Hace ya unos días vimos en Apple TV+ la película de Tetris.
Sencilla y llanamente: me encantó. De hecho, justo al terminar no pude más que recomendársela a los mecenas por el grupo privado de Telegram, descubriendo que ya había unos cuantos que la habían visto y opinaban exactamente lo mismo.
Tanto si te gusta saber más sobre la historia del que probablemente es el videojuego más importante de todos los tiempos, como si llegas a ella con la intención de escuchar una gran historia, Tetris (2023) te va a ofrecer eso y mucho más.
De verdad, que va a ser una hora y media larga más que bien explotada, que te mantendrá en un vilo constante. Y es que la historia de cómo este juego llegó a ser lo que es hoy en día, daba en efecto para un largometraje.
Así pues, te dejo por aquí el tráiler, y de paso, te voy a contar la historia de lo que de verdad ocurrió, sin las licencias cinematográficas que se tomó la película.
El nacimiento del juego ruso por antonomasia
Alekséi Pázhitnov era un joven matemático que trabajaba en el centro de computación de Dorodnitsyn de la Academia de Ciencias de Moscú, allá por la década de los 70 del siglo pasado.
Una persona terriblemente tímida, de esas que rara vez miran a los ojos, y con un don especial para la informática. Dedicaba así sus días a sacar adelante el trabajo, cuidar de sus hijos y mujer en un humilde piso residencial de las afueras, y disfrutar en ratos libres de juegos de lógica como el Pentominó, que como curiosidad personal, le robó no pocas horas a un servidor en las últimas navidades, al ser uno de los regalos que recibió el hijo de una de las hermanas de mi pareja.
Por si no lo sabes, el Pentominó es un juego, generalmente de madera, que consta de varias fichas con diferentes formas que debes colocar en un rectángulo de un ancho específico.
Las versiones modernas, de hecho, usan una barra separadora para que te estrujes el cerebro a ver cómo es posible encajar X fichas en cada vez mayor espacio disponible, como puedes ver en la siguiente foto.
Empieza siendo fácil, claro (un rectángulo de 5×3 y solo 4 fichas), pero rápidamente se vuelve endiabladamente difícil (5×4 y 5 fichas, 5×5, así hasta tener una cuadrícula de 5×13 y hasta 12 fichas…).
¿Te suena de algo?
Por supuesto, esta afición de Pázhitnov por los juegos lógicos, y en especial por este pentominó, inspiró lo que más adelante acabaría siendo Tetris (por cierto, una palabra formada por dos palabras, “Tetra”, o cuatro en griego, y “Tenis”, que era el deporte favorito de su creador), una versión digital de un juego de lógica muy parecido pero simplificado, con fichas de un tamaño que iban moviéndose de arriba abajo y con formas específicas, que debían colocarse ordenadamente en una cuadrícula, intentando buscar líneas completas para que estas se fueran limpiando, y tuviéramos más espacio para seguir colocando más piezas en pantalla.
Eso sí, tenemos que tener en cuenta que hablamos de finales de la década de los 70, y de la Unión Soviética.
Alekséi tuvo que ingeniárselas para crear el juego simplificando las formas, que estarían formadas por un máximo de cuatro cuadrados llamados tetrominos, y que se pintaban en una pantalla de un ordenador Elektronika 60. Es decir, un ordenador SIN INTERFAZ GRÁFICA.
Esto quiere decir que el juego original generaba el espacio de juego y cada una de las formas mediante caracteres disponibles en el código.
- Los espacios vacíos eran puntos (.).
- Cada uno de los cuadrados que forman las figuras son corchetes ([ ]).
- Los límites de la pantalla estaban creados con el carácter de ángulo y el de cierre de exclamación (<! para el lateral izquierdo, !> para el lateral derecho).
- Y en cada uno de los laterales, mostraba información sobre el número de piezas jugadas, el tiempo de juego, etc etc…
(versión original de Tetris)
El juego era tan limitado que no sería hasta bastante más adelante en la historia cuando Alekséi, por recomendación de Howard Stern (del cuál hablaremos a continuación) agregaría algunas funciones ya consideradas habituales en Tetris como el que puedan eliminarse de golpe varias filas. La versión original, sin embargo, solo eliminaba la primera fila, quedándose las demás ocupando pantalla incluso aunque tuviera todos los espacios ocupados con formas.
Ese prototipo inicial tuvo tanto éxito en la oficina que Alekséi acabaría sacando una versión compatible para ordenadores caseros desarrollada para MS DOS, que era el SO de bajo nivel en el que corrían la mayoría de IBM PCs, y el boca a boca hizo que rápidamente se volviera todo un éxito dentro de las fronteras comunistas.
¿Hizo esto que Alekséi acabase siendo millonario? Nada más lejos de la realidad.
El juego se difundía de manera gratuita en disquetes por todo el bloque soviético, debido en parte a que su desarrollador no consideraba que fuera a darle grandes beneficios… y a que en aquella época, el gobierno era el único propietario de la propiedad intelectual creada por sus ciudadanos.
