Un año más vuelvo por estos lares para hacer pública mi lista de objetivos.
Ya expliqué el año pasado, el anterior, hace tres años, hace cuatro años, hace cinco años y hace seis en una pieza semejante las razones que me llevan a marcar unos objetivos, y sobre todo, a intentar cumplirlos.
Conté entonces mi metodología de definición de objetivos. El cómo preparo mi lista de objetivos, cosa que hago cada año por estas fechas, con la firme determinación de ir evolucionando como persona y como profesional hacia los derroteros que quiero llegar.
Porque por si no lo sabes, antes de SER hay que QUERER SERLO y HACER POR ELLO.
Así que recién entrado el nuevo año no me queda otra que repasar los objetivos que me marqué el año pasado y fijar unos nuevos, siguiendo lo que un servidor llama «La regla de los 3 objetivos».
¿Qué no sabes de qué hablo? Normal. El nombre viene con mi cuño, pero seguro que no soy el primero que ha llegado a algo parecido.
Veamos.
Índice de contenido
La regla de los 3 objetivos
Sinceramente, no tengo ni idea de si esto que voy a definir ahora ya ha sido estandarizado bajo algún término en particular. Lo más probable es que un servidor fuera picando de aquí y de allá en diferentes teorías sobre la felicidad del ser humano, el cómo afrontar el éxito y el fracaso y demás lectura típica del manoseado mundo de la autoayuda para llegar a formalizar una lista que acostumbro a escribir por estas fechas y que guardo en un sobre (antes físico, ahora digital) que solo abro a finales/principios del siguiente año.
En esta hoja lo que intento es definir los 3 objetivos que me marco para los próximos 365 días. Cada uno tiene un ámbito específico. En mi caso empecé (de hecho si revisas los objetivos de otros años así lo verás) con Personal, Familiar y Profesional, pero me he encontrado que precisamente el Familiar, por su propia ideosincrasia, se quedaba normalmente a medio camino ya que no cumple uno de los requisitos que veremos más adelante. El año pasado los volví, de hecho, a cambiar, y este los he redefinido a Salud, Personal y Profesional, pero por supuesto los tuyos pueden ser otros.
Y todos ellos deben cumplir una serie de pautas que evitan principalmente la tendencia que tenemos a marcarnos objetivos que no son reales, o cuya resolución requiere la fijación de nuevos objetivos. A saber:
- Cada objetivo debe estar claramente definido: Marcarse como objetivo «Ganar X más al mes» no tiene una consecución específica. Por contra, «sacar adelante X proyecto profesional» o «monetizar X servicio de X manera» nos permite llegar a ese primer objetivo, y además lo hace de una manera claramente argumentada.
- Cada objetivo debe ser un fin en sí mismo: De la misma manera que el anterior, «Ganar X más al mes» no es un fin, sino un medio para obtener un fin. Ese X más que queremos seguramente venga motivado por la compra o alquiler de X producto, porque esperamos poder realizar X actividad extra. Pues el objetivo es precisamente ese, no el anterior.
- En la medida de lo posible, cada objetivo debería depender de uno mismo: No siempre es posible, pero si por ejemplo estamos en una relación complicada, marcarse como objetivo «mejorar la relación con nuestra pareja» está, seguramente, abocado al fracaso. Por contra, lo que podemos hacer es buscar aquellas acciones personales que hacen que esa relación vaya mal, y marcarlas como objetivo. Ejemplo: «Pasar más tiempo con mi pareja» o «Dejar de beber».
- Imperativos vs dubitativos: Puede parecer una obviedad, pero hay mucha diferencia entre «Dejar de beber» y «Tengo que dejar de beber», o «Debo dejar de beber». En el primero el núcleo del objetivo es la acción, mientras que en los segundos, el núcleo es la necesidad o recomendación de realizar la acción. Ojito con esto, ya que aunque sea inconscientemente, afrontamos de distinta manera un objetivo según cómo lo hayamos definido.
Dicho esto, vamos a ver cómo ha salido este año, que ha sido de todo menos normal.
Mis objetivos del 2022 y el resultado a finales de año
Vamos a repasar qué quería a principios de año hacer y qué ha salido al final:
- Personal – Volver a dedicar tiempo a la literatura escapista: Diría que lo he cumplido, pero no al nivel que me hubiera gustado. Descontando todas las lecturas que hago por temas profesionales (algunas también del género escapista, por eso de tener una editorial de autopublicación), lo cierto es que he leído bastante más que en años anteriores. He vuelto a darle una oportunidad al Silmarillion (sigo pensando que es demasiado café para los más cafeteros), me he adentrado en los universos de ciencia ficción de George R. R. Martin (me sigue pareciendo como leer una telenovela pero en mundos inventados), y estoy ahora revisitando a Lovecraft y otros autores que han cogido el testigo de ese terror cósmico (me sigue encantando como el primer día). Pero es verdad que me hubiera gustado dedicar más tiempo a la lectura, y menos, por ejemplo, al cine. No porque lo considere un elemento cultural más bajo, ojo, sino simplemente porque ya bastantes estímulos visuales recibimos en nuestro día a día, como para tener que enfrentarme a más delante de una pantalla.
