Afronto este artículo como si fuera un relato distópico más, pero curiosamente, tiene tanto de realidad la distopía del momento que se me hace extraño llamarlo como tal.
Un relato que comenzaba hace un par de meses, cuando de pronto, de un día para otro, pasamos de poder hacer manifestaciones y participar en eventos multitudinarios, a tener un toque de queda flexible.
Todos a su puta casa, únicamente pudiendo salir para sacar al perro, comprar la comida y trabajar.
Trabajar, por supuesto, los que aún pudieran hacerlo, en un ejemplo de guión de lo que por esta santa casa llevamos repitiendo hasta la saciedad: Si tu negocio no se ha digitalizado, lo vas a pasar mal.
Pues ha pasado, y de pronto todos aquellos negocios que dependen únicamente del presencialismo, o han reducido drásticamente sus beneficios, o directamente han tenido que echar la persiana.
Que por primera vez en la historia. Y repito, por primera vez en la historia, EL MUNDO DEL SER HUMANO SE HA PARADO.
Y sí, antes de esta situación nuestra raza ya experimentó dos guerras mundiales y numerosas catástrofes medioambientales y sanitarias. Pero jamás con una conciencia social global tan marcada.
Porque esa es otra. Pese a lo que diga la prensa sensacionalista, o ya puestos, el cuñao de turno, en mayor o menor medida todos nos hemos portado como nos correspondía.
Que es muy fácil sacar una foto a una fila de gente haciendo cola con un teleobjetivo para que parezca que están pegados.
Pero la realidad, datos de movilidad de smartphones (paradógicamente, uno de los ratos más fiables que tenemos ya que a ver quién es el guapo que sale de casa sin su aparato en el bolsillo) dice lo contrario.
Los españoles hemos cumplido casi a rajatabla la cuarentena. Y el resto de países no se quedan cortos tampoco.
Que pese a que tengamos esa idea de que los latinos y esa sangre caliente que nos caracteriza nos ha llevado a saltarnos a la torera las recomendaciones de la OMS y el gobierno de turno, lo cierto es que al final, y motivados bien sea por el factor ético, bien sea por el puro interés (no quiero morir ni que les pase algo a mis familiares), nos hemos portado bien.
Esta semana empezaba por estos lares la fase 1 (o 0, que ya me pierdo) de desconfinamiento, y cómo no, la noticia que atrae tráfico y por tanto se monetiza mejor, es que la gente ya da por pasado el dichoso coronavirus, y ha vuelto a las calles haciendo caso omiso de las recomendaciones.
Lo comentaba de hecho Jose en un artículo en su blog (ES), y un servidor se permite el lujo de robarle estos últimos párrafos, ya que poco más podría añadirle a tan genial exposición:
Esto solo acaba de comenzar. De otros impactos hemos hablado, y más que hablaremos, hoy nos limitamos a la crisis sanitaria en sí. Un escenario posible (EN) que no me saco de la cabeza sugiere que hasta que haya un tratamiento o una vacuna efectiva para la COVID-19 pasemos dos tercios del tiempo confinados estrictamente y con las escuelas cerradas, como hemos estados estos dos meses.
A estas alturas habrán visto esa referencia de los dieciocho meses hasta tener una vacuna decenas, cuando no más de un centenar de veces. La realidad es más compleja: no es que no sepamos cuándo vamos a tener ese tratamiento o vacuna, es que aún no sabemos siquiera si la vamos a tener. Nunca se ha producido una vacuna contra un coronavirus (ni éste ni los anteriores), y un plazo más estándar para obtener vacunas fiables es mucho más largo. La vacuna para la varicela tardó 28 años en obtenerse; para el SIDA aún no tenemos, ni se espera que haya al menos hasta dentro de una década, lo que sumarán 50 años de enfermedad sin vacuna.
