Ayer hablábamos del proyecto de Irán de crear su propia red de internet, y de paso controlar lo que se “cuece” en ella, y aunque la entrada informaba detalladamente de todos los entresijos de esta nueva, lo cierto es que me quedé con mal sabor de boca al no tratar este grave problema de forma globalizada.


Y es que en lo que va de año, iniciativas como la de Irán empiezan a tomar peso en diferentes países, ya sea mediante la desconexión de la red WWW actual, o por profundos acuerdos de gobierno con empresas como google por restringir sus accesos a webs, y en especial, a blogs, que resultan “molestos” para los intereses del partido.

Espionaje, acoso, detenciones e incluso desapariciones y/o tratos vejatorios sirven a los gobiernos de algunas naciones para intimidar y frenar el poder social de la red.

Ayer mismamente se anunciaba la desaparición (y más tarde su reaparición como detenido), presuntamente forzada, de Aleph Jiménez, del que se sabía que estaba siendo acosado por el gobierno PRI de México, y vocero del movimiento anti régimen #YoSoy132, iniciado por los universitarios del país.

Hace escasos días saltaba a la palestra Vietnam, que había condenado a penas de cárcel a tres reconocidos blogueros por sus críticas hacia el gobierno.

Un estudio llevado a cabo por Freedom House recoge el estado de libertad virtual restrictiva de 47 países, frente a los 14 (normalmente países que han cambiado a un régimen más democrático) que si han mejorado en este aspecto.

Aunque no todas las naciones operan fuera del marco legal. De hecho (y esto es aún más preocupante) cada vez es más común la aparición de nuevas leyes que restringen de algún modo las libertades del usuario o sus derechos, normalmente bajo la excusa de la seguridad o la protección de datos (aunque en muchos casos se gane justamente lo contrario).


Pakistan y Etiopía ha prohibido (de forma legal, hay que joderse) que se usen redes sociales privadas.

Varios gobiernos han empezado a contratar comentaristas (siguiendo el ejemplo de China), para “enfocar correctamente” los discursos en internet.

Los gobernantes autoritarios están cambiando a métodos más oscuros para controlar las conversaciones online, ya que ven que bloquear sitios y arrestar a personas de alto nivel generan la condena local e internacional

En algunos de estos casos, afortunadamente la presión ciudadana ha frustrado los planes de estas naciones. Ejemplos como la negativa de firma de ACTA en Europa suponen una luz entre tanta oscuridad.

Ante el control gubernamental, la oposición de la ciudadanía es obligatoria, y es de agradecer que de vez en cuando, a varios se les enciende la bombilla y deciden unirse para asegurar un futuro con libertades y derechos en la red de redes.