Parece que tras varios años de rumores (fíjate que así a bote pronto una búsqueda rápida por esta página me ha sacado a relucir que ya hablamos sobre el tema en 2012), el lunes Apple confirmó de que a finales de año saldrán los primeros dispositivos de escritorio con procesadores ARM.
Sería, por tanto, la segunda vez que cambian de rumbo, trastocando, de paso, la industria.
Porque más allá del hype esperable por ver qué es capaz de hacer una Apple no dependiente de Intel, lo cierto es que este movimiento es, probablemente, un punto y aparte en la manera que tenemos de entender la tecnología.
Pero vayamos por partes.
El músculo de los SoCs de Apple
La primera parada es repasar la historia de la compañía.
Apple lleva ya una década desarrollando ellos mismos sus procesadores móviles. En principio diseñándolos únicamente, y poco a poco asumiendo más partes del proceso de fabricación, que recordemos sigue siendo dependiente de Samsung.
Y no le ha ido nada pero nada mal.
Frente a los Snapdragon, los Kirin o los Exynos, los SoC de Apple han ido paulatinamente ganando terreno hasta volverse, de facto, el ejemplo a seguir por el resto.
Como recordaban por Xataka estos días, los Apple A10 de 2016 ya estaban a nivel de beckmarks (ES) semejantes en rendimiento mononúcleo (en multinúcleo la cosa cambiaba significativamente) a los procesadores Intel que llevaban los MacBook Pro de mediados de 2015.
Y desde entonces la cosa no ha ido más que a mejor. En este estudio de AnandTech (EN) de 2018 llegaban a la conclusión de que el A12 que lleva el iPhone XS y XS Max competía en rendimiento mononúcleo ya no con portátiles, sino con ordenadores de sobremesa.
Todo esto, recordemos, con SoCs preparados para ser montados en dispositivos móviles. Y por tanto, muy limitados por el espacio y la capacidad de disipación de calor.
Lo que abre las puertas a pensar en qué podrá hacer Apple de aquí a unos años con SoCs ARM diseñados exclusivamente para los macbook e iMacs. Ya no solo en optimización de gasto energético (a priori la mejor baza que tiene ARM frente a procesadores x86), sino incluso a nivel de rendimiento neto. Un espacio que por ahora ha sido dominado por completo por Intel.
Para un servidor al menos lo más prometedor de todo esto es ver qué puede conseguir Apple tan interesada, como dejaron claro en la keynote, en buscar el equilibrio entre rendimiento y consumo de energía. Qué innovación pueden incluir para que en efecto esa gráfica que compartieron comparándose con el resto de SoCs en portátiles y equipos de sobremesa se cumpla.
La búsqueda del control absoluto en toda la cadena tecnológica
La segunda parada obvia son las razones de por qué dar el paso, y en parte ya las hemos comentado en el anterior.
De hecho, es algo que casualmente (lo escribí a finales de la semana pasada) traté en profundidad en el artículo exclusivo de mecenas publicado ayer, y que parafraseo por aquí:
Pero recalco [hablando sobre el control absoluto de la californiana sobre qué podemos instalar en sus dispositivos móviles]: de Apple deberíamos esperarlo, ya que lo ha hecho así toda su vida. Apple, como Nintendo, es una dictadura. Muy bonita y que funciona a las mil maravillas dentro de sus fronteras, pero una dictadura a fin de cuentas.
Me refería, como no, a que Apple hace y deshace lo que le da la real gana dentro de sus fronteras. Si quieres pasar por su aro, genial. Si no, no puedes estar en su ecosistema. Punto.
A nivel de negocio esto, como pasa con Nintendo, funciona a las mil maravillas. Consigues una posición de mercado tal que sí o sí vas a obligar al resto a que pasen por tu aro. Y gracias a ello puedes ofrecer unos productos tan redondos como, en líneas generales, ofrecen los de Cupertino.
Año tras año el mejor portátil no es el Macbook. Sobre todo si el factor precio es importante para ti. Pero oye, estamos ante un producto bastante equilibrado.
Año tras año el mejor smartphone no es el iPhone. Pero de nuevo, sabes que Apple e iOS te van a ofrecer un ecosistema que es único.
Para Apple dar el paso de abandonar Intel en favor de sus propios SoCs, supone, en primera instancia, una dependencia menos de terceros. Ya no tienen que esperar a que Intel saque la nueva versión de su procesador, y adaptarse entonces a él para montarlo en sus dispositivos, sino que pueden unir ciclos de innovación iterativa en SoCs con sus exigencias de negocio (ciclos de nuevos dispositivos). Y aunque sea menos importante (ya te digo yo que tanto el negocio que pierde Intel, ni lo que perdía Apple por depender de ellos, va a suponer un problema para cualquiera de las partes), rascando un poco más en su ya de por si abultado margen de beneficio (porque bajar de precio no van a bajar precisamente).
