Hace ya unos cuantos años hablé en profundidad de este tema, pero otra noticia de la semana pasada me hace volver a sacarlo.
El caso es que parece que vivimos una época de moderación del discurso. Algo que hasta cierto punto es positivo, ojo, pero que llevado al extremo se vuelve nocivo.
¿La razón? Muy sencilla. Hay un límite muy difuso entre lo no que digo/hago porque entiendo que ética o moralmente es inadecuado (lo cual en teoría genera una sociedad más ética y moral, o al menos una sociedad que parece que lo es), y entre lo que no digo/hago por miedo al qué dirán/pensarán de mi.
Y conforme más impacto tienen en nuestra vida las tecnologías de la información, más claro queda la utopía de esperar que estos sistemas basados en la economía colaborativa sean capaces de automoderarse es justo eso, una mera utopía.
- Así, empezamos a ver cómo las grandes compañías de Internet se levantan como los nuevos jueces y verdugos sobre lo que debemos o no decir/hacer, amparándose en que ellos son horizontales a cualquier sesgo político o ideológico, cuando en la práctica sabemos que esto es imposible de conseguir.
- La otra opción es delegar en los gobiernos de cada país, que en principio deberían ser los mejor preparados para ello… sino fuera porque de nuevo entran en juego intereses políticos e ideológicos difícilmente cubiertos en un ecosistema global como es el tecnológico.
No hay una solución sencilla, y eso hay que dejarlo claro. Entiendo que lo suyo será buscar una especie de acuerdo que englobe el mayor número posible de agentes, tanto público como privados. Pero poner en común a tan diversa “élite” se me antoja nuevamente utópico…
El caso es que de todos los frentes abiertos hoy en día, hay uno que por su absurdez (al menos partiendo de la forma de pensar por aquí en Europa) es digno de mencionar: la cruzada que parecen tener todas estas grandes empresas por el desnudo.
Ese pezón hiere mis sentimientos
Que vale que el porno no es ni mucho menos el mejor libro para entender la sexualidad. Pero oye, de ahí a considerar “obsceno” cualquier instantánea del cuerpo humano hay un largo trecho.
Que los pezones son un elemento más de nuestra anatomía. Que te pueden gustar más o menos, pero no hay nada más natural y humano que un pezón.
En Facebook o Instagram ya sabemos que como alguno de estos aparezca por alguna foto y alguien le de por denunciarlo, por regla general ese contenido será “moderado” por la plataforma.
En Google Images, y en líneas generales en Google buscador, hace tiempo que la herramienta modera automáticamente cualquier palabra sujeta a posibles elementos considerados “inadecuados”. Una búsqueda rápida por “polla” (ES) enseña poco más que memes y cuadros de ¿ganado? “Sexo” (ES) devuelve de todo menos justo lo que la mayoría presumiríamos que debería enseñar.
Y la última que ha causado la indignación en Reddit (EN) viene de nuevo de la mano de los californianos, ya que al parecer están borrando fotos de Google Photos que contienen “contenido explícito” en álbumes compartidos con terceros. Un jaleo parecido al que vivimos hace ya un tiempo con las copias de seguridad temporales de Android, que ya había sido denunciado hace unos meses por algunas estrellas del porno (EN).
Que de nuevo, está bien que avise: creo que no hay nada peor que pasarle a tus familiares un álbum del viaje del fin de semana donde se te ha colado alguna que otra foto de la noche (¡sic!). Pero una cosa es que te alerte, y te recomiende eliminar/deslinkar esas fotos antes de compartir (me parecía perfecto, de hecho), y otra bien distinta es que decida por ti y lo haga automáticamente.
Porque lo mismo esa foto que el sistema de algoritmia del servicio considera como explícita, para mi forma de ver (cultura, sociedad, ideologías…) no lo es.
Porque aunque en efecto lo sea, lo mismo yo soy fotógrafo y me dedico a la fotografía erótica.
O porque lo mismo mi intención es pasar fotos explícitas a quien sea, sin dar más explicaciones.
¿Qué consideramos contenido explícito?
Porque al igual que es muy complicado delimitar lo que es moderación de censura, también es muy complicado delimitar qué hace a una foto un contenido explícito, y qué hace a otra foto un contenido artístico.
Tengo por casa de mi madre centenares de dibujos a carboncillo de desnudos, sencilla y llanamente porque este fue mi “trabajo” académico durante unos cuantos años. Y son obras artísticas donde en efecto aparecen pezones, culos, poyas y coños. Sin fines sexuales, ojo. Artísticos.
Que un servicio donde en teoría yo puedo subir lo que me de la real gana decida que ese contenido debe eliminarlo no me hace ni puta gracia.