Recordemos que hablamos de la URSS… Con todo lo que ello supone.
Alekkséi Pázhitnov, orgulloso desarrollador del juego más vendido de todos los tiempos
De Hungría al resto del mundo
Pasarían unos años hasta que en la otra punta del mundo, Henk Rogers, un desarrollador de videojuegos holandés sin mucho éxito, acabaría dando con Tetris en una feria.
No fue el único. Howard Stern, un norteamericano dueño de la empresa Andromeda Software vio también potencial y ese mismo día se puso en contacto con el Centro de Computación de la Academia de Moscú para hacerse con sus derechos de explotación en Occidente.
Esta es una de las partes donde la película re-imagina la historia, porque si bien en efecto hubo bastante baile de derechos con intermediarios de por medio, la realidad es que antes de que se cerrara el acuerdo para poder distribuir Tetris fuera de la URSS, otra empresa, Mirrorsoft, se hizo con ellos, revendiéndolos a Spectrum y ATARI para Europa y EEUU.
El pequeño estudio de Howard Stern, Andromeda Software, pareció quedarse sin posibilidad alguna, pero, casualidades de la vida, entró entonces en escena un cambio en cuanto a la gestión nacional de propiedad intelectual de la Unión Soviética, que pasó a estar bajo el amparo del ELORG, un nuevo organismo estatal. Y este cambio supuso que, de pronto, el preacuerdo que tenía Mirrorsoft quedaba en territorio de nadie.
Con una URSS al borde de su hundimiento, y Rogers asfixiado económicamente hablando, decidió apostar todo por hacerse con las licencias para consolas y recreativas del juego, hipotecando incluso su casa en Japón, dicen los rumores, sin que su mujer, que hacía las veces de contable en la empresa, supiera nada.
Mientras tanto, el Tetris de Mirrorsoft ya se estaba vendiendo y siendo todo un éxito en ordenadores por el ancho y largo del mundo.
Rogers consiguió reunirse con algunos directivos de Nintendo (no queda claro si en efecto, como dicen en la película, se llegó a reunir en japón con el ya mítico director de Nintendo) y convencerles de que Tetris podría ser todo un éxito si en vez de sacar la nueva consola con el Super Mario (lo esperable), venía con el juego de marras.
Estamos hablando, por supuesto, de la Game Boy.
Así empezó la guerra de negociaciones entre Atari/Mirrorsoft y Nintendo/Rogers. Una ardua contienda que acabaría decantándose por parte de los segundos, al declararse “irregularidades” en los términos del contrato con Atari, y pese a que Mirrorsoft, dirigida por aquel entonces por el hijo del multimillonario Robert Maxwell, tenía bastante mano en la política rusa, siendo un conocido partidario de Gorbachov.
En este punto, en la película meten un intrincado cruce de engaños y pre-acuerdos que asocian incluso al cierre de Mirrorsoft por quiebra y desfalco, cosa que en realidad ocurriría, pero varios años más tarde.
La realidad es que Nintendo puso más dinero en la mesa, entregando parte de los beneficios de cada título vendido al gobierno de la URSS.
Del juego al mito
Y recordemos que hablamos del Tetris.
La Game Boy salió a la venta en 1989 con el Tetris, y todos sabemos que fue un verdadero éxito, en buena parte gracias al juego de Alexei.
Solo en Game Boy llegó a vender más 30 millones de copias.
Por cierto, que en 1991, Pázhitnov y Vladímir Pojilko acabaron por mudarse a los EEUU, y cinco años más tarde, junto a Henk Rogers, crearon la empresa The Tetris Company, recuperando entonces los royalties de las ventas del juego, que hasta entonces, como hemos explicado, estaban en manos del gobierno ruso. Han estado desde entonces involucrados, directa o indirectamente, en el lanzamiento de nuevas versiones para cada una de las consolas, ordenadores y móviles que han ido saliendo desde entonces.
Hoy en día se considera el juego más vendido de todos los tiempos, con alrededor de 70 millones de copias en físico, y más de 400 millones de copias digitales, siendo la mayor parte para dispositivos móviles.
Un verdadero ejemplo de cómo una buena idea puede cambiar, literalmente, el mundo.
Y una de esas historias que merece ser contada, ya que tiene todo los ingredientes para ello, incluido el final feliz de ese matemático ruso aficionado a los juegos de lógica.
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A mi me rechino mucho lo de que nintendo america le deje ver (y probar) un prototipo de la gameboy a un “”don nadie”” cuando segun la peli ellos parece que ni conocian el juego ya que es henk el que se lo muestra y les dice que deberian venderlo junto a la gameboy
A ver, hay que meterle un poco más de “chicha” al asunto para que sea cinematográfico. La historia de base es buena, pero con unos cuantos apaños queda aún mejor :).