Pero a medio/largo plazo, supone aumentar el ya de por sí considerable control que tiene sobre toda la cadena de valor en sus productos. Ser uno mismo quien diseña sus propios procesadores supone, de facto, que puedes aclimatar cada uno a las necesidades que tenga cada dispositivo. No es que vayamos a tener el AXX de turno genérico, sino que como ya sabemos tendrán su Neural Engine enfocado a la inteligencia artificial, o esos TX enfocados a la seguridad biométrica. El ser la propia Apple quien diseñe a partir de ahora las tripas de sus dispositivos facilita el que puedan aún más optimizarlos y especializarlos en según qué usos vayan enfocados, lo que probablemente les permita, en efecto, acabar ofreciendo mayor potencia (para algunos usos, recordemos) con menor gasto que el resto de clónicos.
El diablo está en los detalles
Sin embargo todo esto son puras conjeturas hasta que no tengamos entre manos los primeros dispositivos ARM.
E incluso en ese momento, habrá más dudas que certezas, ya que como ya ocurrió con el cambio de PowerPC a Intel, cohabitaremos presumiblemente durante varios años con dispositivos con ambas configuraciones, y un ecosistema de software que me da que va a ser bastante confuso:
¿Cómo hará Apple para aglutinar esa compatibilidad con apps de iOS/iPadOS en su nuevo MacOS ARM? ¿Habrá una tienda, o dos separadas?
¿Realmente habrá conseguido como aseguran que tanto sus apps nativas (¡qué menos!) como la suite office y la de Adobe hayan migrado por completo a ARM sin que el usuario profesional note cambios? Porque recuerdo que el photoshop de iPadOS deja aún muchísimo que desear al que tenemos en dispositivos de escritorio. Y ya ni me quiero imaginar con otros softwares más exigentes como Maya y compañía.
¿Y del tema de compatibilidad con gráficas dedicadas… lo dejamos para otro día? Porque por muy chula que sea la gráfica integrada de Apple, dudo muchísimo que pueda ofrecerle el mismo rendimiento gráfico al que está acostumbrado actualmente un usuario de MacOS que trabaja con una gráfica AMD. Y hasta donde yo sé no hay opción de gráficas dedicadas para ARM…
Que como suele ocurrir con cualquier cambio gordo de tecnología, va a tocar enfrentarse a unos años un tanto movidos en cuanto a ecosistema de Apple se refiere.
Y no me cabe duda que tras este bypass tecnológico, el ecosistema que quede sea realmente competitivo.
Iría aún más. Porque la mayor parte de analistas se han parado en su impacto en la electrónica de consumo. Pero un servidor quería recordar que el verdadero atractivo de ARM, más allá de que en efecto podamos tener portátiles que nos duren una jornada entera de trabajo sin enchufarse, está en el mundo de los servidores.
Sin ir más lejos estos días conocíamos que Fugaku, el superordenador considerado (ayer mismo (ES)) el más rápido del mundo (415,5 petaflops), está hecho enterito con SoCs ARM.
Unos SoCs enfocados no a la potencia, sino a la eficiencia, lo que le permite llegar a hacer más consumiendo menos.
Una nube regida por SoCs ARM, por tanto, puede ser un paso más de cara a reducir significativamente el impacto medioambiental de la informática, reduciendo también de paso el gasto energético (ergo reduciendo costes).
- El problema hasta ahora era que los procesadores ARM eran menos potentes, y esto, como hemos visto, empieza a quedarse atrás.
- Ahora el problema es que nos falta software desarrollado en exclusiva para ARM que sea comparable al diseñado para dispositivos x86.
Y en eso precisamente Apple puede marcar un antes y un después. Con ese Universal 2, la virtualización y Rosetta 2, plantea un escenario en el que quizás de cara al desarrollo no sea tan complicado pasar una herramienta creada para MacOS Intel a una creada para MacOS Apple Silicon.
Algo que recordemos Windows lleva intentando varios años, con su Windows RT primero, y con el Windows ARM actual. Con la diferencia de que Apple no es Windows, y mientras esta segunda parecía tener ARM como una opción B, los de Cupertino parecen ahora sí decididos a poner todos los huevos en la misma cesta.
________
¿Quieres conocer cuáles son mis dispositivos de trabajo y juego preferidos?
Revisa mi setup de trabajo, viaje y juego (ES).
Y si el contenido que realizo te sirve para estar actualizado en tu día a día, piensa si te merece la pena entrar en el Club Negocios Seguros y aprovecharte de todo el contenido exclusivo que publico para los miembros.