Por lo general, cuando se saca una nueva versión de un SO para dispositivos móviles, se presenta, y al mes (o menos), tiende a salir el código para que el resto de compañías de terminales puedan adaptarlo a sus dispositivos.


El tiempo entre la presentación de una nueva versión, y la llegada a la amplia mayoría de terminales, no debería ser superior a 8 meses.

Este tiempo asegura que la próxima versión salga unos meses después de que la anterior esté implantada en los terminales.

Son algunos datos que contrastan con la realidad actual, ya que si bien la presentación de Android 4.0 fue a mediados de octubre (19 de octubre para ser exactos), y su liberación el 14 de noviembre (unas semanas más tarde) para permitir portabilidades, los datos de la gráfica de arriba demuestran como a esta fecha, Ice Cream Sandwich está presente en el 11% de los terminales android existentes.

Se está tardando más en adaptar las nuevas versiones a los terminales que en sacar nuevas versiones (android 4.1 ya ha sido presentado recientemente), lo cual demuestra un fallo de ambas partes (los distribuidores de SO por no facilitar la portabilidad a diferentes equipos, y las empresas de hardware por tardan en implantar los cambios y permitir la disponibilidad de las mismas).

Se suponía que la Platform Development Kit o PDK permitiría este traspaso de forma más eficiente y rápido, permitiendo cohabitar diferentes versiones de una misma plataforma.

A este paso, es de esperar que la próxima versión de Android (y sino a la siguiente), llegue incluso antes de que la actual nueva haya aterrizado en los terminales, algo incromprendible, incoherente y para nada favorable.