Escribo hoy en AtomBit.es (ES), blog de reciente creación sobre Software, Gadgets, Videojuegos, Ciencia, Crowdfunding, Cine y televisión del cual soy colaborador esporádico.


En el mundo de los negocios ocurre más a menudo de lo que esperamos.

Un producto pasa a ser tan bueno (o a contar con el apoyo de tanto porcentaje de la población) que acaba por ahogar a la competencia. Una vez en lo alto, y sin tener la presión del resto, tiende a estancarse, frenando así la evolución lógica del sector .

p2p

Por ello hay veces que lo mejor que le puede pasar a un mercado es que muera. Trasladado al mundo de la tecnología, tenemos un claro ejemplo en el reciente cierre de Google Reader, abandonado a su suerte desde hace años y que presagiaba el final del reinado del RSS. Ha sido avisar de su cierre, para que los engranajes volviesen a funcionar, y donde antes había un producto viejo y aburrido hay hoy un mercado floreciente de herramientas correctamente actualizadas a la web social y móvil.

Podría seguir hasta el fin de los días citando ejemplos (Microsoft en sistemas operativos hasta la llegada de iOS y democratización del escritorio; Flickr de Yahoo y los servicios de almacenamiento fotográfico;…), pero puesto que hoy estamos de celebración (es mi cumpleaños), vamos a centrarnos en los hechos.

El tema del día viene a raíz de las declaraciones de Tobias Andersson (EN), que para los que no hayan visto el documental AFK (entrar en el enlace y echarle un ojo, que no tiene desperdicio), os recuerdo que es uno de los fundadores de The Pirate Bay, la gran plataforma de torrents desde 2003.

No estoy bromeando, lo digo de verdad. El Pirate Bay que todos conocemos debe terminar. No fue construido en el contexto actual ni teniendo en cuenta el futuro, que necesitará estructuras más rápidas, mejores y más seguras

TPB representa a grandes rasgos el carácter distribuido y anónimo de internet. La arquitectura bajo la que se asienta es peer to peer, esto es, una red sin nodos centrales que surge gracias a la comunidad, que ofrece espacio (y archivos) propios a cambio de poder acceder a los del resto.


Curiosamente, y aunque p2p ha sido (y será por mucho tiempo), un protocolo presente en las comunicaciones digitales, lo cierto es que ateniéndonos únicamente al tráfico de archivos tuvo hace unos años un decremento considerable, propiciado principalmente por el aumento de la velocidad de conexión y  el auge de plataformas centralizadas de descarga directa.

Con la caída de estas (Megaupload al frente), recuerdo que sobrevino una era de terror, en donde los ánimos pesimistas vaticinaron la muerte del streaming y las descargas gratuitas. Nada más lejos de la realidad. Pocos meses después, donde antes había un gigante habían surgido miles de servicios tan potentes como el anterior, y para colmo más seguros que éste, delegando en algunos casos esa centralización en virtualización, y en otros apostando por un modelo híbrido (dd+p2p).

Volviendo al tema principal, varios puntos que creo importantes:

  • TPB quizás esté frenando la innovación: es algo que no descarto. hoy en día, me cuesta dar nombre a más de tres o cuatro redes de peer to peer que no sean Pirate Bay. Y ocurre en casi todas un problema común, y es que a priori no han cambiado en nada en éstos últimos años (hacer una web responsiva no es actualizarse).
  • El protocolo P2P sigue su avance ajeno a las descargas distribuidas: Andersson se centra en su sector como es normal, pero quería dejar patente que la mayoría de servicios de la actualidad tienen en su núcleo como mínimo la filosofía p2p, ya sea esta predominante o anecdótica. Por ello me hace gracia esa cruzada que tantos gobiernos y lobbies han llevado a cabo (y llevarán) en contra de las redes peer to peer, tachándolas de piratería y asegurando su cierre inminente. P2P no es piratería, ni muchísimo menos. P2P es comunicación, es compartir, es streaming, es mineo, son plataformas económicas y en última instancia, puede ser usado para la piratería, al igual que cualquier otro protocolo, o cualquier otra faceta de nuestra vida.
  • TPB tiene en su historial grandes hitos revolucionarios: Lo curioso y admirable del proyecto es que si bien tiene un claro interés económico, el servicio siempre ha girado en derredor de la comunidad, manteniendo al mejor nivel posible el anonimato de sus usuarios, y apostando por la libertad de la red reinventándose. Podrían entenderse las palabras de Andersson como las de un fundador cansado de esa caza de brujas al que llevan sometidos sus creadores desde 2009, tanto a nivel de servicio como personal, pero creo que como mínimo hay que agradecerle haber sido uno de los principales ostigadores pro derechos digitales de la historia.

Sobre su futuro, quién sabe. Quizás más hoy que mañana tengamos que prescindir de The Pirate Bay, pero entonces tened muy claro que saldrán debajo de las piedras nuevos servicios, esta vez en igualdad de condiciones, y donde la presión de la competencia hará el resto.