Un ejemplo más de cómo la delegación de servicios en la nube trae asociado riesgos a futuro. Lo dije, de hecho, cuando presentaron Google Photos, traté nuevamente el tema en un par de mis relatos distópicos (por aquí uno, por aquí otro), y lo vuelvo a repetir.
La herramienta es una maravilla, y yo la utilizo a diario. Pero el día de mañana lo mismo se vuelve nuestro Talón de Aquiles:
¿Que a las 12 pm del día 20 de Junio de hace dos años [en esa foto] estuviera consumiendo una botella de agua o una lata de Coca-Cola, es un hecho que no afecta drásticamente a mi recuerdo? ¿Que esta “reinterpretación” se repita cada vez que yo he consumido una lata de una marca competencia de la ya citada, no constituye un cambio drástico en la historia de cada individuo? ¿Y si debido a ello se pierde sutilmente una parte crítica del conjunto de casualidades que me lleva a conocer a mi pareja, por ejemplo?
Recuperado del artículo de hace unos años:
¿Quien nos asegura lo contrario? La política de privacidad del servicio, sin lugar a duda, no (EN). La compañía se reserva el derecho a modificar sin ningún límite cualquier archivo que subamos a sus servidores y sus servicios. Falta que confiemos en que no se acabará anteponiendo el negocio a la moralidad, sea cual sea la moralidad que tengamos dentro de unos años. Sea cual sea la moralidad que tenga una corporación como Google (o Amazon, o Apple, o Microsoft, o Twitter, o…) entonces.
Avisados estáis (estamos).
Por lo pronto yo sigo guardando también en un disco duro externo y por carpetas, como un neandertal, toda mi vida fotográfica. Y así de paso tengo un backup en local que sé que no va a modificarse por nadie (aunque sea susceptible de acabar fallando y comprometiendo la integridad de todo ese contenido), contenga o no fotos explícitas.
Yo no centraría el problema de la infantilización en Internet. Lo que se está infantilizando es la sociedad y en concreto, las nuevas generaciones y cada una más que la anterior. No hay más que revisar el álbum de fotos de nuestros padres o nuestros abuelos y compararlo con el perfil de Instagram de cualquier milenial. ¿Fotitos con orejitas y morritos de gatito? Sí, muy maduros, sí. Pero ya sé que no es de esto de lo que trata el artículo, aunque creo que viene al caso, dado el título.
Pero el problema que planteas con las grandes empresas como Apple, Google, Facebook o Twitter a la hora de censurar contenidos de sexo, no es más que una muestra más de su falsa y doble moral (de los estadounidenses en general). No pasa nada por mostrar imágenes de un bombardeo sobre una aldea , pero se censura una teta o un pene, algo con lo que hemos nacido todos. No es ni más ni menos que una extensión de su convicción de no comer nada que recuerde la forma del animal del que sale. Es una forma de enmascarar la realidad, creando la suya propia para crearse su mundo feliz.
Y un ejemplo de imposición cultural, a fin de cuentas. Que es cierto que la globalización tiene su aquel, pero no hay obviar las diferencias culturales de cada pueblo, y hasta cierto punto, entender que hay que protegerlas.
¡Buena reflexión Fernando!
Para mi el enfoque tiene algún matiz más. Primero, la infantilización va acompañada del gran padre que vela por nosotros… Si alquien quiere hacerme de padre lo primero que debería tener en cuenta (además de que no creo que le gustase ser suplantado) es que mi padre se hizo responsable de mi hasta que fui mayor. Si vamos a ser niños tendrían que asumir las responsabilidades de mis errores y de los suyos. Pero no, no es así, me cuidan por mi bien, pero me como sus errores y los mios, así que, si no les importa, me quedo con el padre que me crió, el cual sigue ayudándome cuando me equivoco y está ahí para apoyarme en lo que haga.
La infantilización viene asociada con la idiotación de la sociedad, vamos, lo mismo que durante miles de años, cuanto más tontos seamos más fáciles de manejar. Se nos proporciona una educación que nos da unos conocimientos básicos que nuestros antepasados no tenían, pero por otro lado se nos atonta para que pensemos que no somos capaces de nada por que no tenemos la titulación suficiente, que lo hará otro por nosotros mucho más capacitado. Pero no solo es la supuesta titulación, se nos lleva a una especialización tal que da igual el área que se toque, tu no eres capaz, no tienes ni voz ni voto.