Imaginen que aún tomando atajos en el método de validación científica habitual no hubiera vacuna y logística para su producción masiva antes de 2032. En NYTimes (EN) hay un artículo excelente al respecto. Si nos saltamos todo tipo de protocolos que añaden seguridad al proceso podemos recortar aún más. El reto de tener solución en año y medio es inconmensurable. Creo mucho en la ciencia, y ojalá sea cierto, pero no lo veo.
Hasta entonces, hasta que algo cambie, seguiremos como ahora: alternando escenas de confinamiento con escenas de desconfinamiento. Todas ellas fruto de un espejismo, de una alucinación colectiva.
Que recuerdo a los lectores que hablamos de un virus que ha conseguido mutar en algo que, casualidades de la vida, nos ha puesto en jaque y casi jaque mate.
Un soplo de realidad como hacía tiempo no teníamos. Porque, y aquí quizás haya unos cuantos que se sorprendan, antes de humanos somos animales, y por ende estamos sujetos a las mismas debilidades que el resto de seres vivos de este planeta.
De nuevo Bill Gates, que probablemente es de los genios más mediáticos del momento, lo comentaba magistralmente en un vídeo publicado en su perfil de linkedIn:
Y de aquí paso al tema de este artículo relato.
La vuelta a la “Nueva Normalidad”
O cómo algo como lo que hemos vivido, con bastante probabilidad, acabará siendo la norma, no la excepción.
Que como decía Enrique en su artículo (ES), un servidor tampoco duda un ápice de que saldremos de esta.
Si algo caracteriza al ser humano frente al resto de animales que pueblan este mundo es precisamente nuestra capacidad de adaptación.
Hemos sido jodídamente buenos adaptándonos a los obstáculos que se nos han presentado a lo largo del tiempo, bien sea aceptando y conviviendo con ellos, bien sea encontrando la manera de “terraformarlos”.
Y pasará con el COVID19 y cualquier eventualidad que se interponga en nuestro camino.
El problema, no obstante, es que esa misma capacidad de adaptación juega en nuestra contra cuando el problema no es explosivo (como ha ocurrido con el COVID), sino que nos afecta sutilmente a lo largo de décadas y generaciones.
Porque el coronavirus no es nada si lo comparamos con el verdadero reto de la humanidad: la lucha contra el cambio climático.
Una lucha de la que nosotros, los seres humanos, somos los principales causantes. Por más que se señalen a los gases de las pobres reses (que, por cierto, aunque salgan de culos ajenos, también son debidos a nuestra producción ganadera).
Y lanzo dos preguntas:
¿Servirá este punto y aparte que hemos sufrido para que las ciudades pasen a ser por primera vez lugares enfocados al ciudadano y no a los vehículos de motor?
Que manda cojones que hoy por hoy el 80% del espacio público de las urbes esté diseñado para el consumo al volante, dejando solo un 20% para el transporte público y para el movimiento a pie (EN).
¿Empezaremos ahora, sabedores que la contaminación MATA a millones de personas al año, y que este número no para de crecer año tras año, a tomarnos en serio las políticas medioambientales, abandonando de una maldita vez y con una estrategia sensata nuestra dependencia de los combustibles fósiles?
Porque nos va LITERALMENTE la vida en ello.
Y porque creo que (¡oh sorpresa!) ninguno de nosotros hemos muerto por tener durante dos meses el coche abandonado en el garaje. Todo lo contrario.
Habrá que ver si, por mal que suene, el saldo de mortalidad por el coronavirus no ha sido hasta positivo si lo comparamos con las muertes que hay cada día debidas a la contaminación y los accidentes de tráfico.
¡Que esta Nueva Normalidad sirva para algo, joder!
Que el desconfinamiento, aunque sea parcial y venga precedido de otro futuro confinamiento, no sea la excusa para volver a los errores del pasado, sino una oportunidad para, ahora sí, prepararnos y hacer las cosas bien.
Ya hemos visto que nuestra civilización puede funcionar incluso bajo un estado de emergencia sanitaria mundial como el que hemos vivido, recluidos todos en nuestras casas.
