La búsqueda.
Ayer se presentaba el nuevo Bing, el motor de búsqueda de Microsoft, una de las propuestas necesarias si quiere estar presente en el futuro tecnológico que nos espera.
Y es que en un mundo dominado por Google, hay alternativas, y algunas realmente interesantes. Me quedo por tanto con varios puntos, que vaticinan en buena medida lo que será la interacción con la web en los próximos años:
- El concepto de búsqueda: un tema que me apasiona, bien sea por lo cercano a la algorítmica que está, bien sea por que es pilar fundamental de la inteligencia, y por tanto de la IA. Y es que como ya hablamos hace tiempo en esa pequeña historia de los buscadores, hemos pasado de un tercer entorno caótico de búsquedas en directorios a otro caótico de búsquedas en buscadores. Y esto es vital para comprender el futuro de la web, donde la URL en sí no tendrá más valor que una puerta informática para acceder al contenido. Un contenido que se vuelve por momentos abusivo, acercándonos más y más a los peligros de la desinformación y de la relevancia estéril. El futuro de la web (y por tanto el futuro de la tecnología), pasa por las búsquedas semánticas, por el modelo de respuesta y toma de decisiones, muy acorde con lo que ya hemos visto en Wolfram Alpha (EN). Un futuro en el que las búsquedas en internet nos devuelvan la solución, y no un array de posibles webs donde podría estar la solución, lo que me lleva ineludiblemente al siguiente punto.
- La suerte (o desgracia) de la intermediación: En este futuro cercano, consumiremos cada vez más información directamente de los buscadores (que entiendo cambiarán de nombre a otro más propio), dejando los enlaces como un recurso extra para ahondar más en el tema (justo al contrario de distribución informativa de los navegadores genéricos actuales). Y digo cercano porque lo único que nos falta es que los algoritmos que rigen proyectos como Graph Search de Facebook o Knowledge Graph de Google ofrezcan de por sí un valor suficiente para adelantarse a nuestras peticiones entendiendo la ambigüedad de las mismas. Para llegar a ello, además del desarrollo de motores que se asemejan al funcionamiento de nuestra conciencia, será necesario encontrar la vía más útil que se adapte a las numerosas y distintas peticiones que le hagamos. Tenemos ejemplos de por donde podrían ir los tiros con las tarjetas de Google Now, con la pantalla de Búsqueda Adaptativa de Firefox OS o con la reciente apuesta de boxes en Bing.
- Un modelo de negocio que ha de evolucionar: Ya que si hoy en día Internet vive de los datos personales y la publicidad, y con la paulatina mejora de los buscadores consumiremos cada vez menos contenido fuera de ellos (al menos fuera de la pantalla, que otra cosa será el uso de diferentes capas), cabe pensar que llegará el momento en el que de alguna forma, el modelo de negocio tenga que virar hacia otro más amplio (eso o volverse insostenible) ¿Sobre cuál será? Difícil saberlo, pero en él jugará un papel fundamental el valor innato de la información, el cada vez más común desarrollo de webapps, así como el del propio navegador, que dotará a internet de elementos de interacción nuevos (como fue el salto al drag&drop, o las apps para navegador).
Dicho esto, y puesto que he tomado como excusa el anuncio del nuevo Bing, no quería terminar sin llevar el asunto a mi terreno, y darles una palmadita en el hombro a los chicos de Microsoft por haber sabido hacer frente a la dichosa mochila histórica (y presumiblemente al dinosaurio que tienen por jefe) y romper con la iconografía de este servicio (que ya no solo cambia de tipografía a una mucho más solemne “Segoe“, sino que se atreve a pasar del azul al amarillo) adaptándolo a la identidad corporativa del resto de productos en su cartera.