Se nos da la opción de hacer lo que queramos, siempre y cuando hagamos lo que tenemos que hacer, y cada día me encuentro con más gente que compara esta dictadura con la franquista, diciendo que tenían mucha más libertad antes, si bien, la memoria es traicionera y guarda o elimina de manera arbitraria lo que le apetece, si vamos de cabeza a una dictadura mucho más estricta. Eso si, a todas esas personas les preguntas por el derecho a la intimidad y lo entienden como un derecho inviolable, no obstante, si les hablas de privacidad, ni saben lo que es, les suena a algo de internet….
Google decide lo que leemos, no hay duda, y aunque quieras usar otro buscador, no iremos mucho más lejos. Vamos, básicamente, si leo las noticias propuestas por google now, el 95% hablan bien de android e ios y un porcentaje similar pero hablando mal de Microsoft (obviamente, si tratan temas relacionados) Seguro que los seos de las emrpesas que trabajan en noticias, saben perfectamente que aumentarán sus lectores si actúan de ese modo.
Pero no nos desviemos del tema, toda esta supuesta moral va enfocada a lo que toda la vida se ha llamado pensamiento único, que se basa en que si alguien se sale de la forma que tiene que pensar, es su propio entorno el que lo censura, sin tener en cuenta excepciones, así que si tu estás en una excepción, ajo y agua. Ya sabemos que por muy bien estructurado que esté ese pensamiento, es un planteamiento que no funciona y que lleva a la polarización de las ideas.
Una vez polarizadas las ideas, ya tenemos las guerras de bots, los que nos hacen apoyar a muerte o una idea o la contraria, cuando, en general, ni nos va una ni la otra, pero al poder le sirve para, por una parte seguir jugando/burlándose con nosotros/de nosotros, ya que mientras estemos entretenidos luchando por sus intereses no lo haremos por los nuestros o algo mucho peor, que nuestros intereses entren en conflicto con los suyos.
Hay poco que pueda criticarte de tu lectura. Me quedo sobre todo con ese “La infantilización viene asociada con la idiotación de la sociedad” y ese “si alguien se sale de la forma que tiene que pensar, es su propio entorno el que lo censura”.
Bien sabes que concuerdo con estas tesis. Muchas gracias Khepper :).
El concepto de infantilización es uno de esos conceptos que se autoexplica a la perfección, a veces incluso. dolorosamente.
Así mismo vamos viendo como se nos hace pensar de una determianda forma. Se nos plantea un problema y se nos hace que pensemos en una dirección, que puede ser polarizada, pero que ambas direcciones no van ni por asomo en la dirección que lleva el que nos manipula.
El problema es que ir en otra dirección es aun peor, dado que suele ser peor cualquier otra opción, por la sencilla razón de que somos sumamente *diotas y si conociesemos los verdaderos motivos no seríamos capaces de entenderlos
El problema de siempre, que se agrava cuando eres consciente que si haces las cosas distintas (tengas o no razón) la sociedad te da la espalda, y hará presión para que vuelvas al redil.
La globalización y la consecuente convivencia de marcos morales / legales hacen indefectiblemente que terminen adoptándose los términos más conservadores en cada caso. Yo creo que esto no implica necesariamente malas intenciones por parte de Google / FB / etc en el sentido conspiranoico de imposición de un pensamiento único, sino que se debe a la misma esencia del capitalismo: economías de escala. Para ellos es más simple adoptar un estándar que no viole las leyes ni moralidades de nadie, y aplicarlo a todo el globo en vez de tener una política por país / región / religión / edad / etc. Después de todo, quienes quieran pezones en sus timelines no conforman en general un grupo de presión per sé, como podrían ser quienes sí exigen censura (que suelen ser grupos con cientos de años de práctica en términos de cohesión y de imposición de sus términos – no hace falta aclarar a que me refiero).
Saludos Pablo, muy interesante temática que ha llegado para quedarse y que requiere más y mejor análisis.
Muy buen punto @Nahuelpablo, aunque fíjate que en el caso de Google Photos, bajo mi humilde opinión, ya se está cruzando un umbral difícil de argumentar. Que no hablamos de exponer públicamente algo, sino del en teoría legítimo derecho que tiene el usuario de guardar contenido propio y compartirlo, si acaso, de forma privada con los suyos.
Que sí, que podemos entonces argumentar que en caso de querer hacer esto, lo suyo es que lo hagamos a expensas de estos servicios. Pero el problema es que estamos llegando a unos derroteros en los que cada vez resulta más complicado no hacer uso de dichas herramientas para comunicarse con terceros. Máxime si tenemos en cuenta que al final hablamos de cuatro grandes compañías que controlan ya no solo los servicios, sino el propio sistema operativo y dispositivos que utilizamos.