marmota


Aunque mi trabajo se aleja bastante del de un periodista, entiendo que en mi labor pública haya elementos que podrían cruzarse. De hecho, quizás sea este el principal problema que habitualmente me azota cuando veo cómo algunos medios de comunicación y analistas tecnológicos, quizás más influenciados que un servidor por “lo que hacen otros”, realizan acciones que bajo mi punto de vista no hacen más que decrementar la calidad y el valor que ofrecen con su contenido a los lectores.

La última, en esa fase inicial de búsqueda de información respecto a Privacy Shield (ES), la revisión del acuerdo Safe Harbour entre Europa y EEUU, con el interés de escribir un análisis al respecto en la intranet que mantengo con los patronos.

Por regla general (a no ser que el tema lo tenga ya controladísimo), a la hora de escribir un artículo, dedico un tiempo inicial a buscar información de distintas fuentes, con el fin de alimentar mi posible visión unilateral del asunto, y apadrinar ideas que quizás por todos esos estímulos (internos y externos) que confluyen en mi forma de pensar, no había contemplado.

Es una labor que en algunos casos me lleva minutos, y en otros, horas, y que realizo a lo largo del día, en principio apoyado por mi gestor de fuentes, y en última instancia, por “el milagro” de las búsquedas en internet.

Pues bien, la noticia saltaba a la tarde de ese día, y como es habitual, los primeros medios en hacerse eco fueron los de habla inglesa. En mi feed, que ese día consulté a la noche (hago varios barridos diarios, según el tiempo libre que tenga, para no perderme nada), tenía siete artículos que hacían referencia a Privacy Shield, la mayoría simplemente exponiendo la misma información (tampoco habían tenido tiempo suficiente como para analizar el acuerdo), y en ninguno de ellos había un enlace a la fuente original.

Esto puede ocurrir a veces. No siempre hay una fuente oficial a la que recurrir, pero tratándose de un acuerdo entre naciones tan crítico para el devenir de la información en los próximos años, me parecería muy raro que la Comisión Europea no hubiera liberado ya una nota de prensa, más a sabiendas que, al menos, los medios que iniciaron la difusión de la noticia, habrían recurrido a ella para su elaboración.

Me voy a dormir, y al día siguiente me levanto con la firme determinación de escribir sobre ello.


Navego nuevamente por mi feed, y me encuentro que donde antes había siete, ahora hay nueve. Y de nuevo, ni un solo enlace externo.

Voy a Google y me pongo a buscar. Debido a la burbuja de filtros esperable, los primeros enlaces me llevan a las páginas de los periódicos digitales con mayor tráfico de habla hispana. Y en efecto, la estrategia sigue siendo la misma: Algún que otro enlace interno (generalmente de esos que caen de cajón, como acudir a la última noticia sobre Safe Harbour que el mismo periódico había escrito anteriormente) y ninguno externo.

Y a un golpe de scroll en Google, por fin, encuentro la nota de prensa (EN) de la CE.

¿Tanto costaba enlazar a la fuente? Porque el que no haya enlace, me hace pensar mal.

¿A qué se debe esto?

Es una pregunta de la que me gustaría obtener la respuesta.

A mi, como lector de todos estos medios (entre los que recalco, hay blogs de analistas, medios puramente digitales y periódicos que o bien son solo digitales o tienen un amplio recorrido también en el mundo analógico), me interesa saber que lo que estoy leyendo está como mínimo enfrentado a la fuente original. Que quien lo ha escrito se ha molestado en labrar su opinión al respecto (en el caso de artículos de opinión), o en leer la fuente de la noticia (en artículos puramente informativos), vaya, y no solo en traducirla de un tercero (que tendrá la línea editorial que sea) y publicarla lo antes posible para posicionarse bien en Google, aunque no esté ni acabada.

No voy a pecar de pretencioso al asegurar que en todas mis publicaciones he recurrido a las fuentes oficiales. A veces, simplemente por falta de tiempo, te quedas con el resumen de los difusores, y de ahí, basado en tu experiencia y conocimiento del sector, sacas tus propias conclusiones.


Pero SIEMPRE, SIEMPRE, si hablo de algo, como mínimo me tomo la molestia de enlazarlo, y ya que estamos, de pegarle un repaso. Y lo hago porque me sale gratis (al menos con medios no acogidos al canon AEDE), porque me lleva apenas un par de minutos hacerlo, y porque creo que para alguien que me esté leyendo, si al menos es como un servidor, quizás le interese acudir a una fuente extra, más si cabe si es la fuente que me empuja a escribir sobre ello.

Hay un verdadero pánico por enlazar fuentes externas. Un miedo que quizás venga del periodismo más clasista (pregunto), ese mismo que debe contar aquella “realidad” que sus dueños (y sus consumidores) quieren oír, sea o no cercana a la noticia, a la fuente original.

Que si estás hablando sobre lo mal que le ha ido a tal empresa, y los datos de su último trimestre dicen justo lo contrario, pues es normal que no tengas mucho interés en enlazar…

También está el tema del posicionamiento, y no me refiero al posicionamiento técnico (donde, de hecho, meter enlaces salientes otorga mayor naturalidad que hacerlo únicamente con internos), sino al de marca.

No es raro que una noticia salte primero en un medio que quizás sea tu competencia. ¿Vas a enlazarlo, si no es, claro está, para desmentir lo que afirmaba? No en el periodismo clasista.

Y así llego al mundo de los medios digitales, y de paso, al de los bloggers.

Porque en el primero quizás los temores sigan estando presentes (a fin de cuentas, el reparto es el mismo), ¿pero en los segundos?


Si el mayor valor que tiene un blogger es precisamente la confianza de sus lectores, ¿podemos permitirnos que un porcentaje de ellos consideren que quizás no hemos enlazado por miedo a que descubran lo equivocados que estamos?

Aunque claro, esto lo digo yo, que soy precisamente un maniático a la hora de ofrecer cuantas más herramientas al lector, mejor. Que me gusta comparar todo con todo, llevarme la contraria una y otra vez, y no imponer un solo criterio, sino esperar que quien me lea saque el suyo propio.

Algo que no entra en los planes de la mayoría, que tampoco entraría en la estrategia de muchos medios de nicho.

Y en última instancia, será algo que solo a aquellos que son como un servidor nos importa. El grueso de la sociedad (sea en tecnología, sea en la temática que sea), quizás eso de que haya o no enlaces le da exactamente igual:

Si consumo la información de este medio es precisamente para no tener que pensar, para trollear si cabe utilizando las mismas herramientas que quien lo ha escrito (es decir, no dar más argumentos que el de autoridad), y/o para seguir viviendo feliz en mi ignorancia y dependencia al criterio de terceros.

Aún así, creo que hay margen de mejora. Así que por aquí hago el llamamiento.

A todos aquellos que comunicáis, poned (al menos) un enlace en vuestra vida.

Diferenciar (si compete) entre objetividad y profesionalidad, entre información y comunicación, y apuntar también hacia ese sector que quiere estar mejor informado. Os lo dice alguien que no es periodista, por cierto, pero que sí es un gran consumidor de información.

Los que ya os siguen, seguirán obviando el enlace, y todos felices :).

 

P.D.: A la hora de escribir este artículo, había en mi lector de feeds un medio más que SÍ había incluido el dichoso enlace. ¡No soy el único!