El titular es ligeramente pretencioso adrede. Hablar de Internet sin recurrir a las URLs parece un sacrilegio, más cuando éstas representan en nuestros días la manera de nombrar las direcciones.
Llego a esta conclusión después de ver la mayoría de movimientos de todo ese software creado como intermediario de la comunicación cliente-servidor.
Para acceder a una página web, necesitamos saber su dirección. La dirección no es sencilla de recordar (a fin de cuentas es una IP que apunta a un servidor), por lo que se recurrió en su momento a la figura del DNS, una suerte de listas repartidas por toda la red donde se almacenan pares de datos IP servidor/dominio, de tal manera que el usuario final únicamente tiene que recordar este último (normalmente en un lenguaje más humano).
¿Es esta la solución?
No. Pese a que un dominio del tipo pabloyglesias resulta sencillo de recordar, queda la duda de qué extensión tendrá (y eso suponiendo que el www se mantiene como estándar, cosa que no siempre tiene que cumplirse). En muchas situaciones, los administradores de páginas web recurren al alquiler de diferentes dominios para “facilitar” las cosas al usuario, de tal forma que por seguir con el ejemplo, esta web puede ser visitada desde www.pabloyglesias.com como desde pabloyglesias.com, www.pabloyglesias.es, pabloyglesias.es o pabloygl.es, todas redirigidas al dominio principal www.pabloyglesias.com.
¿Es esta la solución?
Tampoco. Muchas veces nuestro interés es buscar una información en particular, y no únicamente lo que nos diga la página frontal de un dominio. Para ello surgieron los buscadores, agregadores de contenido. De nuevo otro inmenso directorio que traduce nuestra búsqueda a dominios, devolviendo las posibles respuestas a una pregunta formulada con anterioridad.
¿Es esta la solución?
Nuevamente no. El usuario no quiere conocer las posibles respuestas, sino la respuesta a su pregunta. Es más, preferiría ni tener que preguntar. Que sea el propio sistema, a partir del aprendizaje y la contextualización que puede obtener del usuario, quien le recomiende la información. Una suerte de descubrimiento anticipado. Una suerte de abstracción, donde la dirección web es sin duda lo menos importante.
Es así como llego a la conclusión de que el futuro de internet pasa por no depender de las URLs. Se seguirán usando, por supuesto, pero a cada paso que damos, estamos abandonando la interacción directa con la URL (de dirección IP ya ni hablemos…), recurriendo a un buscador incluso para acceder al portal de una página de la que conocemos su nombre (no es raro que utilicemos el cajón de direcciones de los navegadores para escribir el nombre de la página que queremos visitar, y no su dirección completa), y adentrándonos en ese mundo donde la información llega a nosotros sin visitar una página, sino directamente en la herramienta de consulta que estemos usando (Apps del tipo Google Now o Siri).
Navegadores como Firefox para Android hace tiempo que ocultan de la barra de navegación la URL, mostrando la información de la página (el Title de la web que visitamos). Ahora la versión beta de Chrome (Canary) da un paso más hacia adelante, dejando la barra de navegación para realizar las búsquedas, y colocando un recuadro anterior, como vemos en la imagen que acompaña este texto, donde aparecerá el dominio donde estemos (no la URL, sino el dominio).
El fin de todo esto es incluir más abstracción en la búsqueda. Hacer que el usuario no dependa de ese array de caracteres extraños, sino de los servicios de búsqueda, mucho más intuitivos y controlables.
Y presuponiendo que toda esta sofisticación se haga teniendo en cuenta las medidas de seguridad esperables (algo que resulta relativamente sencillo de gestionar de forma masificada), el cambio es para mejor, sin lugar a duda.
Edit a día 3 de Junio del 2014: Según lo presentado en el WWDC de este año, Apple plantea con Safari algo por el estilo (EN). El objetivo sería por tanto oscurecer todo lo referente a la web, para que el navegador tome un papel aún más importante en la navegación.
Estoy de acuerdo contigo.
Esta idea ha sido mal encajada en general, pero a mi me parece un acierto. No quiero que las URLs desaparezcan y se sustituyan por el buscador de google (como está haciendo chrome). Pero si me gusta que las urls se simplifiquen mostrando únicamente el dominio, pues, la mayor parte del tiempo de navegación lo invertimos leyendo contenido, y no leyendo urls (salvo que seas desarrollador, quieras compartir el enlace u otro motivo concreto). Así que en la mayoría de casos, con saber únicamente en que lugar de internet estás, te vale.
Los usuarios “normales” cuando ven una url larguísima llena de variables se abruman y huyen de intentar comprenderlas. Muchos, no saben siquiera para que sirven (de ahí que la mayoría escriba google.com en la url para luego buscar facebook.com y clicar el primer enlace xD)
A mi personalmente me gusta la idea que defiende Firefox para Android; la url existe, cuando la necesitas la tienes.. Y cuando no… Únicamente te dice dónde estás, de manera simple y concisa.