- Economía – Comenzar a invertir el superávit que tenemos: Otro que he cumplido, pero con matices. Aunque esta vez sí estoy más orgulloso del resultado. Empecé el año con menos del 25% de mi patrimonio líquido invertido, y termino el año con alrededor del 35%. Es sin lugar a dudas menos que el objetivo que me marqué de estar invertido al 50-60%, pero es que sin lugar a dudas ha sido un año catastrófico para las inversiones. Es más, si lo miro de manera cortoplacista, he «palmado» bastante dinero este año. No es algo que sinceramente me preocupe en exceso, habida cuenta de que la estrategia es con vistas al largo plazo, y soy consciente de que he tenido mala suerte (me he tomado más en serio las inversiones justo cuando el mercado está bajando). En años venideros ya recogeré lo sembrado, que mi intención para este año es seguir apostando por los fondos indexados, y probablemente bajar la inversión en cripto (querría haber estado expuesto a un 5%, y ando por el 2%, perdiendo cada mes prácticamente lo que meto).
- Profesional – Sentar las bases para pasar a un modelo de negocio basado en servicios: CyberBrainers es hoy en día una consultora, cuyo modelo de negocio principal es, por razones obvias, la consultoría. Un sector en el que a nivel personal me encuentro comodísimo, pero que tiene el problema de no escalar sin sacrificar más horas… teniendo en cuenta que las horas son finitas. Por ello, hace un par de años ya empecé a dar los primeros pasos con spin offs como Eliminamos Contenido y Ediciones PY. Proyectos muy enfocados a ofrecer servicios específicos con colaboradores, y cuyo escalado no depende tanto de mi tiempo. La idea para este año habría sido desarrollar un software que me permitiese pasar parte del negocio de consultoría a servicios. Y esto NO lo he hecho. Podría ponerme mil y un excusas, pero lo cierto es que me he perdido en el trajín del día a día. A cambio, no obstante, sí he aumentado plantilla, y actualmente tengo un escenario en el que ya no todo depende estrictamente de mí. Lo que espero que me deje libre para, con suerte, este año ponerme manos a la obra con el desarrollo.
Mis objetivos para el 2023
El 2018 fue el año del viaje de mi vida, 2019 fue el año de la profesionalización de este proyecto, 2020 fue un año de consolidación, 2021 fue un año de crecimiento, 2022 un año en el que me ha tocado aprender a delegar, y este año va a ser un año en el que me tocará centrarme en los temas personales, dejando un poco de lado la parte profesional.
¿La razón? Pues por aquí la tienes:
- Personal – Ser, ante todo, padre: Si no ocurre nada raro (y terrible) de última hora, en cosa de un mes seré padre. Y con ello, tanto a Èlia como a un servidor nos va a tocar aprender a marchas forzadas una serie de «skills» personales y familiares para poder darle lo mejor a Ona, nuestra pequeña campeona, sacrificando (y seguramente de buena gana) las horas que ahora dedicamos a temas profesionales. Una nueva aventura, que dicen que es la más importante de una persona, así que espero que en esto, al menos, sí sea capaz de dar el tipo 🙂.
- Salud – Recuperar la constancia del deporte: Decía el año pasado en la lista de objetivos que había cambiado a última hora el objetivo del deporte por el de la lectura ya que esperaba que, en efecto, hubiera bajado peso sin perder musculatura. Y lo cierto es que no solo no bajé de peso, sino que he aumentado… Eso sí, tengo que reconocer que no es por grasa precisamente. Estoy (o bueno, estaba hasta hace un mes) en mi mejor momento deportivo desde que tengo uso de razón, con un plan de entreno personalizado que puedo hacer desde casa, y con algunos hábitos alimenticios cambiados a mejor. El tema, y por eso lo vuelvo a meter por aquí, es que este diciembre me operaron, y llevo desde entonces por prescripción médica sin poder hacer absolutamente nada de deporte. En enero, no obstante, la idea es volver a empezar, pero entre la llegada de Ona y que recuperar las rutinas deportivas no es algo precisamente fácil, prefiero marcármelo como objetivo, y así tener la presión de saber que el año que viene tendré que volver por aquí para ver si he o no cumplido.
- Profesional – Sentar las bases para pasar a un modelo de negocio basado en servicios: Ya lo comentaba en el apartado anterior. Este año no lo he cumplido, así que queda pendiente para el que viene. La duda, no obstante, es ver cuánto tiempo tendré realmente disponible para dedicarle a algo como esto, a sabiendas de que viene la niña en camino. Pero bueno, de esto van los objetivos y retos, ¿verdad?
En fin, que ojalá dentro de un año, cuando revise nuevamente esta pieza, pueda decir sin problemas que he hecho un triplete.
Y en caso contrario, que al menos me sirva para saber qué ha fallado, o las razones que me han llevado a tomar un camino diferente. Porque en un año pueden pasar muchas cosas, y lo mismo lo que ahora veo claro deja de tener sentido el día de mañana.
¿Tienes ya claros tus objetivos para este año?
Puedes si quieres compartirlos de forma rápida en los comentarios de este artículo. O si tienes un blog o canal de vídeo y quieres hacérmelos llegar avísame y los incluiré en la pieza.
Que eso de dejarlo plasmado en un espacio que van a ver otros permite además ejercer la suficiente presión como para que te «incentives» a alcanzarlos.
¿Te animas?
Imagínate recibir en tu correo semanalmente historias como esta
Suscríbete ahora a «Las 7 de la Semana», la newsletter sobre Nuevas Tecnologías y Seguridad de la Información. Cada lunes a las 7AM horario español un resumen con todo lo importante de estos últimos días.