrarte en la tesitura de que, de pronto, cerca del final, te das cuenta de que has usado tal tornillo que ahora necesitas en otro sitio.

Pero lo que es el libro de instrucciones, es un verdadero caos.

ACTUALIZACIÓN UNOS DÍAS MÁS TARDE: El colmo de los colmos es que tras haberla utilizado un día, al ponerme a limpiarla se rompió la soldadura que mantiene el manguito con el que subes o bajas el fuego. Así que ha tocado desarmarla, guardarla como fuera posible en un envoltorio, y volver a armar una nueva a la semana siguiente…

A este paso me voy a dedicar a armar barbacoas…

montaje bbq

Aquí me tienes disfrutando como un niño 🙂

La primera experiencia y su impacto en la valoración global del producto

Uno que hace que la experiencia de usuario en ese primer acercamiento sea claramente negativa.

Que luego los ratos que te dará cuando ya esté montada seguramente lo suplan, pero es que, precisamente, había no pocos comentarios que se quejaban de ello, hasta el punto de no poner cinco estrellas precisamente por ello.

Es más, incluso he visto uno que la valoraba con 1 estrella ya que se vio en la necesidad de devolverla, al encontrarse con que no era capaz de montarla.

Afortunadamente, como te decía, las valoraciones positivas en la ficha de producto pesan sobre las negativas, y esta barbacoa tenía una valoración global superior al 4,5 con miles de valoraciones, lo que ya expliqué en CyberBrainers que podemos considerar el mínimo aconsejable en servicios de recomendación como estos.

Pero es que solo con solventar ese problemilla, fácilmente podrían llegar a tener un 4,8 de media, lo que les repercutiría en aún más ventas.

Esto es por tanto un ejemplo de cómo algo a priori tan nimio como mimar tu libro de instrucciones de montaje puede impactar en el propio negocio.

En esto, Ikea han sido históricamente los grandes exponentes de la industria. Ya no solo por su capacidad de generar un catálogo de productos modulares que les permite optimizar hasta el extremo el packaging, almacenaje y logística de envío, sino porque ese trabajo de conceptualización y síntesis les ha llevado a generar un sistema de montaje personalizado y muy bien explicado.

Accesible incluso para aquellos que no se les da bien esto de montar, o que les genera estrés tan solo pensar en ello.

En fin, que por aquí mi pequeño granito de arena a todos aquellos vendedores de productos a medio montar.

Fijaros en detalles como este, que pueden marcar la diferencia en un ecosistema tan competitivo como el de las ventas online.

Te dejo para terminar cómo ha quedado la parrilla ya montada.

Para cuando leas esto, ya le habremos dado cera en más de una ocasión 😀

barbacoa montada
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