Ahora falta por ver si nuestra civilización será capaz de funcionar con sentido común, afrontando no solo los efectos de nuestros errores, sino también las problemáticas que nos han llevado a tal situación.
La parte más distópica de esta pieza, me temo.
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Este relato distópico está basado… en la más pura realidad.
Por si te has quedado con hambre de más…
Si eres de ciencia ficción:
Colección de relatos cortos de ciencia ficción distópica. Cada relato trata un tema de rabiosa actualidad tecnológica, vislumbrando sus posibles escenarios.
1ª edición: Noviembre 2022.
Primera novela de Relatos cortos de ciencia ficción que publiqué.
1ª edición: Diciembre 2018.
2ª edición: Agosto 2021.
Y si eres más de fantasía épica, échale un ojo a la Colección de novelas “Memorias de Árganon”:
Actualmente «Memorias de Árganon» está compuesto por tres libros y más de 800 páginas en las que se narra una aventura épica de fantasía y ciencia ficción. ¿Te atreves?
1ª edición: Noviembre 2020.
2ª edición: Agosto 2021.
Por último, que sepas que todas estas novelas, junto con la de otros autores, las estamos publicando con el Sello Editorial de Autopublicación Ediciones PY. Si tienes un libro y necesitas ayuda para materializarlo en papel y distribuirlo a nivel mundial, escríbenos.
…En la ciudad donde resido el nivel de contaminación sigue siendo alto a pesar del confinamiento. La industria que rodea la ciudad asi como su puerto industrial continuan su actividad. La otra parte de la pandemia y más dura es la economica y en su nombre se van a aprovechar para realizar verdaderas barbaridades que en otras circustancias no permitiriamos. Nuevas construcciones en la costa, minas a cielo abierto,quemas intencionadas,pesca menos restrictiva…Era el momento de poner freno y ser valientes …pero quien le pone el cascabel al gato???
Ya… Lamentablemente. Yo sigo esperando a ver cuándo quitan toda esa parte abandonada de los astilleros para ver si nos ponen una zona al aire libre. Pero me da a mi que va para largo…
Yo no confío en absoluto en que vayamos a aprender absolutamente nada de la situación actual. Los políticos seguirán tomando decisiones en base a sus intereses propios y no en función de lo que opinen los técnicos. El partido en el gobierno dirá blanco y los partidos de la oposición dirán negro por sistema y seguirán ninguneando a los especialistas que, con pruebas, les digan que se equivocan (incluso los destituirán de sus cargos por ser incómodos).
Hoy en España, en Europa y en todo el mundo occidental, se están cometiendo los mismos errores que a principio del siglo XX se cometieron con la pandemia de la gripe española y recordemos que solo en Europa hubo 5 millones de muertos.
Un grabe problema que se deriva del estado de excepción en el que nos ha apresado el gobierno (esto no es un estado de alarma), es que nos están haciendo pasar por el mismo rasero a todos. Nos han impuesto medidas propias de ciudad a todos. Han impuestos un confinamiento a quienes viven en zonas rurales y poco pobladas idéntico de quienes viven hacinados en los cascos antiguos de las grandes ciudades y eso, no tiene lógica alguna. Tengo amigos que viven en la Galicia remota de los Ancares y a quienes la Guardia Civil ha pretendido reprimir económicamente por saltarse el confinamiento. Una Guardia Civil que no pasaba por allí en años, pero… si no recaudamos por saltarte un radar, lo haremos si sales de tu casa a cuidar tu ganado. Por que esa ha sido la tónica general de la actuación policial: La arbitrariedad en la aplicación del decretazo y sus sucesivas rectificaciones y contra-rectificaciones. Hoy te multan por comprar cerveza, argumentando que no es un producto de primera necesidad, los mismos que mañana publican un lista de artículos de primera necesidad en la que incluyen “las bebidas alcohólicas y no alcohólicas”. Y mucho ojo con mostrarte “insumiso”, que en vez de 601 euros de multa, igual te imponen 10.000. Ante esas amenazas ¿quién coño no es responsable y se queda en casa?
