Permitidme que hoy me aleje un poco de los temas comunes en este espacio (no mucho, después de todo), y os hable de la obra de Jerry Gretzinger (EN), un pintor que ha recreado la evolución de una sociedad ficticia en un universo imaginado durante el último medio siglo.
Y digo que no se aleja mucho después de todo, ya que su forma de actuar, ajena en principio a todo lo referente al tercer entorno (descontando quizás su página web (EN) y el uso de las TIC para llevar la gestión administrativa y estadística de dicha sociedad), podría ser extrapolada perfectamente al modelo algorítmico en el que se basa buena parte del desarrollo de serious gaming, los ecosistemas digitales abiertos (SandBox) o las herramientas de monitorización y análisis probabilísticos.
Todo empezó en 1963, en una cuadrícula de papel garabateada, que continuó por transformarse en unas calles, que dieron así mismo forma a un pequeño pueblo. Sus habitantes, como era de esperar, necesitaban comida, así que Jerry se armó con un vaso de agua, unos pinceles y unas acuarelas, y dotó sus alrededores de campos de cultivo y zona de ganadería. 50 años después, el pequeño pueblo inicial ha dado paso a un inmenso mapa de 200 metros cuadrados, donde viven 16.304.885 personas, divididas entre las 27 provincias y 416 ciudades que conforman Ukrainia.
Lo curioso del caso no es esto, sino que el mismo Jerry es un simple observador del desarrollo de dicha civilización, ya que todo lo que ocurre en su universo está regido por una baraja de naipes modificada que dicta las acciones. Así, día tras día, a Jerry le toca recoger una de las cuadrículas, sacar un naipe, y modificarla según la aleatoriedad autoimpuesta, lo que puede llevar a la construcción de una nueva infraestructura, a un accidente ferroviario, o, en clara alegoría a la novela Michael Ende (ES), a colocar un papel blanco superpuesto a la obra que representa el vacío invasor que amenaza con tragarse Ukrainia.