El otro día subieron unos amigos de Madrid a nuestra casa en Gijón, y estuvieron por aquí de fin de semana.
Entre cachopo y sidra, surgió el tema de la escritura, y en especial, de la razón de dedicar tiempo a escribir, si total, “no vivo de ello”.
Supongo que me pilló inspirado, y saqué a relucir otro de los motivos por los que creo que la ciencia ficción, y la fantasía épica, cumplen un objetivo claro en la sociedad.
Hemos perdido nuestras canciones, los mitos, los cuentos contados a la luz de una hoguera.
Y con ellos, hemos perdido uno de los principales nexos de unión de la sociedad.
Me explico.
El papel unificador de los mitos
Ya desde que el hombre vive en colectivo, se hizo patente la importancia de buscar algo que evitase que nos matásemos los unos a los otros.
Y ese algo, como bien sabes, fue el storytelling: la creación de historias, generalmente de tinte religioso (por eso de alejarlas de los dominios puramente humanos, y dotarles de un valor más trascendente). Una suerte de cultura que pasaba de generación en generación contada a viva voz, o mediante las imágenes colgadas en las paredes, basada en historias míticas con un trasfondo puramente humano, y con el objetivo de dotar a la sociedad, y por ende al individuo, de una serie de valores colectivistas positivos.
De ahí que, por ejemplo, la mítica griega y la inca sean prácticamente semejantes.
Pese a que claramente ni coincidieron en el tiempo, ni mucho menos en el espacio.
Este sistema, más o menos abstracto, más o menos constructivista, ha sido pilar base de la historia humana hasta la llegada del modernismo.
La modernidad trajo muchas ventajas, entre ellas el papel del individualismo, del cual hablamos no hace mucho en materia de geopolítica. El hecho de que cualquiera de nosotros debe tener un relato propio. Pero con él hemos perdido los relatos míticos, que nos unían, por relatos ideológicos, que tienden a separamos y diversificar el discurso.
Ejemplo de ello lo hemos tenido en el auge de los populismos del siglo XX que azotaron buena parte del mundo desarrollado, y nos condujeron a las dos grandes guerras mundiales. La base ideológica del nazismo alemán se asienta en esa vuelta al misticismo romano de Imperio, adobada con la lucha por la perservación de una supuesta raza aria superior, como explicación a la difícil situación económica que muchos alemanes pasaron tras el fin de la primera guerra y las sanciones a las que su pueblo fue obligado a cumplir.
Y hoy en día se utilizan los mismos artefactos para dar respuestas fáciles a problemáticas complejas (crisis económica, migración masiva a países desarrollados, intereses geoestratégicos…).
Sin embargo, la mítica puede construir y no destruir siempre y cuando el relato se centre en el papel unificador de lo que nos hace humanos, y no en el ideológico, que por regla general nos separa.
Hoy en día, vivimos un momento sorprendentemente fresco en cuanto a vuelta al misticismo pero bajo el papel de la ciencia ficción (sobre todo la de superhéroes) y el de la fantasía épica, que busca recuperar desde la ficción la figura mítica del héroe, no como una herramienta de evasión (una crítica constante a toda obra cultural), sino como una herramienta de recuperación del colectivismo.
Tolkien decía que había dos maneras de huir de un combate: el que escapa de la realidad, y el que huye de una prisión.
El papel como creadores, como storytellers, debería ser el de reconducirnos, con el relato fantástico, hacia el segundo escenario.
Los dragones de los relatos fantásticos y de ciencia ficción vuelven a ser, entonces, una manera de apelar a una realidad que es para cada individuo diferente (los males que nos azotan personal y colectivamente), y lo que demuestran estos mitos modernos, donde en vez de dioses, tenemos a individuos cuya heroicidad les llega por regla general de forma fortuita, es que los dragones, por muy fieros e inalcanzables que parezcan, SE PUEDEN COMBATIR Y VENCER.
Unos dragones que no tienen por qué ser pura maldad y caos. Ahí tenemos a la figura de Thanos en el UCM como un ser de inmenso poder cuyo objetivo es recuperar el equilibrio social… cargándose a la mitad de seres vivos del universo. O por ahí tenemos a ese Saruman, víctima de la sed de conocimiento a toda costa que le ofrece esa manzana envenenada que es el Palantir de Sauron.
Con Memorias de Árganon he intentado trasladar problemáticas tan humanas y presentes en la actualidad como la lucha contra el populismo religioso de grupos talibanes como Al Quaeda, hasta otros tan banales e innatos en cualquiera de nosotros, como puede ser la importancia de sentirse parte del grupo, o el duelo ante la muerte de un ser querido.
Todo, eso sí, con seres ficcionales. Además de humanos, tenemos górikas, y arcáridos, y urgéreos y garacs.
Los dragones, que en nuestra realidad son constructos abstractos, se representan en la obra de la mano de seres de carne y hueso corrompidos por El Darr, o por la propia codicia de sus entrañas.
Y con Historias Conectadas, que saldrá a finales de este año, recuperaré todos esos relatos distópicos que estos últimos años he ido publicando por aquí en una sola obra ficcional, con un formato perfecto para consumir en pequeñas dosis diseminadas en el tiempo.
El mismo relato, por tanto, que cualquier mito clásico, pero ejemplificado en los problemas a los que nos estamos enfrentando en la actualidad con el auge de la inteligencia artificial y la biomedicina, por poner dos ejemplos de tecnologías que suponen, y supondrán, un cambio radical en la manera de entender la vida y la relación entre personas.
Escribo por tanto ciencia ficción y fantasía épica por este motivo.
Para tratar todos estos temas de tanto calado, sin las ataduras de la realidad.
Una labor que creo resulta importantísima que se haga, más si cabe en momentos tan cruciales como el actual.
Por si te has quedado con hambre de más…
Si eres de ciencia ficción:
Colección de relatos cortos de ciencia ficción distópica. Cada relato trata un tema de rabiosa actualidad tecnológica, vislumbrando sus posibles escenarios.
1ª edición: Noviembre 2022.
Primera novela de Relatos cortos de ciencia ficción que publiqué.
1ª edición: Diciembre 2018.
2ª edición: Agosto 2021.
Y si eres más de fantasía épica, échale un ojo a la Colección de novelas “Memorias de Árganon”:
Actualmente «Memorias de Árganon» está compuesto por tres libros y más de 800 páginas en las que se narra una aventura épica de fantasía y ciencia ficción. ¿Te atreves?
1ª edición: Noviembre 2020.
2ª edición: Agosto 2021.
Por último, que sepas que todas estas novelas, junto con la de otros autores, las estamos publicando con el Sello Editorial de Autopublicación Ediciones PY. Si tienes un libro y necesitas ayuda para materializarlo en papel y distribuirlo a nivel mundial, escríbenos.