Y por último, un simple comentario: Recuerda que dentro de ese coche que tú enfrentas al ciudadano (coche vs ciudadano), va uno o más ciudadanos, que igual han tenido que hacer muchos kilómetros para poder acceder a la ciudad a horas intempestivas y poder desempeñar su trabajo diario y que ya les gustaría poder salir de su casa en bicicleta, en transporte público o caminando para ir a su trabajo a la vuelta de la esquina. Y es que una vez más, no se puede medir a todos por el mismo rasero.
Fernando, esto nos ha pillado a todos por igual. Esperar que unos gobernantes, per sé, tengan la llave para solucionar de la forma óptima cualquier situación por extraordinaria que sea es pecar de ingenuos. Ojalá fuera así, pero es que es realmente imposible.
Nuestro gobierno ha cometido errores, igual que hubiera cometido cualquier otro gobierno, sea del color que sea. Y fíjate que precisamente esa aplicación por igual se está rompiendo con las fases actuales… ahí donde la mayoría de países del mundo sí lo han aplicado por completo.
Que es muy complicado resolver algo cuya solución perfecta ni existe ni mucho menos se tiene constancia de por dónde podría estar.
Y pese a todo, paralizar un país en una situación de crisis sanitaria como la que estamos viviendo, mal que nos pese a la economía, tiene todas las papeletas de ser lo adecuado.
Ya verás ahora con las diferencias de fases según dónde vivas cómo habrá los listos de turno intentando aprovecharse. Que si no es a base de multas y prohibiciones, por lamentable que suene, parece que no aprendemos.
No me creo nada de lo que dices. Insisto en que el gobierno está tomando decisiones políticas, no técnicas y lo está tomando en función de sus intereses, no de nuestra salud. Pero es que además y como es habitual, nos mienten de forma vil. Tan pronto nos dicen que no es aconsejable llevar mascarillas, como nos dicen que es poco menos que obligatorio (y según en qué situación, lo será). Tan pronto nos dicen que tenemos que usar mascarillas de tipo quirúrgico, como que esas no son la adecuadas y hay que usar las de tipo FFP2.
Sobre la arbitrariedad en la interpretación del decretazo, ya he contado un caso, pero no hace falta más que leer la prensa para comprobar los cientos de casos y eso sin contar las diversas querellas a las que se enfrenta el gobierno por parte de asociaciones de juristas e, incluso, un sindicato de la Guardia Civil, por implantar un estado de excepción encubierto. Y sobre esto, te voy a plantear algunas cuestiones, a ver qué opinas:
1- Han eliminado las sesiones de control al gobierno en el Congreso
2 – Han eliminado la libertad de información. Si Rajoy inventó las ruedas de prensa desde un plasma, El PPSOE se ha superado haciendo ruedas de prensa sin periodistas y contestando a sus propias preguntas.
3. Han monopolizado los medios de comunicación. Si pones la televisión, pongas la cadena que pongas y a la hora que la pongas, allí está un miembro del gobierno hablando de lo que no se puede hacer, de lo bien que lo están haciendo y de lo mal que lo estaría haciendo cualquiera de los partidos de la oposición.
4- Han suprimido la libertad de reunión y la libertad de manifestación. Esto, ni siquiera en un estado de excepción está regulado, cuando menos en un estado de alerta.
5. Han eliminado la libertad de movimiento. La ley establece que en un estado de alerta “el gobierno regulará la libre circulación de los ciudadanos”, pero es en el estado de excepción y en el estado de sitio, donde la ley dice “que el gobierno impedirá la libre circulación de los ciudadanos”
6. Han sacado a la calle a militares que han realizado patrullas, controles y hasta han sancionado, cuando en un estado de alerta, el ejército no tienen competencias para ello, solo las tienen en un estado de sitio, ni siquiera en un estado de excepción, ya que para ello están las policías locales, autonómicas y nacionales, junto a la Guardia Civil.
