Hablo de asiento y no de silla, ya que este término cubre un abanico mayor de elementos que facilitan al hombre el reposo.


sitandstand

Después del éxito que tuvo la semana pasada el artículo de Innovación disruptiva en el transporte: HOT, me pareció interesante publicar otro en el que analizamos dos proyectos que heredan bastante de esa filosofía de reinvención de la rueda y que engloban una disrupción que podría materializarse en un sector tan aparentemente estudiado como es el del asiento.

El primero se llama Sit & Stand (EN), y no es más que un armazón (el prototipo en madera, el que se comerciaría en aluminio y plástico) que desplaza la figura de la muleta para aquellos que hayan sufrido algún tipo de lesión en la pierna (rodilla/tibia o peroné/pie), de manera que los isquiotibiales (el contramuslo, para que nos entendamos) estarían apoyados en una almohadilla y sería la cadera quien mantuviera el peso del cuerpo (lo habitual, vamos), pudiendo caminar de forma aparentemente normal sin mover la pierna lesionada y sin tener que cargar el peso en los hombros y las muñecas (cosa que ocurre al movernos con muletas).

También apuntaría su uso como asiento propiamente dicho, que vendría genial para trabajos en cadena que requieren una postura erguida, descansando a intervalos una u otra extremidad.

La idea fue presentada recientemente en el último concurso de la Fundación James Dyson, y al menos para un servidor brilla con luz propia respecto a la mayoría de prototipos (enfocados a sistemas motorizados complejos o carretillas bastante aparatosas).

El segundo, Chariless Chair (EN), que tiene como foco el operario de una fábrica o construcción, y que basa su potencial en un exoesqueleto inferior de apenas kilo y medio con una batería de 6 Voltios y 24 horas de autonomía que permite fijar la postura en una posición en particular, pudiendo descansar entonces el peso sobre él.

 


Lo interesante del asunto es que desdibuja la figura del asiento de ese mobiliario externo al que accedemos para descansar, a otro que “vestimos”. En posición libre, simplemente tendríamos un exoesqueleto en las piernas que nos permite realizar nuestra rutina diaria sin mayor impedimento. En cuanto necesitemos descansar el cuerpo, basta con situarnos en la posición elegida y activar la batería, para que el exoesqueleto se quede fijo y descargue todo el peso en las botas o en el suelo, según el modelo que tengamos.

Muy pero que muy interesante para levantar pesos (y de paso no acabar doblado un par de semanas), así como medida de seguridad para trabajos físicos (lo que sin duda haría ahorrar no pocos gastos por bajas a una empresa de este tipo). Sin considerar su efecto positivo en la productividad y el descenso de la fatiga laboral. Por ahora, parece que BMW empezará a implantar este dispositivo en su cadena de producción, siguiendo los pasos del éxito que ha obtenido AUDI con su implantación el año pasado.

Dos dispositivos cuya finalidad es transformar la figura del asiento hacia algo más productivo, solucionando parte de los inconvenientes de este tipo de mobiliarios (externos al cuerpo, escasa movilidad, dificultad para adaptarlos a diferentes usos,…). Evitando además los problemas de salud (EN) asociados a un trabajo pegado a una silla que afectan directamente a la esperanza de vida laboral.

Lo que vuelve a demostrarnos que en la vida no hay nada que no pueda ser repensado. Desde la forma de leer, pasando por la educación, el diseño o la optimización de recursos.

Algo que es de agradecer, que nos obliga a estar atentos de lo que ocurre a nuestro alrededor, y que abre la veda a mercados que en apariencia ya están más que exprimidos.