7. Han lanzado a la calle drones y helicópteros para patrullar e intimidar a la población, haciendo alardes de fuerza.
Y por si todo esto fuera poco, se han ido a comprar material sanitario defectuoso a empresas que no tienen licencia para la fabricación y distribución de material sanitario y pagando hasta un 350% del valor de mercado.
Pero no contentos con esto, han entablado una guerra con los presidentes autonómicos donde ahora ya entran en juego 17 nuevos intereses políticos y, no me cabe duda, de que todos ellos obedeciendo a presiones económicas de grandes empresas, muchas de ellas tan hartas como los ciudadanos de ver cómo han hundido económicamente un país.
Ahora mira a nuestro alrededor y dime en qué país de Europa han reaccionado con una gestión de la situación tan negligente.
En todos Fernando.
La compra de material defectuoso no solo le ha pasado a España (que, por cierto, ha devuelto, recuperando el dinero). Holanda, Bélgica, Turquía, Repúblia Checa, Ucrania o Alemania son otros de los países que han sufrido también el revés. Y fíjate, la mayoría europeas.
Explícame entonces qué objetivo tiene el gobierno. En qué gana hipotecando el futuro del país.
No voy a defender a este gobierno porque sí. A lo que voy es que es una situación extraordinaria, que necesita medidas extraordinarias, y que como cualquier otro gobierno, se han equivocado y han hecho las cosas bien.
Te ponía de ejemplo el caso del cumplimiento de la cuarentena, datos en manos, en el que en efecto la sociedad española es un ejemplo a seguir. Y no te dejes llevar por lo que ves en redes sociales o en la prensa de turno, ya que a fin de cuentas lo que vende es precisamente el sacar cosas de contexto.
Ahora mismo, de hecho, estaba viendo un vídeo que alguien grabó en Aluche con colas de personas kilométricas comparando la España actual con Venezuela. Yo también vivo en Madrid, y fíjate tú, no tengo problema de abastecimiento. Hay alguna que otra cola, pero en ningún momento nos ha faltado algo que comer.
Las fotos tomadas en Copenhage es otro ejemplo.
Tampoco he visto al ejército o drones en ningún momento. Lo que no quita que haya podido pasar en algún lado. A fin de cuentas las fuerzas armadas están precisamente para esto. Por mi zona policía y guardia civil.
Y recalco Fernando, que lo que egoístamente más les interesa a los políticos es salir de esta crisis sanitaria lo antes posible y con el menor impacto económico que se pueda. Si el país va bien, ellos se ponen la medallita de haber sido unos buenos gestores, y probablemente pueden calentar la silla otros cuatro años más.
Por ir finalizando la conversación y puesto que lanzas preguntas, te contesto.
Si todos esos países que comentas han sido estafados (no conocía ese dato), lo único que demuestra es que en todas partes cuecen habas y que allá donde un político toma decisiones técnicas, la caga. Pero aquí la han cagado doblemente, puesto que al tomar tarde la decisión de comprar material sanitario, bien podía haber aprendido de la experiencia del resto de países, pero no. No han aprendido nada y encima han cometido los mismo errores. Y sobre lo de que han recuperado el dinero… pues según en qué medio lo leas.
Te preguntas sobre en qué ganan hundiendo el país. Yo no tengo respuesta aún, pero sí tengo una pregunta que perfectamente vale como pié para ir deduciendo la respuesta: ¿Qué ganó el anterior gobierno al desmantelar la sanidad pública, la educación y la investigación con unos recortes salvajes? Por que lo que están claras son las consecuencias y las vivimos todos en estos días.
A día de hoy, seguimos viviendo con los presupuestos del PP y el PPSOE sigue aplicando una ley que ellos mismos han recurrido ante el Tribunal Constitucional: La ley mordaza. Eso ya dice mucho de este gobierno. Un gobierno al que yo no he votado, como tampoco voté al anterior y entre los que no encuentro diferencia alguna, salvo que los unos se valen de la extrema derecha y los otros de la extrema izquierda y ya el tiempo nos dirá si eso de que los extremos se tocan es aplicable también aquí.
Y por último, te comento cosas, no leídas en redes sociales, sino vistas y vividas en primera persona. Yo vivo buena parte del año en Aranjuez y el resto en Galicia, en una pequeña localidad de Ferrolterra y por eso, el arresto domiciliario lo he vivido en ambas zonas.
En Aranjuez, el ejército montó una carpa en la calle del Príncipe, frente a la comisaría de policía. La UME tenía en esta carpa la base de sus operaciones de limpieza y desinfección de las estaciones de tren y autobuses, así como de otros recintos de la localidad, algo que sí está dentro de sus competencias en un estado de alarma. Pero, también desde ahí se dedicaban a volar su dron, al que habían montado un megáfono, por las calles del Príncipe y de Infantas (las dos grandes avenidas de Aranjuez) y lanzaban su mensaje de “no está permitido…”, “Las sanciones por desobedecer…”, etc. Incluso sacaban sus coches por las calles a patrullar y a lanzar las mismas amenazas Esto no forma parte de sus competencias en un estado de alerta y, además, confunden la ley, porque las leyes no “se desobedecen”, se “infringen” y la desobediencia no es una figura jurídica aunque sí han pretendido convencernos de ello durante este estado de excepción encubierto.
En Arturias, el ejército ha montado controles en las carreteras. En el puente de Todos los Santos sobre el río Eo, que une Arturias con Galicia, tenía montado un control en el que que paraban a todo bicho viviente que pasaba por ahí y con modales de militar chusquero de la vieja guardia, te pedían la documentación. El ejercito no tiene competencias en una estado de alerta para montar controles en carreteras ni para pedir la documentación. Como muy bien les informó el ministro de Interior, el ejército tenía labores de acompañamiento a la Policía Nacional y a la Guardia Civil y siempre en un segundo plano. Pero ellos no aceptaron ese papel secundario y se saltaron la ley.
En Valencia, un helicóptero patrullaba las calles al atardecer y con sus megáfonos amedrentaban a los ciudadanos con el importe de las sanciones que les impondrían si se saltaban el confinamiento, algo que no está recogido en Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo que regula el estado de alarma y que, a su vez, claramente contradice lo expuesto en el Capítulo V de la Constitución y casi todos los artículos de Ley 36/2015, de 28 de septiembre, de Seguridad Nacional.
Creo que son buenas lecturas para quienes aún siguen pensando que el gobierno está actuando bien en la gestión de esta crisis y solo deseo que, por un lado prosperen las acciones judiciales que hay interpuestas contra el gobierno y que el tiempo les pase factura, aunque no confío ni en lo uno ni en lo otro, porque siguen teniendo monopolizados los medios de comunicación audiovisual y la masa somos irracionales a la hora de depositar nuestro voto.
Ojo que no quiero quedar como un defensor de este gobierno precisamente jajaja. Solo digo que el tema es complejo (como compleja es la gestión de un país en cualquier circunstancia), y por supuesto que este gobierno ha cometido errores (algunos ya son visibles y otros lo serán a futuro), pero que difícilmente otro lo hubiera hecho mejor. Quizás hubiera acertado en algunas decisiones, y hubiera fallado como es normal en otras.
Y no hablo de colores, hablo de la simple realidad. Esto mismo que estamos viviendo aquí ha ocurrido, como te decía, en prácticamente todos los países. Y en los que no tenemos constancia seguramente sea porque precisamente no hay libertad de expresión y por tanto no podemos saberlo.
En fin Fernando, que aún con todo creo que somos afortunados de vivir en este país. Con políticos de pandereta, sí (como todos, también te digo), con corrupción, con decretazos y con mil mierdas más. Pero viendo cómo está el asunto ahí fuera, y sin que sirva para defender lo indefendible, mejor lo que tenemos por aquí.